¡DIGAN DÓNDE ESTÁN!

(Escrito en 🇪🇸️ – Written in 🇬🇧️ – Scritto in 🇮🇹 – Rédigé en 🇫🇷️ – Escrito em 🇵🇹)

🇪🇸️ESPAÑOL🇪🇸️

Antes de nada, a través de estas líneas, y en todas y cada una de las palabras de este texto, quiero mandar un abrazo enorme de profundo respeto, solidaridad y afecto hacia todas aquellas familias que, a día de hoy, no saben dónde están sus seres queridos. La ausencia de certeza siempre mina la conciencia y causa angustia todo ser humano. Y esa sensación es aún mayor cuando nos referimos al paradero de una madre, de un padre, de una hija, de un hijo, de una hermana, de un hermano, de una nieta o de un nieto.

Las desapariciones forzadas son uno de los mayores y más abominables instrumentos que gobiernos corruptos y las dictaduras utilizan como forma de represión política, para eliminar a sus oponentes y para infundir el terror entre la población. Mediante está práctica criminal, millones de personas en todo el mundo han sido silenciadas únicamente por tener una postura contraria a quienes ejercen el poder. Este terror institucional de infundir el miedo entre la población no crea únicamente un espacio de miedo y dolor entre los familiares directos de las víctimas desaparecidas, también afecta a toda la comunidad, a toda la sociedad y, en definitiva, a cualquier persona que crea en la inviolabilidad de la dignidad humana, a cualquier persona que crea fervientemente en la defensa de los derechos humanos y a cualquier persona que crea profundamente en los valores universales y en los principios inherentes al concepto mismo de la democracia. 

Las desapariciones forzadas no son un problema que afecte únicamente a un determinado país o región sino que es un problema que nos afecta a todas y a todos como Humanidad.  Incluso, aunque hayan sido erradicadas posteriormente, aunque se haya dado paso a una democracia y aunque exista plena libertad, ese dolor y esa angustia permanecen todavía en los corazones de sus familias. Un dolor y una forma TORTURA que no cesará hasta que sepan dónde se encuentran sus seres queridos. Nos encontramos ante unos de los mayores y más abominables crímenes cometidos por el ser humano sobre sus propios semejantes y, en consecuencia, debe ser universalmente perseguido al ser un DELITO DE LESA HUMANIDAD. Por eso, todos aquellos los países que cuenten con personas desaparecidas y cuya desaparición haya sido forzada deben responder a la misma pregunta: ¿DÓNDE ESTÁN?

En la actualidad son miles de familias las que, cada día, siguen luchando por saber dónde están sus seres queridos. Todas esas familias conviven cada día con el dolor y una culpabilidad que no les corresponde porque los verdaderos responsables aún no han salido a la luz o, peor aún, se conoce quiénes son y dónde están pero no asumen las consecuencias de sus actos, bien porque han fallecido o bien porque las leyes de amnistía les protegen. Sin embargo, hemos de tener muy claro que, de acuerdo con la jurisprudencia internacional, LOS DELITOS DE LESA HUMANIDAD NO PUEDEN SER AMPARADOS BAJO NINGUNA LEY DE AMNISTÍA. 

Junto con todas las familias, miles de defensores de derechos humanos y juristas que luchan por la verdad y por la justicia, son acosados sistemáticamente por intentar arrojar luz y llevar a los tribunales a los responsables de las desapariciones forzadas. EL RESPETO DEL DERECHO A LA VERDAD, A LA JUSTICIA Y A LA REPARACIÓN, son totalmente necesarios e indispensables para acabar de una vez por todas con el DOLOR DE LAS FAMILIAS y en contra de la sensación de impunidad de quienes cometieron esos crímenes abominables, esas graves violaciones de derechos humanos. Las familias tienen derecho a saber qué pasó con sus seres queridos y dónde se encuentran. No respetar ese derecho no solo contribuye a que las heridas sigan sangrando y a que las violaciones sistemáticas de derechos humanos, a veces con el pretexto poco verosímil de la lucha contra el terrorismo (excusa que aún se sigue utilizando en la actualidad), sino que también seguirá permitiendo que estas acciones, así como sus responsables, permanezca ocultas e impunes.

Son muchas las personas que siguen buscando a sus seres queridos, muy especialmente mujeres que vieron cómo les fueron arrebatados sus hijas e hijos de sus brazos nada más nacer. Todos conocemos el ejemplo de las “Madres y las Abuelas de La Plaza de Mayo” en Argentina que desde hace décadas buscan sin descanso a sus hijas e hijos y a sus nietas y nietos. Hace algún tiempo tuve la oportunidad de conocer a un grupo de mujeres maravillosas que, sin afán de venganza ni sentimiento de odio alguno, luchan por saber dónde están sus hijas e hijos. Son de la Asociación ALUMBRA (Asociación de Lucha de las Madres de Bebés Robados de Andalucía) y de la Plataforma Internacional de Víctimas por Desapariciones Forzadas Infantiles «TE ESTAMOS BUSCANDO. Ante todo, son un grupo de mujeres fuertes y maravillosas que buscan a sus hijas e hijos que fueron robados nada más nacer durante los años de la dictadura pero también hasta bien entrada la democracia en España.

Este es su vídeo de presentación (solo en Español):

Si no funciona el enlace, ver en youtube: https://www.youtube.com/watch?v=G0D6Txc08hU

Para conocer un poco más acerca aquí os dejo el documental que elaboraron hace tres años (solo en Español):

Si no funciona el enlace, ver en youtube: https://www.youtube.com/watch?v=JJjgQODg3zI&feature=youtu.be

Desde hace años, todas estas mujeres, todas estas madres luchan sin descanso para que el Gobierno de España, cumpla con sus obligaciones y acabe con la impunidad ante el robo de bebés recién nacidos en España, no solo durante la dictadura, sino también hasta bien entrada la democracia y para que posibilite que estas madres puedan encontrarse con sus hijas e hijos. Sin embargo, en muchas ocasiones, se han encontrado con el muro de la Ley de Amnistía de 1977. En el resto de los casos, aquellos cometidos con posterioridad a esta Ley, la falta de voluntad política ha imposibilitado el que miles de madres puedan tener respuesta a la única pregunta que les importa: ¿DÓNDE ESTÁ MI HIJA? ¿DÓNDE ESTÁ MI HIJO?

Llegados a este punto, es preciso volver a repetirlo: LOS DELITOS DE LESA HUMANIDAD NO PUEDEN SER AMPARADOS BAJO NINGUNA LEY DE AMNISTÍA. En consecuencia, no estamos ante una falta de capacidad jurídica sino antes una clara de falta de voluntad política. Precisamente la Convención Internacional para la protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, en vigor desde diciembre de 2010 (y de la que España es parte desde el 14 de julio de 2009), con respecto a bebés robados, establece claramente en su Artículo 25 lo siguiente:

Artículo 25:

1. Los Estados Partes tomarán las medidas necesarias para prevenir y sancionar penalmente:

a) La apropiación de niños sometidos a desaparición forzada, o de niños cuyo padre, madre o representante legal son sometidos a una desaparición forzada, o de niños nacidos durante el cautiverio de su madre sometida a una desaparición forzada; 

b) La falsificación, el ocultamiento o la destrucción de documentos que prueben la verdadera identidad de los niños mencionados en el inciso a) supra.

2. Los Estados Partes adoptarán las medidas necesarias para buscar e identificar a los niños mencionados en el inciso a) del párrafo 1 del presente artículo y restituirlos a sus familias de origen conforme a los procedimientos legales y a los acuerdos internacionales aplicables.

3. Los Estados Partes se prestarán asistencia mutua en la búsqueda, identificación y localización de los niños a los que hace referencia el inciso a) del párrafo 1 del presente artículo. 

4. Teniendo en cuenta la necesidad de preservar el interés superior de los niños mencionados en el inciso a) del párrafo 1 del presente artículo y su derecho a preservar y recuperar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares reconocidas por la ley, deberán existir en los Estados Partes que reconocen el sistema de adopción u otra forma de colocación o guarda, procedimientos legales encaminados a revisar el procedimiento de adopción o de colocación o guarda de esos niños y, si procede, a anular toda adopción o colocación o guarda cuyo origen sea una desaparición forzada. 

5. En toda circunstancia y, en particular, para todo lo que se refiere a este artículo, el interés superior del niño constituirá una consideración primordial y el niño con capacidad de discernimiento tendrá derecho a expresar libremente su opinión, que será debidamente valorada en función de su edad y madurez.

Por tanto, y dado que en el instrumento de ratificación, el Gobierno de España no pone reserva alguna relacionada con la no persecución de estos delitos al amparo de la Ley de Amnistía, debe exigirse el CUMPLIMIENTO DEL CONTENIDO DE ESTE ARTÍCULO y, en consecuencia, tienen que habilitarse todos los mecanismos necesarios para posibilitar los encuentros entre las madres y sus hijas e hijos robados años atrás. 

Es importante resaltar que, ante las desapariciones forzadas, toda democracia que se considere a sí misma como tal debe actuar con todos los instrumentos permitidos en un estado democrático para ERRADICAR esta abominable PRÁCTICA CRIMINAL totalmente contraria a los Derechos Humanos. Por esta razón, es preciso exigir a los Estados de la Comunidad Internacional que firmen, ratifiquen y den cumplimiento a todas las disposiciones contenidas en la Convención Internacional para la Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas. 

Desde la fuerza de la democracia y desde la universalidad de los valores, principios y derechos cuya titularidad corresponde a toda la Humanidad, debemos exigir a todas las instituciones que hagan cuanto sea posible para que todas las personas desaparecidas regresen a sus casas; que todas aquellas personas que buscan desesperadamente a sus familiares puedan gritar sin miedo «¡TRAEDLOS DE VUELTA A CASA!»; que todos los bebés robados puedan reencontrarse con sus familias biológicas sin odio y sin venganzas; y que todas las familias puedan rendir sus respetos en el lugar en el que injustamente reposan los restos de sus seres queridos.

Solo así podremos dar cumplimiento, sentido y credibilidad a los tan necesarios DERECHO A LA VERDAD, A LA JUSTICIA Y A LA REPARACIÓN. Porque, solo así, podremos dar respuesta a esa pregunta que, cada día, tanto dolor y sufrimiento produce a miles de familias en todo el mundo.

🇬🇧ENGLISH🇬🇧

TELL US WHERE THEY ARE!

First of all, through these lines, and in each and every one of the words of this text, I want to send a huge hug of deep respect, solidarity and affection to all those families who, to this day, do not know where their loved ones are. The absence of certainty always undermines consciousness and causes anguish to every human being. And that feeling is even greater when we refer to the whereabouts of a mother, a father, a daughter, a son, a sister, a brother, a granddaughter or a grandchild.

Enforced disappearances are one of the biggest and most abominable instruments that corrupt governments and dictatorships use as a form of political repression, to eliminate their opponents and to instil terror among the population. Through this criminal practice, millions of people around the world have been silenced solely because they take a stand against those in power. This institutional terror of instilling fear among the population does not only create a space of fear and pain among the direct relatives of the missing victims, it also affects the whole community, the whole society and, ultimately, anyone who believes in the inviolability of human dignity, anyone who believes fervently in the defence of human rights and anyone who believes deeply in the universal values and principles inherent in the very concept of democracy.

Enforced disappearances are not a problem that affects only one country or region but it is a problem that affects all of us as Humanity.  Even if they have been subsequently eradicated, even if a democracy has been established and even if full freedom exists, that pain and anguish still remains in the hearts of their families. A pain and a form of TORTURE that will not cease until they know where their loved ones are. We are facing one of the greatest and most abominable crimes committed by human beings over their own fellow men and, consequently, it must be universally prosecuted as a CRIME AGAINST HUMANITY. Therefore, all countries with missing persons and whose disappearance has been forced must answer the same question: WHERE ARE THEY? 

Today, thousands of families are still struggling every day to find out where their loved ones are. All these families live every day with pain and guilt that is not theirs because the real culprits have not yet come to light or, worse still, it is known who they are and where they are but they do not assume the consequences of their actions, either because they have died or because the amnesty laws protect them. However, we must be very clear that, according to international jurisprudence, CRIMES AGAINST HUMANITY CANNOT BE PROTECTED UNDER ANY AMNESTY LAW. 

Along with all the families, thousands of human rights defenders and jurists fighting for truth and justice are systematically harassed for trying to shed light and bring to justice those responsible for enforced disappearances. RESPECT FOR THE RIGHT TO TRUTH, JUSTICE AND REPARATION is absolutely necessary and indispensable to put an end once and for all to the PAIN OF THE FAMILIES and against the feeling of impunity of those who committed these abominable crimes, these serious human rights violations. Families have a right to know what happened to their loved ones and where they are. Failure to respect that right not only contributes to the continuing bleeding of wounds and systematic human rights violations, sometimes under the implausible pretext of the fight against terrorism (an excuse still used today), but will also continue to allow these actions, as well as those responsible for them, to remain hidden and unpunished.

Many people are still looking for their loved ones, especially women who saw their children taken from their arms as soon as they were born. We all know the example of the » Mothers and Grandmothers of the Plaza de Mayo » in Argentina who have been tirelessly searching for their children and their grandchildren for decades. Some time ago I had the opportunity to meet a group of wonderful women who, without any desire for revenge or feeling of hatred, fight to know where their daughters and sons are. They are from the Association ALUMBRA (Association of the Mothers of Stolen Babies of Andalusia) and the International Platform of Victims of Enforced Disappearance of Children «WE ARE LOOKING FOR YOU». Above all, they are a group of strong and wonderful women who are looking for their daughters and sons who were stolen as soon as they were born during the years of the dictatorship but also well into democracy in Spain.

This is their presentation video (in Spanish only):

If the link does not work, watch on youtube: https://www.youtube.com/watch?v=G0D6Txc08hU

To know a little more about it here I leave you the documentary that they made three years ago (in Spanish only):

If the link does not work, watch on youtube: https://www.youtube.com/watch?v=JJjgQODg3zI&feature=youtu.be

For years, all these women, all these mothers have been fighting tirelessly so that the Spanish government would fulfil its obligations and end impunity for the theft of newborn babies in Spain, not only during the dictatorship, but also until well into democracy and to make it possible for these mothers to meet their daughters and sons. However, on many occasions, they have come up against the wall of the Spanish 1977 Amnesty Law. In the rest of the cases, those committed after this law, the lack of political will has made it impossible for thousands of mothers to have an answer to the only question that matters to them: WHERE IS MY DAUGHTER? WHERE IS MY SON?

At this point, it is necessary to repeat: CRIMES AGAINST HUMANITY CANNOT BE PROTECTED UNDER ANY LAW OF AMNESTY. Consequently, we are not dealing with a lack of legal capacity but rather a clear lack of political will. Precisely the International Convention for the Protection of All Persons from Enforced Disappearance, in force since December 2010 (and to which Spain is a party since 14 July 2009), with regard to stolen babies, clearly establishes in its Article 25 as follows:

Article 25

1. Each State Party shall take the necessary measures to prevent and punish under its criminal law:

( a ) The wrongful removal of children who are subjected to enforced disappearance, children whose father, mother or legal guardian is subjected to enforced disappearance or children born during the captivity of a mother subjected to enforced disappearance;

( b ) The falsification, concealment or destruction of documents attesting to the true identity of the children referred to in subparagraph ( a ) above.

2. Each State Party shall take the necessary measures to search for and identify the children referred to in paragraph 1 ( a ) of this article and to return them to their families of origin, in accordance with legal procedures and applicable international agreements.

3. States Parties shall assist one another in searching for, identifying and locating the children referred to in paragraph 1 ( a ) of this article.

4. Given the need to protect the best interests of the children referred to in paragraph 1 ( a ) of this article and their right to preserve, or to have re-established, their identity, including their nationality, name and family relations as recognized by law, States Parties which recognize a system of adoption or other form of placement of children shall have legal procedures in place to review the adoption or placement procedure, and, where appropriate, to annul any adoption or placement of children that originated in an enforced disappearance.

5. In all cases, and in particular in all matters relating to this article, the best interests of the child shall be a primary consideration, and a child who is capable of forming his or her own views shall have the right to express those views freely, the views of the child being given due weight in accordance with the age and maturity of the child.

Therefore, and given that in the instrument of ratification, the Spanish Government does not place any reservation related to the non-prosecution of these crimes under the Amnesty Law, COMPLIANCE WITH THE CONTENTS OF THIS ARTICLE must be demanded and, consequently, all the necessary mechanisms must be enabled to enable encounters between mothers and their children who were stolen years ago. 

It is important to emphasize that, in the face of forced disappearances, any democracy that considers itself as such must act with all the instruments permitted in a democratic state to ERADICATE this abominable CRIMINAL PRACTICE that is totally contrary to human rights. For this reason, the States of the International Community must be required to sign, ratify and comply with all the provisions contained in the International Convention for the Protection of All Persons from Enforced Disappearance.

From the strength of democracy and from the universality of the values, principles and rights that belong to all Humanity, we must demand from all institutions that they do everything possible so that all the missing people return to their homes; that all those people who are desperately looking for their relatives can shout without fear «BRING THEM BACK HOME! «That all stolen babies can be reunited with their biological families without hatred and revenge; and that all families can pay their respects at the place where the remains of their loved ones unjustly lie.

Only in this way can we give fulfilment, meaning and credibility to the much needed RIGHT TO TRUTH, JUSTICE AND REPAIR. Because, only in this way, can we give an answer to that question which, every day, causes so much pain and suffering to thousands of families all over the world.

🇮🇹ITALIANO🇮🇹

DITECI DOVE SONO!

Prima di tutto, attraverso queste righe, e in ogni singola parola di questo testo, voglio inviare un grande abbraccio di profondo rispetto, solidarietà e affetto a tutte quelle famiglie che, ancora oggi, non sanno dove sono i loro cari. L’assenza di certezze mina sempre la coscienza e provoca angoscia ad ogni essere umano. E questo sentimento è ancora più grande quando ci si riferisce a dove si trovano una madre, un padre, una figlia, un figlio, una sorella, un fratello, una nipote o un nipote.

Le sparizioni forzate sono uno degli strumenti più grandi e abominevoli che i governi e le dittature corrotte usano come forma di repressione politica, per eliminare i loro avversari e per instillare il terrore tra la popolazione. Attraverso questa pratica criminale, milioni di persone in tutto il mondo sono state messe a tacere solo perché hanno preso posizione contro coloro che sono al potere. Questo terrore istituzionale di incutere paura tra la popolazione non solo crea uno spazio di paura e di dolore tra i parenti diretti delle vittime scomparse, ma colpisce anche l’intera comunità, l’intera società e, in definitiva, chiunque creda nell’inviolabilità della dignità umana, chiunque creda con fervore nella difesa dei diritti umani e chiunque creda profondamente nei valori e nei principi universali inerenti al concetto stesso di democrazia.

Le sparizioni forzate non sono un problema che riguarda solo un paese o una regione, ma è un problema che riguarda tutti noi come Umanità.  Anche se sono state successivamente sradicate, anche se è stata istituita una democrazia e anche se esiste una piena libertà, quel dolore e quell’angoscia rimangono ancora nel cuore delle loro famiglie. Un dolore e una forma di TORTURA che non cesserà finché non sapranno dove sono i loro cari. Ci troviamo di fronte a uno dei più grandi e abominevoli crimini commessi dagli esseri umani sui propri simili e, di conseguenza, deve essere universalmente perseguito come un CRIMINE CONTRO L’UMANITÀ. Pertanto, tutti i Paesi con persone scomparse e la cui scomparsa è stata forzata devono rispondere alla stessa domanda: DOVE SONO? 

Oggi, migliaia di famiglie continuano a lottare ogni giorno per scoprire dove si trovano i loro cari. Tutte queste famiglie vivono ogni giorno con un dolore e un senso di colpa che non sono loro perché i veri colpevoli non sono ancora venuti alla luce o, peggio ancora, si sa chi sono e dove si trovano ma non si assumono le conseguenze delle loro azioni, o perché sono morti o perché le leggi di amnistia li proteggono. Tuttavia, dobbiamo essere molto chiari sul fatto che, secondo la giurisprudenza internazionale, i reati contro l’umanità non possono essere protetti da nessuna legge di amnistia.

Insieme a tutte le famiglie, migliaia di difensori dei diritti umani e di giuristi che lottano per la verità e la giustizia sono sistematicamente perseguitati per aver cercato di fare luce e di consegnare alla giustizia i responsabili delle sparizioni forzate. Il RISPETTO PER IL DIRITTO ALLA VERITÀ, LA GIUSTIZIA E LA RIPARAZIONE è assolutamente necessario e indispensabile per porre fine una volta per tutte al DOLORE DELLE FAMIGLIE e contro il sentimento di impunità di coloro che hanno commesso questi abominevoli crimini, queste gravi violazioni dei diritti umani. Le famiglie hanno il diritto di sapere cosa è successo ai loro cari e dove si trovano. Il mancato rispetto di tale diritto non solo contribuisce al continuo sanguinamento delle ferite e alle sistematiche violazioni dei diritti umani, a volte con il pretesto poco plausibile della lotta al terrorismo (scusa ancora oggi utilizzata), ma continuerà a permettere che queste azioni, così come i responsabili, rimangano nascosti e impuniti.

Molte persone sono ancora alla ricerca dei loro cari, soprattutto donne che hanno visto i loro figli strappati dalle loro braccia appena nati. Conosciamo tutti l’esempio delle «Madri e nonne di Plaza de Mayo» in Argentina, che da decenni cercano instancabilmente i loro figli e i loro nipoti. Qualche tempo fa ho avuto l’opportunità di incontrare un gruppo di donne meravigliose che, senza alcun desiderio di vendetta o sentimento di odio, lottano per sapere dove sono le loro figlie e i loro figli. Sono dell’Associazione ALUMBRA (Associazione delle Madri dei Bambini Rapiti dell’Andalusia) e della Piattaforma Internazionale delle Vittime delle Scomparse Forzate dei Bambini «TI STIAMO CERCANDO». Soprattutto, sono un gruppo di donne forti e meravigliose che cercano le loro figlie e i loro figli che sono stati rubati non appena nati durante gli anni della dittatura, ma anche ben inseriti nella democrazia in Spagna.

Questo è il loro video di presentazione (solo in Spagnolo):

Se il link non funziona, guardate su youtube: https://www.youtube.com/watch?v=G0D6Txc08hU

Per saperne un po’ di più vi lascio qui il documentario che hanno realizzato tre anni fa (solo in Spagnolo):

Se il link non funziona, guardate su youtube: https://www.youtube.com/watch?v=JJjgQODg3zI&feature=youtu.be

Per anni, tutte queste donne, tutte queste madri hanno lottato instancabilmente affinché il governo spagnolo adempisse ai suoi obblighi e ponesse fine all’impunità per il furto dei neonati in Spagna, non solo durante la dittatura, ma anche fino a ben presto nella democrazia e per permettere a queste madri di incontrare le loro figlie e i loro figli. Tuttavia, in molte occasioni, si sono scontrate con il muro della legge spagnola di amnistia del 1977. Nel resto dei casi, quelli commessi dopo questa legge, la mancanza di volontà politica ha reso impossibile a migliaia di madri avere una risposta all’unica domanda che conta per loro: DOV’È MIA FIGLIA? DOV’È MIO FIGLIO?

A questo punto, è necessario ripetere: I CRIMINI CONTRO L’UMANITÀ NON POSSONO ESSERE PROTETTI DA QUALSIASI LEGGE DI AMNISTIA. Di conseguenza, non si tratta di una mancanza di capacità giuridica, ma piuttosto di una chiara mancanza di volontà politica. Proprio la Convenzione internazionale per la protezione di tutte le persone dalle sparizione forzata, in vigore dal dicembre 2010 (e di cui la Spagna è parte contraente dal 14 luglio 2009), per quanto riguarda i bambini rubati, stabilisce chiaramente nel suo articolo 25 quanto segue:

Art. 25 

1. Ogni Stato Parte adotta le misure necessarie per prevenire e punire penalmente: 

a)  l’allontanamento illegale di bambini sottoposti a sparizione forzata o di bambini il cui padre, la cui madre o il cui tutore è soggetto a sparizione for- zata o di bambini nati nel corso della prigionia della madre sottoposta a spa- rizione forzata; 

b)  la falsificazione, l’occultamento o la distruzione di documenti attestanti la vera identità dei bambini di cui alla lettera a). 

2. Ogni Stato Parte prende le misure necessarie per rintracciare e identificare i bambini di cui al paragrafo 1 del presente articolo e restituirli alle loro famiglie d’origine, nel rispetto delle procedure di legge e degli accordi internazionali appli- cabili. 

3. Gli Stati Parte si prestano reciproca assistenza nel ricercare, identificare e localiz- zare i bambini di cui al paragrafo 1 lettera a) del presente articolo. 

4. In considerazione della necessità di tutelare l’interesse superiore dei bambini di cui al paragrafo 1 lettera a) del presente articolo e il loro diritto a mantenere o a ristabilire la propria identità, compresa la nazionalità, il nome e i rapporti familiari riconosciuti dalla legge, gli Stati Parte che riconoscono sistemi di adozione o altre forme di collocamento di bambini istituiscono procedure legali volte a rivedere le procedure di adozione o collocamento di bambini e, laddove ciò risulti opportuno, ad annullare l’adozione o il collocamento dei bambini che hanno all’origine una sparizione forzata. 

5. In tutti i casi, e in particolare per tutti gli aspetti rilevanti ai fini del presente articolo, l’interesse superiore del bambino deve essere una considerazione prioritaria e il bambino capace di discernimento ha il diritto di esprimere liberamente le proprie opinioni, alle quali è dato il giusto peso tenuto conto dell’età e del grado di maturità. 

Pertanto, e dato che nello strumento di ratifica, il governo spagnolo non pone alcuna riserva in merito alla mancata esecuzione di questi crimini ai sensi della legge di amnistia, si deve esigere il rispetto dei contenuti di questo articolo e, di conseguenza, si devono attivare tutti i meccanismi necessari per consentire l’incontro tra le madri e i loro figli che sono stati rubati anni fa. 

È importante sottolineare che, di fronte alle sparizioni forzate, ogni democrazia che si considera tale deve agire con tutti gli strumenti consentiti in uno Stato democratico per SRADICARE questa abominevole PRATICA CRIMINALE che è totalmente contraria ai diritti umani. Per questo motivo, gli Stati della Comunità Internazionale devono essere tenuti a firmare, ratificare e rispettare tutte le disposizioni contenute nella Convenzione Internazionale per la protezione di tutte le persone dalle sparizioni forzate.

Dalla forza della democrazia e dall’universalità dei valori, dei principi e dei diritti che appartengono a tutta l’Umanità, dobbiamo esigere da tutte le istituzioni che facciano tutto il possibile affinché tutte le persone scomparse ritornino alle loro case; che tutte le persone che sono alla disperata ricerca dei loro parenti possano gridare senza paura «Riportateli a casa! «Che tutti i bambini rubati possano essere ricongiunti alle loro famiglie biologiche senza odio e vendetta; e che tutte le famiglie possano rendere omaggio al luogo dove giacciono ingiustamente i resti dei loro cari.

Solo in questo modo possiamo dare compimento, significato e credibilità al tanto necessario DIRITTO ALLA VERITÀ, ALLA GIUSTIZIA E ALLA RIPARAZIONE. Perché solo così possiamo dare una risposta a quella domanda che ogni giorno causa tanto dolore e sofferenza a migliaia di famiglie in tutto il mondo.

🇫🇷️FRANÇAIS🇫🇷️

DIS-NOUS OÙ SONT!

Tout d’abord, à travers ces lignes, et dans chacun des mots de ce texte, je veux envoyer une énorme accolade de profond respect, de solidarité et d’affection à toutes ces familles qui, à ce jour, ne savent pas où se trouvent leurs proches. L’absence de certitude sape toujours la conscience et provoque l’angoisse de tout être humain. Et ce sentiment est encore plus fort lorsque nous nous référons à l’endroit où se trouve une mère, un père, une fille, un fils, une sœur, un frère, une petite-fille ou un petit-enfant.

Les disparitions forcées sont l’un des plus grands et des plus abominables instruments que les gouvernements corrompus et les dictatures utilisent comme une forme de répression politique, pour éliminer leurs opposants et semer la terreur dans la population. Par cette pratique criminelle, des millions de personnes dans le monde entier ont été réduites au silence uniquement parce qu’elles prennent position contre ceux qui sont au pouvoir. Cette terreur institutionnelle visant à semer la peur au sein de la population ne crée pas seulement un espace de peur et de douleur chez les proches des victimes disparues, elle touche également l’ensemble de la communauté, la société tout entière et, en fin de compte, toute personne qui croit à l’inviolabilité de la dignité humaine, toute personne qui croit ardemment à la défense des droits de l’homme et toute personne qui croit profondément aux valeurs et principes universels inhérents au concept même de démocratie. 

Les disparitions forcées ne sont pas un problème qui ne touche qu’un pays ou une région, mais un problème qui nous concerne tous en tant qu’humanité.  Même si elles ont été éradiquées par la suite, même si une démocratie a été établie et même si la pleine liberté existe, cette douleur et cette angoisse restent encore dans le cœur de leurs familles. Une douleur et une forme de TORTURE qui ne cesseront pas tant qu’ils ne sauront pas où se trouvent leurs proches. Nous sommes confrontés à l’un des plus grands et des plus abominables crimes commis par des êtres humains sur leurs propres semblables et, par conséquent, il doit être universellement poursuivi comme un CRIME CONTRE L’HUMANITÉ. Par conséquent, tous les pays qui ont des personnes disparues et dont la disparition a été forcée doivent répondre à la même question : OÙ ILS SONT ? 

Aujourd’hui, des milliers de familles luttent encore chaque jour pour savoir où se trouvent leurs proches. Toutes ces familles vivent chaque jour avec une douleur et une culpabilité qui ne sont pas les leurs car les véritables auteurs de ces actes n’ont pas encore été révélés ou, pire encore, elles savent qui elles sont et où elles se trouvent mais n’acceptent pas les conséquences de leurs actes, soit parce qu’elles sont mortes, soit parce que les lois d’amnistie les protègent. Cependant, nous devons être très clairs sur le fait que, selon la jurisprudence internationale, les CRIMES CONTRE L’HUMANITÉ NE PEUVENT ÊTRE COUVERTS PAR AUCUNE LOI D’AMNISTIE.

Comme toutes les familles, des milliers de défenseurs des droits de l’homme et de juristes qui se battent pour la vérité et la justice sont systématiquement harcelés pour avoir tenté de faire la lumière et de traduire en justice les responsables de disparitions forcées. Le RESPECT DU DROIT À LA VÉRITÉ, À LA JUSTICE ET À LA RÉPARATION est absolument nécessaire et indispensable pour mettre fin une fois pour toutes à la PEINE DES FAMILLES et contre le sentiment d’impunité de ceux qui ont commis ces crimes abominables, ces graves violations des droits de l’homme. Les familles ont le droit de savoir ce qui est arrivé à leurs proches et où ils se trouvent. Le non-respect de ce droit contribue non seulement à continuer de saigner les plaies et de violer systématiquement les droits de l’homme, parfois sous le prétexte peu plausible de la lutte contre le terrorisme (une excuse encore utilisée aujourd’hui), mais il continuera également de permettre que ces actions, ainsi que leurs auteurs, restent cachés et impunis.

De nombreuses personnes sont encore à la recherche de leurs proches, en particulier les femmes qui ont vu leurs enfants leur être enlevés dès leur naissance. Nous connaissons tous l’exemple des «Mères et Grand-mères de la Place de Mai» en Argentine qui, depuis des décennies, recherchent inlassablement leurs filles et fils et leurs petits-enfants. Il y a quelque temps, j’ai eu l’occasion de rencontrer un groupe de femmes merveilleuses qui, sans aucun désir de vengeance ni sentiment de haine, se battent pour savoir où sont leurs filles et leurs fils. Ils sont issus de l’Association ALUMBRA (Association pour la lutte des mères de bébés volés en Andalousie) et de la Plateforme internationale des victimes de disparition forcée d’enfants «ON TE CHERCHE». Il s’agit avant tout d’un groupe de femmes fortes et merveilleuses qui recherchent leurs filles et leurs fils qui ont été volés dès leur naissance pendant les années de la dictature, mais aussi bien avant la démocratie en Espagne.

Voici leur vidéo de présentation (en espagnol uniquement) :

Si le lien ne fonctionne pas, regardez sur youtube: https://www.youtube.com/watch?v=G0D6Txc08hU

Pour en savoir un peu plus, je vous laisse ici le documentaire qu’ils ont réalisé il y a trois ans (en Espagnol uniquement): 

Si le lien ne fonctionne pas, regardez sur youtube: https://www.youtube.com/watch?v=JJjgQODg3zI&feature=youtu.be

Depuis des années, toutes ces femmes, toutes ces mères se battent sans relâche pour que le gouvernement espagnol remplisse ses obligations et mette fin à l’impunité des vols de nouveau-nés en Espagne, non seulement pendant la dictature, mais aussi jusqu’à la fin de la démocratie et pour que ces mères puissent rencontrer leurs filles et leurs fils. Cependant, à de nombreuses reprises, ils se sont heurtés au mur de la loi d’amnistie de 1977. Dans le reste des cas, ceux commis après cette loi, le manque de volonté politique a rendu impossible pour des milliers de mères d’avoir une réponse à la seule question qui leur importe :OÙ EST MON ENFANT?

À ce stade, il est nécessaire de le répéter à nouveau : les crimes contre l’humanité ne peuvent être commis en vertu d’aucune loi d’immigration. Par conséquent, nous ne sommes pas confrontés à un manque de capacité juridique, mais plutôt à un manque évident de volonté politique. Précisément, la Convention internationale pour la protection de toutes les personnes contre les disparitions forcées, en vigueur depuis décembre 2010 (et à laquelle l’Espagne est partie depuis le 14 juillet 2009), en ce qui concerne les bébés volés, stipule clairement dans son article 25 ce qui suit :

Article 25

1. Tout État partie prend les mesures nécessaires pour prévenir et réprimer pénalement :

a ) La soustraction d’enfants soumis à une disparition forcée ou dont le père, la mère ou le représentant légal sont soumis à une disparition forcée, ou d’enfants nés pendant la captivité de leur mère soumise à une disparition forcée   ;

b ) La falsification, la dissimulation ou la destruction de documents attestant la véritable identité des enfants visés à l’alinéa a ci-dessus.

2. Tout État partie prend les mesures nécessaires pour rechercher et identifier les enfants visés à l’alinéa a du paragraphe 1 du présent article et les rendre à leur famille d’origine, conformément aux procédures légales et aux accords internationaux applicables.

3. Les États parties se prêtent mutuellement assistance dans la recherche et l’identification des enfants visés à l’alinéa a du paragraphe 1 du présent article ainsi que la détermination du lieu où ils se trouvent.

4. Compte tenu de la nécessité de préserver l’intérêt supérieur des enfants visés à l’alinéa a du paragraphe 1 du présent article et leur droit à préserver et à voir rétablie leur identité, y compris leur nationalité, leur nom et leurs liens familiaux reconnus par la loi, dans les États parties qui reconnaissent le système d’adoption ou d’autres formes de placement d’enfants, des procédures légales doivent exister, qui visent à réviser la procédure d’adoption ou de placement d’enfants et, le cas échéant, à annuler toute adoption ou placement d’enfants qui trouve son origine dans une disparition forcée.

5. En toutes circonstances, et en particulier pour tout ce qui a trait au présent article, l’intérêt supérieur de l’enfant est une considération primordiale, et l’enfant qui est capable de discernement a le droit d’exprimer librement son opinion, laquelle est dûment prise en compte eu égard à son âge et à son degré de maturité.

Par conséquent, et étant donné que dans l’instrument de ratification, le gouvernement espagnol n’émet aucune réserve quant à la non poursuite de ces crimes en vertu de la loi d’amnistie, il faut exiger le respect du contenu de cet article et, par conséquent, mettre en place tous les mécanismes nécessaires pour permettre la rencontre entre les mères et leurs enfants qui ont été volés il y a des années. 

Il est important de souligner que, face aux disparitions forcées, toute démocratie qui se considère comme telle doit agir avec tous les instruments permis dans un État démocratique pour ÉLIMINER cette abominable PRATIQUE CRIMINELLE totalement contraire aux Droits de l’Homme. C’est pourquoi les États de la Communauté internationale doivent être tenus de signer, de ratifier et de respecter toutes les dispositions contenues dans la Convention internationale pour la protection de toutes les personnes contre les disparitions forcées. 

De la force de la démocratie et de l’universalité des valeurs, des principes et des droits dont la propriété correspond à toute l’Humanité, nous devons exiger de toutes les institutions qu’elles fassent tout leur possible pour que toutes les personnes disparues retournent chez elles ; que tous ceux qui recherchent désespérément leurs proches puissent crier sans crainte «Rapportez-les à la maison!»; que tous les bébés volés puissent être réunis avec leur famille biologique sans haine et sans vengeance ; et que toutes les familles puissent présenter leurs respects à l’endroit où reposent injustement les restes de leurs proches.

Ce n’est que de cette manière que nous pourrons donner un sens et une crédibilité au droit à la vérité, à la justice et à la réparation dont nous avons tant besoin. Car c’est seulement ainsi que nous pourrons donner une réponse à cette question qui, chaque jour, cause tant de douleur et de souffrance à des milliers de familles dans le monde entier.

🇵🇹PORTUGUÊS🇵🇹

DIGAM ONDE ESTÃO!

Antes de mais, através destas linhas, e em cada uma das palavras deste texto, quero enviar um enorme abraço de profundo respeito, solidariedade e afecto a todas aquelas famílias que, até hoje, não sabem onde estão os seus entes queridos. A ausência de certeza mina sempre a consciência e causa angústia a todo o ser humano. E este sentimento é ainda maior quando nos referimos ao paradeiro de uma mãe, um pai, uma filha, um filho, uma irmã, um irmão, uma neta ou um neto.

Os desaparecimentos forçados são um dos maiores e mais abomináveis instrumentos que governos e ditaduras corruptos utilizam como forma de repressão política, para eliminar os seus opositores e para incutir terror entre a população. Através desta prática criminosa, milhões de pessoas em todo o mundo têm sido silenciadas apenas porque tomam uma posição contra os que estão no poder. Este terror institucional de incutir medo entre a população não só cria um espaço de medo e dor entre os familiares directos das vítimas desaparecidas, como também afecta toda a comunidade, toda a sociedade e, em última análise, qualquer pessoa que acredite na inviolabilidade da dignidade humana, qualquer pessoa que acredite fervorosamente na defesa dos direitos humanos e qualquer pessoa que acredite profundamente nos valores e princípios universais inerentes ao próprio conceito de democracia. 

Os desaparecimentos forçados não são um problema que afecta apenas um país ou região, mas um problema que nos afecta a todos como Humanidade.  Mesmo que tenham sido posteriormente erradicadas, mesmo que tenha sido estabelecida uma democracia e mesmo que exista plena liberdade, essa dor e angústia ainda permanecem no coração das suas famílias. Uma dor e uma forma de TORTURA que não cessará até saberem onde estão os seus entes queridos. Estamos perante um dos maiores e mais abomináveis crimes cometidos por seres humanos sobre os seus próprios semelhantes e, consequentemente, deve ser universalmente processado como um crime contra a humanidade. Portanto, todos os países que desapareceram e cujo desaparecimento foi forçado devem responder à mesma pergunta: ONDE SÃO ELES? 

Hoje em dia, milhares de famílias continuam a lutar todos os dias para descobrir onde estão os seus entes queridos. Todas estas famílias vivem todos os dias com dores e culpas que não são suas porque os verdadeiros perpetradores ainda não vieram à luz ou, pior ainda, sabem quem são e onde estão mas não aceitam as consequências dos seus actos, ou porque morreram ou porque as leis de amnistia os protegem. Contudo, temos de ser muito claros que, de acordo com a jurisprudência internacional, os CRIMES CONTRA A HUMANIDADE NÃO PODEM SER ABRANGIDOS POR QUALQUER LEI DE AMNISTIA.

Juntamente com todas as famílias, milhares de defensores dos direitos humanos e juristas que lutam pela verdade e justiça são sistematicamente perseguidos por tentarem lançar luz e trazer à justiça os responsáveis por desaparecimentos forçados. RESPEITO PELO DIREITO À VERDADE, JUSTIÇA E REPARAÇÃO é absolutamente necessário e indispensável para acabar de uma vez por todas com a DOR DAS FAMÍLIAS e contra o sentimento de impunidade daqueles que cometeram estes crimes abomináveis, estas graves violações dos direitos humanos. As famílias têm o direito de saber o que aconteceu aos seus entes queridos e onde eles se encontram. O não respeito desse direito não só contribui para o sangramento contínuo de feridas e violações sistemáticas dos direitos humanos, por vezes sob o pretexto implausível da luta contra o terrorismo (uma desculpa ainda hoje utilizada), como também continuará a permitir que estas acções, bem como os responsáveis por elas, permaneçam escondidas e impunes.

Há muitas pessoas que continuam à procura dos seus entes queridos, especialmente mulheres que viram os seus filhos serem retirados dos seus braços logo após o seu nascimento. Todos conhecemos o exemplo das «Mães e Avós da Praça de Maio» na Argentina, que durante décadas procuraram incansavelmente as suas filhas e filhos e os seus netos. Há algum tempo atrás tive a oportunidade de conhecer um grupo de mulheres maravilhosas que, sem qualquer desejo de vingança ou sentimento de ódio, lutam para saber onde estão as suas filhas e filhos. São da Associação ALUMBRA (Associação para a Luta das Mães de Bebés Roubados na Andaluzia) e da Plataforma Internacional das Vítimas de Desaparecimento Forçado de Crianças «Estamos à tua procura». Acima de tudo, são um grupo de mulheres fortes e maravilhosas que procuram as suas filhas e filhos que foram roubados assim que nasceram durante os anos da ditadura, mas que também se encontram bem na democracia em Espanha.

Esta é a sua apresentação em vídeo (só em espanhol):

Se o link não funcionar, observe no youtube: https://www.youtube.com/watch?v=G0D6Txc08hU

Para saber um pouco mais sobre isto, deixo-vos aqui o documentário que fizeram há três anos (so em Espanhol): 

Se o link não funcionar, observe no youtube: https://www.youtube.com/watch?v=JJjgQODg3zI&feature=youtu.be

Durante anos, todas estas mulheres, todas estas mães têm lutado incansavelmente para que o Governo espanhol cumprisse as suas obrigações e pusesse fim à impunidade pelo roubo de recém-nascidos em Espanha, não só durante a ditadura, mas também bem na democracia e para tornar possível a estas mães conhecerem as suas filhas e filhos. No entanto, em muitas ocasiões, depararam-se com a parede da Lei da Amnistia de 1977. Nos restantes casos, os cometidos depois desta lei, a falta de vontade política impossibilitou milhares de mães de terem uma resposta à única pergunta que lhes interessa: ONDE É O MEU FILHO? ONDE É A MINHA FILHA?

Neste ponto, é necessário repeti-lo novamente: OS CRIMES CONTRA A HUMANIDADE NÃO PODEM SER ABRANGIDOS POR QUALQUER LEI DE AMNISTIA. Consequentemente, não estamos perante uma falta de capacidade jurídica, mas sim uma clara falta de vontade política. Precisamente a Convenção Internacional para a Protecção de Todas as Pessoas contra os Desaparecimentos Forçados, em vigor desde Dezembro de 2010 (e da qual a Espanha é parte desde 14 de Julho de 2009), no que diz respeito a bebés roubados, declara claramente no seu Artigo 25 o seguinte:

Artigo 25.o 

1. Cada Estado Parte adotará as medidas necessárias para prevenir e punir nos termos do seu Direito penal: 

a) A subtração de crianças que são sujeitas ao desaparecimento forçado, ou cujo pai, mãe ou tutor legal tenham sido sujeitos ao desaparecimento forçado, ou de crianças nascidas durante o cativeiro da mãe, que foi sujeita ao desaparecimento forçado; 

b) A falsificação, ocultação ou destruição de documentos que atestem a verdadeira identidade das crianças referidas na alínea anterior. 

2. Cada Estado Parte adotará as medidas necessárias para procurar e identificar as crianças referidas na alínea a) do n.o1 deste artigo e as entregar à sua família de origem, em conformidade com os procedimentos legais e os acordos internacionais aplicáveis. 

3. Os Estados Partes auxiliar-se-ão mutuamente na busca, identificação e localização das crianças referidas na alínea a) do n.o 1 deste artigo. 

4. Dada a necessidade de proteger o superior interesse das crianças referidas na alínea a) do n.o 1 deste artigo e o seu direito de preservar ou ver restabelecida a sua identidade, incluindo a sua nacionalidade, o seu nome e as suas relações familiares, tal como consagrado na lei, os Estados Partes que reconhecem um sistema de adoção ou outra forma de colocação de crianças terão procedimentos legais para rever os processos de adoção ou de colocação e, se for caso disso, anular qualquer adoção ou colocação de crianças que tenha tido origem num desaparecimento forçado. 

5. O superior interesse da criança será sempre e, em especial, em tudo o que diga respeito ao presente artigo, o principal fator a ter em conta, e uma criança que seja capaz de expressar as suas opiniões terá o direito de as expressar livremente, devendo essas opiniões ser consideradas em função da sua idade e maturidade. 

Portanto, e dado que no instrumento de ratificação, o Governo de Espanha não coloca qualquer reserva relacionada com a não execução destes crimes ao abrigo da Lei de Amnistia, deve ser exigido o cumprimento do conteúdo deste artigo e, consequentemente, devem ser utilizados todos os mecanismos necessários para permitir encontros entre as mães e os seus filhos que foram roubados há anos. 

É importante salientar que, face aos desaparecimentos forçados, qualquer democracia que se considere como tal deve agir com todos os instrumentos permitidos num Estado democrático para ERRADICAR esta abominável PRÁTICA CRIMINAL totalmente contrária aos Direitos Humanos. Por esta razão, os Estados da Comunidade Internacional devem ser obrigados a assinar, ratificar e cumprir todas as disposições contidas na Convenção Internacional para a Protecção de Todas as Pessoas contra o Desaparecimento Forçado. 

A partir da força da democracia e da universalidade dos valores, princípios e direitos cuja propriedade corresponde a toda a Humanidade, devemos exigir de todas as instituições que façam todo o possível para que todas as pessoas desaparecidas regressem às suas casas; que todas as pessoas que procuram desesperadamente os seus familiares possam gritar sem medo «Trazê-los de volta para casa!», que todos os bebés roubados possam ser reunidos com as suas famílias biológicas sem ódio e sem vingança; e que todas as famílias possam prestar os seus respeitos no local onde jazem injustamente os restos mortais dos seus entes queridos.

Só assim podemos dar cumprimento, significado e credibilidade ao muito necessário DIREITO À VERDADE, À JUSTIÇA E À REPARAÇÃO. Porque só assim podemos dar uma resposta a essa pergunta que, todos os dias, causa tanta dor e sofrimento a milhares de famílias em todo o mundo.

El Grito de la Libertad.

(Escrito en 🇪🇸️ – Written in 🇬🇧️ – Scritto in 🇮🇹 – Rédigé en 🇫🇷️ – Escrito em 🇵🇹)

🇪🇸️ESPAÑOL🇪🇸️

Era el año 1791 cuando los hombres y las mujeres de Saint-Domingue (actual Haiti) se alzaron clamando por su libertad. Un grito desgarrador que aún perdura con el paso de los siglos, extendiéndose mucho más allá de cualquier frontera y al que toda la humanidad debe sumarse. 

La libertad es un derecho y un valor universal que debemos defender sin descanso porque nos pertenece a todas y a todos. A lo largo de la historia, han sido muchos los episodios en los que el derecho inalienable a la libertad ha sido sistemáticamente negado. Y lo peor de todo es que algunas de esas sombras del pasado siguen representes en nuestra sociedad bajo distintas formas de racismo, opresión, odio y discriminación.

En estos tiempos convulsos de crisis económica y de pandemia, son numerosos los discursos tergiversados que están volviendo a surgir y que aún se atreven a justificar los hechos del pasado bajo argumentos falaces utilizados a modo de apología. Discursos que no solo justifican sino que, incluso, niegan la libertad y la igualdad de derechos entre todos los seres humanos.

Más de dos siglos después, la historia nos enseña aquello que debemos seguir combatiendo. La defensa de los derechos humanos y de la dignidad humana inviolable sigue muy presente en la lucha contra la trata de seres humanos y contra cualquier forma moderna de esclavitud sea cual sea su finalidad. 

Por ello, hemos de honrar la memoria de quienes sufrieron en yugo de la esclavitud en el pasado y defender sin descanso a quienes sufren el peso del racismo y de la discriminación en la actualidad. Debemos alzar la voz, romper las cadenas del silencio, reivindicar la igualdad de derechos, el respeto a la dignidad humana de toda persona y unir nuestras voces en un mismo grito. 

¡LIBERTAD!

Le Marron Inconnu, Haití.

🇬🇧ENGLISH🇬🇧

THE CRY OF FREEDOM

It was in 1791 when the men and women of Saint-Domingue (present-day Haiti) rose up to demand their freedom. A heart-rending cry that still lives on through the centuries, extending far beyond any border and to which all of humanity must add. 

Freedom is a right and a universal value that we must tirelessly defend because it belongs to all of us. Throughout history, there have been many episodes in which the inalienable right to freedom has been systematically denied. And worst of all, some of those shadows of the past are still represented in our society under various forms of racism, oppression, hatred and discrimination.

In these turbulent times of economic crisis and pandemic, there are many distorted discourses that are re-emerging and still dare to justify the facts of the past under fallacious arguments used as an apology. Discourses that not only justify but even deny the freedom and equal rights of all human beings.

More than two centuries later, history teaches us what we must continue to fight. The defence of human rights and inviolable human dignity is still very much present in the fight against trafficking in human beings and against any modern form of slavery for whatever purpose. 

That is why we must honour the memory of those who suffered under the yoke of slavery in the past and relentlessly defend those who suffer under the weight of racism and discrimination today. We must raise our voices, break the chains of silence, demand equal rights, respect for the human dignity of every person and unite our voices in one cry. 

FREEDOM!

Le Marron Inconnu, Haiti.

🇮🇹ITALIANO🇮🇹

IL GRIDO DELLA LIBERTÀ.

Correva l’anno 1791 quando gli uomini e le donne di Saint-Domingue (l’attuale Haiti) si alzarono per chiedere la loro libertà. Un grido straziante che vive ancora attraverso i secoli, che si estende ben oltre ogni confine e al quale tutta l’umanità deve aggiungere.

La libertà è un diritto e un valore universale che dobbiamo difendere instancabilmente perché appartiene a tutti noi. Nel corso della storia, ci sono stati molti episodi in cui il diritto inalienabile alla libertà è stato sistematicamente negato. E peggio ancora, alcune di quelle ombre del passato sono ancora rappresentate nella nostra società sotto varie forme di razzismo, oppressione, odio e discriminazione.

In questi tempi turbolenti di crisi economica e pandemia, riemergono numerosi discorsi distorti che ancora osano giustificare i fatti del passato con argomenti fallaci usati come scuse. Discorsi che non solo giustificano, ma addirittura negano la libertà e l’uguaglianza dei diritti di tutti gli esseri umani.

Più di due secoli dopo, la storia ci insegna ciò che dobbiamo continuare a combattere. La difesa dei diritti umani e dell’inviolabile dignità umana è ancora molto presente nella lotta contro il traffico di esseri umani e contro qualsiasi forma moderna di schiavitù per qualsiasi scopo. 

Per questo dobbiamo onorare la memoria di coloro che hanno sofferto sotto il giogo della schiavitù in passato e difendere senza sosta coloro che oggi soffrono sotto il peso del razzismo e della discriminazione. Dobbiamo alzare la voce, rompere le catene del silenzio, chiedere l’uguaglianza dei diritti, il rispetto della dignità umana di ogni persona e unire le nostre voci in un unico grido.

LIBERTÀ!

Le Marron Inconnu, Haití.

🇫🇷️FRANÇAIS🇫🇷️

LE CRI DE LA LIBERTÉ

Ce fut en 1791 que les hommes et les femmes de Saint-Domingue (aujourd’hui Haïti) se levèrent pour réclamer leur liberté. Un cri déchirant qui continue de vivre à travers les siècles, s’étendant bien au-delà de toute frontière et auquel l’humanité tout entière doit ajouter.

La liberté est un droit et une valeur universelle que nous devons défendre sans relâche car elle nous appartient à tous. Tout au long de l’histoire, il y a eu de nombreux épisodes où le droit inaliénable à la liberté a été systématiquement nié. Et pire encore, certaines de ces ombres du passé sont encore représentées dans notre société sous diverses formes de racisme, d’oppression, de haine et de discrimination.

En ces temps troublés de crise économique et de pandémie, de nombreux discours déformés ressurgissent qui osent encore justifier les faits du passé sous des arguments fallacieux utilisés comme excuses. Des discours qui non seulement justifient mais aussi nient la liberté et l’égalité des droits de tous les êtres humains.

Après plus de deux siècles, l’histoire nous apprend ce que nous devons continuer à combattre. La défense des droits de l’homme et de la dignité humaine inviolable est toujours très présente dans la lutte contre la traite des êtres humains et contre toute forme moderne d’esclavage, quel qu’en soit le but. 

C’est pourquoi nous devons honorer la mémoire de ceux qui ont souffert sous le joug de l’esclavage dans le passé et défendre sans relâche ceux qui souffrent sous le poids du racisme et de la discrimination aujourd’hui. Nous devons élever nos voix, briser les chaînes du silence, exiger l’égalité des droits, le respect de la dignité humaine de chaque personne et unir nos voix en un seul cri. 

LIBERTÉ !

Le Marron Inconnu, Haïti.

🇵🇹PORTUGUÊS🇵🇹

O GRITO DE LIBERDADE.

Foi em 1791 quando os homens e mulheres de Saint-Domingue (actual Haiti) se levantaram para exigir a sua liberdade. Um grito de dor no coração que ainda vive ao longo dos séculos, estendendo-se muito para além de qualquer fronteira e ao qual toda a humanidade deve somar-se. 

A liberdade é um direito e um valor universal que temos de defender incansavelmente porque pertence a todos nós. Ao longo da história, tem havido muitos episódios em que o direito inalienável à liberdade tem sido sistematicamente negado. E o pior de tudo, algumas dessas sombras do passado ainda estão representadas na nossa sociedade sob várias formas de racismo, opressão, ódio e discriminação.

Nestes tempos turbulentos de crise económica e pandemia, ressurgem numerosos discursos distorcidos que ainda ousam justificar os factos do passado sob argumentos falaciosos utilizados como desculpa. Discursos que não só justificam mas até negam a liberdade e a igualdade de direitos de todos os seres humanos.

Mais de dois séculos mais tarde, a história ensina-nos o que devemos continuar a lutar. A defesa dos direitos humanos e da dignidade humana inviolável está ainda muito presente na luta contra o tráfico de seres humanos e contra qualquer forma moderna de escravatura para qualquer finalidade. 

É por isso que devemos honrar a memória daqueles que sofreram sob o jugo da escravatura no passado e defender implacavelmente aqueles que sofrem hoje sob o peso do racismo e da discriminação. Devemos levantar a nossa voz, quebrar as cadeias do silêncio, exigir direitos iguais, respeito pela dignidade humana de cada pessoa e unir as nossas vozes num só grito. 

LIBERDADE!

Le Marron Inconnu, Haiti.

La Bandera de la Convivencia

(Escrito en 🇪🇸️ – Written in 🇬🇧️ – Scritto in 🇮🇹 – Rédigé en 🇫🇷️ – Escrito em 🇵🇹)

🇪🇸️ESPAÑOL🇪🇸️

Dice la Declaración Universal en su artículo 18 que “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”. Es decir, que toda persona, sea quien sea, tiene derecho a creer, practicar, manifestar y a cambiar libremente de religión, a no creer en ninguna y a la libertad de pensamiento. 

Sin lugar a dudas, el derecho a la libertad religiosa es uno de los derechos más arraigados en todos los textos en materia de derechos humanos y constituye un pilar esencial en el desarrollo de toda sociedad plural, pacífica, libre, justa, diversa, democrática y avanzada. No en vano, más del 85% de la población mundial profesa algún tipo de religión que, además, forma parte indivisible de su propia identidad. 

Sin embargo, en los últimos tiempos hemos contemplado con terror la forma en la que se han llevado ataques en contra de las minorías religiosas, en contra lugares de culto así como contra grupos de población únicamente por tener una religión y creencias diferentes. Un ejemplo claro de en qué consiste el ODIO. 

Desgraciadamente, la actual situación de pandemia no ha contribuido a reducir estos ataques. Con el Covid-19 nos hemos dado cuenta de la otra gran pandemia que siempre ha estado latente: la pandemia del odio y de la discriminación. Aun con todo, quienes sufren esta otra pandemia, demuestran cada día una enorme fortaleza y resistencia a pesar de los múltiples ataques, de la continua estigmatización, del prejuicio irracional y de la criminalización injusta.

En recuerdo y solidaridad con todas las víctimas de la intolerancia religiosa, hemos de ser capaces de construir un discurso que neutralice y lleve ante la Justicia a quienes utilizan el odio y la intolerancia como armas. De ahí que debamos exigir a todos los gobiernos medidas para proteger la libertad religiosa y de conciencia de todas las personas, de todos los grupos de personas, sean cuales sean sus creencias, persiguiendo toda forma de discurso del odio. 

Pensemos que todas las creencias religiosas, así como sus lugares sagrados de culto, forman parte de la enorme riqueza y diversidad que caracterizan a todo el conjunto de la humanidad. Por eso es tan importante proteger entre todas y todos esa parte de nuestro gran patrimonio común. 

A pesar de los difíciles tiempos que nos toca vivir, no podemos dejar de trabajar por un futuro común sin violencia, sin odio y sin discriminación. Un mundo en donde desde la libertad, la igualdad, la paz, la justicia y el respecto hacia los derechos humanos y hacia la dignidad inviolable de toda persona, podamos enarbolar entre todas las culturas y religiones una misma bandera: LA BANDERA DE LA CONVIVENCIA. 

🇬🇧ENGLISH🇬🇧

THE FLAG OF COEXISTENCE

The Universal Declaration states in article 18 that «Everyone has the right to freedom of thought, conscience and religion; this right includes freedom to change his religion or belief, and freedom, either alone or in community with others and in public or private, to manifest his religion or belief in teaching, practice, worship and observance». In other words, everyone, whoever he or she may be, has the right to believe, practice, manifest and change his or her religion freely, to not believe in any religion, and to freedom of thought. 

There is no doubt that the right to religious freedom is one of the most deeply rooted rights in all human rights texts and constitutes an essential pillar in the development of any pluralistic, peaceful, free, just, diverse, democratic and advanced society. It was not in vain that over 85 per cent of the world’s population professed some form of religion and that, moreover, is an indivisible part of their own identity.

However, in recent times we have witnessed with terror the way in which attacks have been carried out against religious minorities, against places of worship as well as against population groups solely because they have a different religion and beliefs. A clear example about what HATE is. 

Unfortunately, the current pandemic situation has not helped to reduce these attacks. With Covid-19 we have realized the other great pandemic that has always been dormant: the pandemic of hate and discrimination. Even so, those who suffer from this other pandemic show enormous strength and resistance every day despite the multiple attacks, the continuous stigmatization, the irrational prejudice and the unjust criminalization.

In memory and solidarity with all victims of religious intolerance, we must be able to build a discourse that neutralizes and brings to justice those who use hatred and intolerance as weapons. That is why we must demand from all governments measures to protect the freedom of religion and conscience of all people, of all groups of people, whatever their beliefs, by pursuing all forms of hate speech. 

Let us consider that all religious beliefs, as well as their sacred places of worship, are part of the enormous wealth and diversity that characterize the whole of humanity. That is why it is so important to protect this part of our great common heritage together. 

Despite the difficult times we are living through, we cannot stop working for a common future without violence, without hatred and without discrimination. A world in which, on the basis of freedom, equality, peace, justice and respect for human rights and the inviolable dignity of every person, we can fly the same flag among all cultures and religions: THE FLAG OF COEXISTENCE. 

🇮🇹ITALIANO🇮🇹

LA BANDIERA DELLA CONVIVENZA

Nell’ articolo 18 della Dichiarazione Universale si afferma che «Ogni individuo ha diritto alla libertà di pensiero, di coscienza e di religione; tale diritto include la libertà di cambiare di religione o di credo, e la libertà di manifestare, isolatamente o in comune, e sia in pubblico che in privato, la propria religione o il proprio credo nell’insegnamento, nelle pratiche, nel culto e nell’osservanza dei riti». In altre parole, ognuno, chiunque sia, ha il diritto di credere, praticare, manifestare e cambiare la propria religione liberamente, di non credere in nessuna religione ed alla libertà di pensiero.

Senza dubbio, il diritto alla libertà religiosa è uno dei diritti più radicati in tutti i testi sui diritti umani e costituisce un pilastro essenziale nello sviluppo di ogni società plurale, pacifica, libera, giusta, diversa, democratica e avanzata. Non invano, l’85 per cento della popolazione mondiale professava una qualche forma di religione e che, per di più, è una parte indivisibile della loro propria identità.

Tuttavia, negli ultimi tempi abbiamo assistito con terrore al modo in cui sono stati compiuti gli attacchi contro le minoranze religiose, contro i luoghi di culto e contro gruppi di popolazione solo perché hanno una religione e un credo diversi. Un chiaro esempio di quello che è l’Odio. 

Purtroppo, l’attuale situazione pandemica non ha contribuito a ridurre questi attacchi. Con Covid-19 abbiamo realizzato l’altra grande pandemia che è sempre stata latente: la pandemia dell’odio e della discriminazione. Eppure, coloro che soffrono di quest’altra pandemia mostrano ogni giorno una forza e una resistenza enormi, nonostante i molteplici attacchi, la continua stigmatizzazione, il pregiudizio irrazionale e l’ingiusta criminalizzazione.

In memoria e solidarietà con tutte le vittime dell’intolleranza religiosa, dobbiamo essere in grado di costruire un discorso che neutralizzi e porti alla giustizia coloro che usano l’odio e l’intolleranza come armi. Per questo dobbiamo chiedere a tutti i governi misure per proteggere la libertà di religione e di coscienza di tutte le persone, di tutti i gruppi di persone, qualunque sia il loro credo, perseguendo ogni forma di discorso di odio. 

Dobbiamo considerare che tutte le credenze religiose, così come i loro luoghi sacri di culto, fanno parte dell’enorme ricchezza e diversità che caratterizza l’intera umanità. Ecco perché è così importante proteggere tutti insieme questa parte del nostro grande patrimonio comune. 

Nonostante i tempi difficili che stiamo vivendo, non possiamo smettere di lavorare per un futuro comune senza violenza, senza odio e senza discriminazioni. Un mondo in cui, sulla base della libertà, dell’uguaglianza, della pace, della giustizia e del rispetto dei diritti umani e dell’inviolabile dignità di ogni persona, possiamo sventolare la stessa bandiera tra tutte le culture e le religioni: LA BANDIERA DELLA CONVIVENZA.

🇫🇷️FRANÇAIS🇫🇷️

LE DRAPEAU DE LA COEXISTENCE

L’article 18 de la Déclaration universelle stipule que «Toute personne a droit à la liberté de pensée, de conscience et de religion ; ce droit implique la liberté de changer de religion ou de conviction ainsi que la liberté de manifester sa religion ou sa conviction seule ou en commun, tant en public qu’en privé, par l’enseignement, les pratiques, le culte et l’accomplissement des rites».En d’autres termes, toute personne, quelle qu’elle soit, a le droit de croire, de pratiquer, de manifester et de changer de religion librement, de ne croire en aucune et d’avoir la liberté de pensée. 

Sans aucun doute, le droit à la liberté religieuse est l’un des droits les plus profondément ancrés dans tous les textes relatifs aux droits de l’homme et constitue un pilier essentiel du développement de toute société pluraliste, pacifique, libre, juste, diverse, démocratique et avancée. Il n’est pas surprenant que plus de 85% de la population mondiale professe une sorte de religion, qui, de plus, est une partie indivisible de leur propre identité. 

Cependant, ces derniers temps, nous avons été témoins avec terreur de la manière dont des attaques ont été menées contre des minorités religieuses, contre des lieux de culte ainsi que contre des groupes de population uniquement parce qu’ils ont une religion et des croyances différentes. Un exemple clair de ce qu’est la HAINE. 

Malheureusement, la situation actuelle de pandémie n’a pas contribué à réduire ces attaques. Avec Covid-19, nous avons pris conscience de l’autre grande pandémie qui a toujours été latente : la pandémie de la haine et de la discrimination. Pourtant, ceux qui souffrent de cette autre pandémie font preuve d’une force et d’une résistance énormes chaque jour malgré les multiples attaques, la stigmatisation continue, les préjugés irrationnels et la criminalisation injuste.

En mémoire et en solidarité avec toutes les victimes de l’intolérance religieuse, nous devons être en mesure de construire un discours qui neutralise et traduise en justice ceux qui utilisent la haine et l’intolérance comme des armes. C’est pourquoi nous devons exiger de tous les gouvernements des mesures visant à protéger la liberté de religion et de conscience de toutes les personnes, de tous les groupes de personnes, quelles que soient leurs croyances, en poursuivant toutes les formes de discours de haine. 

Considérons que toutes les croyances religieuses, ainsi que leurs lieux de culte sacrés, font partie de l’énorme richesse et diversité qui caractérisent l’ensemble de l’humanité. C’est pourquoi il est si important de protéger ensemble cette partie de notre grand patrimoine commun. 

Malgré les temps difficiles que nous vivons, nous ne pouvons pas cesser d’œuvrer pour un avenir commun sans violence, sans haine et sans discrimination. Un monde dans lequel, sur la base de la liberté, de l’égalité, de la paix, de la justice et du respect des droits de l’homme et de la dignité inviolable de chaque personne, nous pouvons faire flotter le même drapeau parmi toutes les cultures et religions : LE DRAPEAU DE LA COEXISTENCE.

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A BANDEIRA DA COEXISTÊNCIA

O Artigo 18 da Declaração Universal declara que «Toda a pessoa tem direito à liberdade de pensamento, de consciência e de religião; este direito implica a liberdade de mudar de religião ou de convicção, assim como a liberdade de manifestar a religião ou convicção, sozinho ou em comum, tanto em público como em privado, pelo ensino, pela prática, pelo culto e pelos ritos». Em outras palavras, toda pessoa, seja quem for, tem o direito de acreditar, praticar, manifestar e mudar livremente a sua religião, de não acreditar em nenhuma, e à liberdade de pensamento. 

Sem dúvida, o direito à liberdade religiosa é um dos direitos mais profundamente enraizados em todos os textos de direitos humanos e constitui um pilar essencial no desenvolvimento de qualquer sociedade pluralista, pacífica, livre, justa, diversa, democrática e avançada. E não é de surpreender que mais de 85% da população mundial professe algum tipo de religião que, além disso, é uma parte indivisível da sua própria identidade.

Não obstante, nos últimos tempos temos testemunhado com terror a forma como têm sido perpetrados ataques contra minorias religiosas, contra locais de culto, bem como contra grupos populacionais, apenas porque têm uma religião e crenças diferentes. Um exemplo claro do que é o ódio. 

Lamentavelmente, a actual situação pandémica não ajudou a reduzir estes ataques. Com o Covid-19 percebemos a outra grande pandemia que sempre esteve adormecida: a pandemia do ódio e da discriminação. No entanto, aqueles que sofrem desta outra pandemia demonstram diariamente uma enorme força e resistência, apesar dos múltiplos ataques, da estigmatização contínua, do preconceito irracional e da criminalização injusta.

Em memória e solidariedade com todas as vítimas da intolerância religiosa, devemos ser capazes de construir um discurso que neutralize e leve à justiça aqueles que usam o ódio e a intolerância como armas. É por isso que devemos exigir de todos os governos medidas para proteger a liberdade de religião e consciência de todas as pessoas, de todos os grupos de pessoas, quaisquer que sejam as suas crenças, perseguindo todas as formas de discurso de ódio. 

Pensemos que todas as crenças religiosas, bem como os seus lugares sagrados de culto, fazem parte da enorme riqueza e diversidade que caracterizam toda a humanidade. É por isso que é tão importante proteger em conjunto esta parte do nosso grande património comum. 

Apesar dos tempos difíceis que atravessamos, não podemos deixar de trabalhar por um futuro comum sem violência, sem ódio e sem discriminação. Um mundo em que, com base na liberdade, igualdade, paz, justiça e respeito pelos direitos humanos e pela dignidade inviolável de cada pessoa, podemos hastear a mesma bandeira entre todas as culturas e religiões: A BANDEIRA DA COEXISTÊNCIA.