(Escrito en 🇪🇸🇲🇽– Written in 🇬🇧🇺🇸– Scritto in 🇮🇹– Rédigé en 🇫🇷🇨🇦– Escrito em 🇵🇹🇧🇷)
🇪🇸ESPAÑOL🇲🇽
Hace más de 30 años, el 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. Como motivo de esta fecha, el 17 de mayo celebramos el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia. Porque el amor o el derecho a ser quien se es, nunca son delito ni tampoco una enfermedad.
Es verdad, hay muchas razones para celebrar y ser optimistas por todas las conquistas alcanzadas gracias a la labor de miles de activistas pro derechos humanos, gracias al apoyo social y, sobre todo, gracias a la lucha de las diferentes comunidades y agrupaciones LGTBIQ de todo el mundo. Pero debemos ser conscientes de que, hoy en día, millones de personas viven aún bajo el miedo, la injusticia y el riesgo para su vida. Desgraciadamente, el amor, que es el más puro de los sentimientos, sigue siendo delito en cerca de 70 países, algunos de ellos bajo la pena de muerte.
No nos engañemos. No podemos dar por sentado que las conquistas alcanzadas permanecerán por siempre y, que una vez alcanzas, ya no existe motivo para la reivindicación. Nada más lejos de la realidad. Sin duda, hay que seguir trabajando y no solo para exigir el fin de la persecución, de la criminalización y del odio irracional, sino también para evitar todo riesgo de involución. Especialmente ahora que vemos el aumento preocupante de aquellas corrientes ideológicas que suponen una seria amenaza para la dignidad humana y para los derechos humanos y fundamentales de la Comunidad LGTBIQ+. Por eso, hay que rebelarse siempre en contra de la discriminación. Pensemos que solo través de la lucha por la defensa de la dignidad, de la libertad y de la igualdad se han conseguido todos los grandes avances en materia de derechos a lo largo de las últimas décadas. Descuidar esa lucha sería un enorme error.
Pero no podemos ponerlo todo en manos de las organizaciones y activistas. Hemos de unirnos y trabajar conjuntamente para construir una sociedad en la que rijan la libertad, la igualdad, la pluralidad, la justicia, la diversidad y la democracia. Las próximas generaciones merecen un futuro de libertad y de igualdad, sin violencia, sin odio y sin discriminación. Pensemos que, cada día, miles de menores de edad, de adolescentes, sufren el acoso por parte de quienes les consideran inferiores o que no cumplen con los estereotipos de género. Un acoso que no solo sufren en las aulas sino, también, en su entorno social y, a veces, hasta en el seno de su propia familia. Una clara situación de maltrato que les produce un fuerte sufrimiento emocional que, en demasiadas ocasiones, no pueden soportar y que, en los casos más extremos, tienen un dramático final. Si hay quienes merecen un mundo de paz, sin violencia ni discriminación y un futuro de felicidad son precisamente nuestras niñas y niños, adolescentes y jóvenes.
Sabemos que la educación es la base de todo como también lo es el entorno familiar. Sin esa educación, sin ese entorno familiar que eduque y proteja, seguirá habiendo víctimas inocentes que necesitan toda nuestra protección y rápida respuesta. Por eso, hay que hacer un llamamiento a las familias, a los centros de enseñanza y a todas las instituciones de gobierno para que, a través de la sensibilización y la visibilidad, se eduque siempre en el respeto hacia la diversidad y se proteja a las víctimas menores de toda forma de violencia o acoso por su orientación e identidad sexual. Porque si no, de no hacerlo ahora, nos demandarán en el futuro el no haberles protegido en el pasado ni en el presente.
Debemos continuar, debemos seguir trabajando, protegiendo, sanando las heridas, marcando la diferencia y sin importar quienes seamos o quién amemos.
Porque todas, todes y todos, hemos nacido libres e iguales en dignidad y en derechos.
Llenemos de sonrisas y cubramos de color todo cuanto nos rodea.
Por la Igualdad, por la libertad, por la Justicia y por la diversidad.
Feliz Día 17 de mayo.

🇬🇧ENGLISH🇺🇸
NEITHER CRIME NOR DISEASE
More than 30 years ago, on 17 May 1990, the World Health Organisation removed homosexuality from its list of mental illnesses. To mark this date, on 17 May we celebrate the International Day against Homophobia, Transphobia and Biphobia. Because love or the right to be who you are is never a crime or a disease.
It is true, there are many reasons to celebrate and be optimistic about all the achievements made thanks to the work of thousands of human rights activists, thanks to the social support and, above all, thanks to the struggle of the different LGTBIQ communities and groups around the world. But we must be aware that, today, millions of people still live in fear, injustice and risk to their lives. Unfortunately, love, which is the purest of feelings, is still a crime in about 70 countries, some of them under the death penalty.
Let us not deceive ourselves. We cannot take it for granted that the gains achieved will remain forever and that, once achieved, there is no longer any reason to claim them. Nothing could be further from the truth. Certainly, we must continue to work, not only to demand an end to persecution, criminalisation and irrational hatred, but also to avoid any risk of regression. Especially now that we see the worrying rise of those ideological currents that pose a serious threat to human dignity and to the human and fundamental rights of the LGTBIQ+ Community. That is why we must always rebel against discrimination. Let us remember that it is only through the struggle for the defence of dignity, freedom and equality that all the great advances in terms of rights have been achieved over the last decades. Neglecting this fight would be a big mistake.
But we cannot leave it all to individual organisations and activists. We must unite and work together to build a society where freedom, equality, plurality, justice, diversity and democracy rule. The next generations deserve a future of freedom and equality, without violence, hatred and discrimination. Let us think that, every day, thousands of minors, of adolescents, are harassed by those who consider them inferior or who do not comply with gender stereotypes. Harassment that they suffer not only in the classroom but also in their social environment and sometimes even within their own families. A clear situation of mistreatment that causes them strong emotional suffering that, on too many occasions, they cannot bear and that, in the most extreme cases, have a dramatic end. If there are those who deserve a world of peace, without violence or discrimination and a future of happiness, it is precisely our children, adolescents and young people.
We know that education is the basis of everything, as is the family environment. Without that education, without that family environment that educates and protects, there will continue to be innocent victims who need all our protection and rapid response. Therefore, we must call on families, schools and all government institutions, through awareness and visibility, to always educate in respect for diversity and to protect child victims from all forms of violence or harassment because of their sexual orientation and identity. Otherwise, if we do not do it now, we will be sued in the future for not having protected them in the past and in the present.
We must continue, we must continue to work, to protect, to heal the wounds, to make a difference, and no matter who we are or who we love.
Because we are all born free and equal in dignity and rights.
Let’s fill everything around us with smiles and colour.
For Equality, for freedom, for justice and for diversity.
Happy 17th of May.

🇮🇹ITALIANO🇮🇹
NÉ UN CRIMINE NÉ UNA MALATTIA
Più di 30 anni fa, il 17 maggio 1990, l’Organizzazione Mondiale della Sanità ha eliminato l’omosessualità dalla lista delle malattie mentali. Per segnare questa data, il 17 maggio si celebra la Giornata internazionale contro l’omofobia, la transfobia e la bifobia. Perché l’amore o il diritto di essere chi si è non è mai un crimine o una malattia.
È vero, ci sono molte ragioni per festeggiare ed essere ottimisti su tutte le conquiste fatte grazie al lavoro di migliaia di attivisti dei diritti umani, grazie al sostegno sociale e, soprattutto, grazie alla lotta delle diverse comunità e gruppi LGTBIQ in tutto il mondo. Ma dobbiamo essere consapevoli che, ancora oggi, milioni di persone vivono nella paura, nell’ingiustizia e nel rischio della loro vita. Purtroppo l’amore, che è il più puro dei sentimenti, è ancora un crimine in circa 70 paesi, alcuni dei quali con la pena di morte.
Non inganniamo noi stessi. Non possiamo dare per scontato che le conquiste ottenute rimangano per sempre e che, una volta ottenute, non ci sia più motivo di rivendicarle. Niente potrebbe essere più lontano dalla verità. Senza dubbio, dobbiamo continuare a lavorare, e non solo per chiedere la fine della persecuzione, della criminalizzazione e dell’odio irrazionale, ma anche per evitare qualsiasi rischio di regressione. Soprattutto ora che vediamo l’aumento preoccupante di quelle correnti ideologiche che rappresentano una seria minaccia alla dignità umana e ai diritti umani e fondamentali della Comunità LGTBIQ+. Ecco perché dobbiamo sempre ribellarci alla discriminazione. Pensiamo che è solo attraverso la lotta per la difesa della dignità, della libertà e dell’uguaglianza che tutti i grandi progressi in termini di diritti sono stati raggiunti negli ultimi decenni. Trascurare questa lotta sarebbe un errore enorme.
Ma non possiamo mettere tutto nelle mani delle organizzazioni e degli attivisti. Dobbiamo unirci e lavorare insieme per costruire una società dove regnino libertà, uguaglianza, pluralità, giustizia, diversità e democrazia. Le prossime generazioni meritano un futuro di libertà e uguaglianza, senza violenza, odio e discriminazione. Pensiamo che, ogni giorno, migliaia di minori, di adolescenti, vengono molestati da chi li considera inferiori o che non rispettano gli stereotipi di genere. Molestie che subiscono non solo in classe ma anche nel loro ambiente sociale e, a volte, persino nella loro stessa famiglia. Una chiara situazione di maltrattamento che produce una forte sofferenza emotiva che, in troppe occasioni, non possono sopportare e che, nei casi più estremi, hanno una fine drammatica. Se ci sono coloro che meritano un mondo di pace, senza violenza né discriminazione e un futuro di felicità, sono proprio i nostri bambini, adolescenti e giovani.
Sappiamo che l’educazione è la base di tutto, così come l’ambiente familiare. Senza quell’educazione, senza quell’ambiente familiare che educa e protegge, continueranno ad esserci vittime innocenti che hanno bisogno di tutta la nostra protezione e risposta rapida. Per questo dobbiamo invitare le famiglie, le scuole e tutte le istituzioni governative, attraverso la consapevolezza e la visibilità, ad educare sempre al rispetto della diversità e a proteggere i bambini vittime di ogni forma di violenza o molestia a causa del loro orientamento e identità sessuale. Perché se non lo facciamo ora, saremo citati in giudizio in futuro per non averli protetti nel passato e nel presente.
Dobbiamo continuare, dobbiamo continuare a lavorare, a proteggere, a curare le ferite, a fare la differenza, non importa chi siamo o chi amiamo.
Perché siamo tutti nati liberi e uguali in dignità e diritti.
Riempiamoci di sorrisi e copriamo di colore tutto ciò che ci circonda.
Per l’uguaglianza, per la libertà, per la giustizia e per la diversità.
Felice 17 maggio.

🇫🇷FRANÇAIS🇨🇦
NI UN CRIME, NI UNE MALADIE
Il y a plus de 30 ans, le 17 mai 1990, l’Organisation mondiale de la santé a éliminé l’homosexualité de sa liste de maladies mentales. Pour marquer cette date, nous célébrons le 17 mai la Journée internationale contre l’homophobie, la transphobie et la biphobie. Parce que l’amour ou le droit d’être qui vous êtes n’est jamais un crime ou une maladie.
Il est vrai qu’il existe de nombreuses raisons de célébrer et d’être optimiste quant à toutes les réalisations accomplies grâce au travail de milliers de militants des droits de l’homme, grâce au soutien social et, surtout, grâce à la lutte des différentes communautés et groupes LGTBIQ dans le monde. Mais nous devons être conscients qu’aujourd’hui encore, des millions de personnes vivent dans la peur, l’injustice et le risque pour leur vie. Malheureusement, l’amour, qui est le plus pur des sentiments, est encore un crime dans environ 70 pays, dont certains sont passibles de la peine de mort.
Ne nous trompons pas. Nous ne pouvons pas considérer comme acquis que les conquêtes réalisées resteront éternelles et que, une fois réalisées, il n’y a plus de raison de les revendiquer. Rien ne pourrait être plus éloigné de la vérité. Sans aucun doute, nous devons continuer à travailler, et non seulement pour exiger la fin des persécutions, de la criminalisation et de la haine irrationnelle, mais aussi pour éviter tout risque de régression. D’autant plus que nous assistons à la montée inquiétante de ces courants idéologiques qui menacent gravement la dignité humaine et les droits humains et fondamentaux de la communauté LGTBIQ+. C’est pourquoi nous devons toujours nous rebeller contre la discrimination. Pensons que c’est uniquement par la lutte pour la défense de la dignité, de la liberté et de l’égalité que toutes les grandes avancées en termes de droits ont été obtenues au cours des dernières décennies. Négliger cette lutte serait une énorme erreur.
Mais nous ne pouvons pas tout mettre entre les mains des organisations et des militants. Nous devons nous unir et travailler ensemble pour construire une société où règnent la liberté, l’égalité, la pluralité, la justice, la diversité et la démocratie. Les prochaines générations méritent un avenir de liberté et d’égalité, sans violence, sans haine et sans discrimination. Pensons que, chaque jour, des milliers de mineurs, d’adolescents, sont harcelés par ceux qui les considèrent comme inférieurs ou qui ne se conforment pas aux stéréotypes de genre. Le harcèlement qu’ils subissent non seulement en classe mais aussi dans leur environnement social et, parfois, dans leur propre famille. Une situation claire de maltraitance qui produit une forte souffrance émotionnelle que, dans de trop nombreuses occasions, ils ne peuvent supporter et qui, dans les cas les plus extrêmes, ont une fin dramatique. S’il y a des personnes qui méritent un monde de paix, sans violence ni discrimination et un avenir de bonheur, ce sont précisément nos enfants, nos adolescents et nos jeunes.
Nous savons que l’éducation est la base de tout, tout comme l’environnement familial. Sans cette éducation, sans cet environnement familial qui éduque et protège, il continuera à y avoir des victimes innocentes qui ont besoin de toute notre protection et de notre réponse rapide. C’est pourquoi nous devons appeler les familles, les écoles et toutes les institutions gouvernementales, par la sensibilisation et la visibilité, à toujours éduquer dans le respect de la diversité et à protéger les enfants victimes de toute forme de violence ou de harcèlement en raison de leur orientation et de leur identité sexuelles. Car si nous ne le faisons pas maintenant, nous serons poursuivis à l’avenir pour ne pas les avoir protégés dans le passé et dans le présent.
Nous devons continuer, nous devons continuer à travailler, à protéger, à guérir les blessures, à faire la différence, peu importe qui nous sommes ou qui nous aimons.
Parce que nous sommes tous nés libres et égaux en dignité et en droits.
Remplissons-nous de sourires et couvrons de couleurs tout ce qui nous entoure.
Pour l’égalité, pour la liberté, pour la justice et pour la diversité.
Joyeux 17 mai.

🇵🇹PORTUGUÊS🇧🇷
NEM CRIME, NEM DOENÇA
Há mais de 30 anos, em 17 de Maio de 1990, a Organização Mundial de Saúde eliminou a homossexualidade da sua lista de doenças mentais. Para assinalar esta data, no dia 17 de Maio celebramos o Dia Internacional contra a Homofobia, a Transfobia e a Bifobia. Porque o amor ou o direito de ser quem se é nunca é um crime ou uma doença.
É verdade, há muitas razões para celebrar e estar optimista sobre todas as realizações alcançadas graças ao trabalho de milhares de activistas dos direitos humanos, graças ao apoio social e, sobretudo, graças à luta das diferentes comunidades e grupos LGTBIQ em todo o mundo. Mas devemos estar conscientes de que, hoje em dia, milhões de pessoas continuam a viver com medo, injustiça e risco para as suas vidas. Infelizmente, o amor, que é o mais puro dos sentimentos, é ainda um crime em cerca de 70 países, alguns deles sob a pena de morte.
Não nos iludamos. Não podemos tomar como certo que as conquistas alcançadas permanecerão para sempre e que, uma vez alcançadas, já não há qualquer razão para as reivindicar. Nada poderia estar mais longe da verdade. Sem dúvida, temos de continuar a trabalhar, e não só para exigir o fim da perseguição, criminalização e ódio irracional, mas também para evitar qualquer risco de regressão. Especialmente agora que vemos o aumento preocupante dessas correntes ideológicas que constituem uma séria ameaça à dignidade humana e aos direitos humanos e fundamentais da Comunidade LGTBIQ+. É por isso que devemos sempre rebelar-nos contra a discriminação. Pensemos que só através da luta pela defesa da dignidade, liberdade e igualdade é que todos os grandes avanços em termos de direitos foram alcançados ao longo das últimas décadas. Negligenciar essa luta seria um enorme erro.
Mas não podemos colocar tudo isto nas mãos de organizações e activistas. Devemos unir-nos e trabalhar em conjunto para construir uma sociedade onde a liberdade, a igualdade, a pluralidade, a justiça, a diversidade e a democracia reinem. As próximas gerações merecem um futuro de liberdade e igualdade, sem violência, ódio e discriminação. Pensemos que, todos os dias, milhares de menores, de adolescentes, são molestados por aqueles que os consideram inferiores ou que não obedecem aos estereótipos de género. Assédio que sofrem não só na sala de aula mas também no seu ambiente social e, por vezes, até na sua própria família. Uma situação clara de maus tratos que produz um forte sofrimento emocional que, em demasiadas ocasiões, não podem suportar e que, nos casos mais extremos, têm um fim dramático. Se há aqueles que merecem um mundo de paz, sem violência ou discriminação e um futuro de felicidade, são precisamente as nossas crianças, adolescentes e jovens.
Sabemos que a educação é a base de tudo, tal como o ambiente familiar. Sem essa educação, sem esse ambiente familiar que educa e protege, continuarão a existir vítimas inocentes que necessitam de toda a nossa protecção e resposta rápida. É por isso que devemos apelar às famílias, às escolas e a todas as instituições governamentais, através da sensibilização e da visibilidade, para que educem sempre no respeito pela diversidade e protejam as crianças vítimas de todas as formas de violência ou assédio devido à sua orientação sexual e identidade. Porque se não o fizermos agora, seremos processados no futuro por não os termos protegido no passado e no presente.
Devemos continuar, devemos continuar a trabalhar, a proteger, a curar as feridas, a fazer a diferença, não importa quem somos ou quem amamos.
Porque todos nascemos livres e iguais em dignidade e direitos.
Vamos encher com sorrisos e vamos cobrir tudo à nossa volta com cor.
Pela igualdade, pela liberdade, pela justiça e pela diversidade.
Feliz 17 de Maio.
