(Escrito en 🇪🇸️ – Written in 🇬🇧️ – Scritto in 🇮🇹 – Rédigé en 🇫🇷️ – Escrito em 🇵🇹)
🇪🇸️ESPAÑOL🇲🇽
(Día Internacional de la Visibilidad Transgénero)
Ciertamente, cada vez son más los referentes dentro de la Comunidad Transgénero que han demostrado que es posible romper todas las barreras de la discriminación. El mundo del deporte, de la cultura, del espectáculo y de la política cuenta cada día más figuras relevantes que reivindican el reconocimiento a la igualdad en el ejercicio de los derechos de las Personas Trans. Igualmente, un buen número de países han adaptado sus normativas nacionales introduciendo reformas que protegen la diversidad afectivo-sexual y, particularmente, una veintena de ellos han introducido en su legislación el reconocimiento del derecho a la autodeterminación de género. Sin embargo, a pesar de los avances sociales en materia de reconocimiento de derechos, las personas que conforman la Comunidad Trans siguen siendo víctimas de la violencia, el odio y la discriminación por parte de amplios sectores de la sociedad, incluso dentro del propio colectivo LGTBIQ+, de la clase política y del feminismo trans-excluyente.
En pleno siglo XXI, cuando todo el mundo habla de las democracias plenas y avanzadas, resulta del todo inadmisible la existencia de un sin fin de trabas para las Personas Trans en cuanto al reconocimiento de su personalidad jurídica, en el acceso a los servicios sanitarios adaptados a sus necesidades, a la inserción laboral, a una educación inclusiva basada en el respeto a diversidad afectivo-sexual en las aulas, en el acceso a una vivienda digna, a la protección social en caso de desempleo y, en suma, a todos los derechos civiles, sociales, económicos y culturales que reconocidos en los textos y tratados internacionales en materia de derechos, incluido el derecho a la protección internacional en los casos de asilo motivados por la persecución que, a día hoy, existe en un buen número de países, algunos de ellos con la pena de muerte como castigo por el mero hecho de existir.
Junto con la presencia en la vida pública, social y en los medios de comunicación de quienes cuestionan, trivializan e, incluso, niegan toda situación de persecución y de incumplimiento de los derechos más básicos y elementales, es innegable la existencia de vulneraciones sistemáticas de los derechos humanos de las Personas Trans que aún persisten en todos los ámbitos. Más allá del discurso de odio promovido desde algunos sectores sociedad, de la política, del feminismo trans-excluyente y de las situaciones de acoso, agresiones físicas y verbales, así como la expulsión del espacio social e, incluso, familiar, las Personas Trans continúan sufriendo enormes trabas en los trámites administrativos, en el momento de recibir una asistencia sanitaria acorde con sus necesidades, en la infancia y en la adolescencia bajo sistemas educativos que no contemplan o no cumplen con el deber de respeto hacia la diversidad afectivo-sexual o en donde parte del equipo directivo y docente cuestiona o niega la realidad de las infancias y las adolescencias transgénero, en el momento de acceder al mercado laboral en condiciones de igualdad de oportunidades o en cuanto al acceso a una vivienda digna en propiedad o en alquiler. Por esta razón, debemos recordar que las instituciones gobierno tienen la obligación de llevar acabo cuantas acciones sean necesarias e implantar todas las medidas que sean posibles para corregir toda forma de discriminación basada en la orientación e identidad sexual.
Por tanto, aunque se ha avanzado en las últimas décadas, las Personas Trans aún continúan siendo víctimas de actos de violencia física y verbal, de actos de tortura, de la persecución y la de la criminalización por el mero hecho de su existencia, de brutales agresiones sexuales y, en los casos más graves, de casos de asesinatos motivados por el odio discriminatorio que, en su inmensa mayoría, quedan bajo la total impunidad en muchas partes del mundo. Esta es la razón por la que debe exigirse a todos los Estados que cumplan con su obligación de perseguir cualquier acto criminal que conculque o vulnere la dignidad humana inviolable y el ejercicio de los derechos más elementales de cualquier persona, que elimine toda forma de violencia, odio y discriminación hacia la personas que conforman la Comunidad Trans y, por supuesto, hacia cualquier grupo de población, minoría o comunidad cuya dignidad, identidad y derechos sean negados o vulnerados.
Porque una mujer trans, es una MUJER;
porque un hombre trans, es un HOMBRE;
porque las infancias y las adolescencias trans, EXISTEN Y HAN DE PROTEGERSE;
porque el derecho al libre desarrollo de la personalidad es INCUESTIONABLE;
porque la dignidad humana de toda persona es INVIOLABLE;
y porque los derechos de las Personas Trans, son DERECHOS HUMANOS.
¡Enarbolemos hoy y siempre la bandera de la visibilidad!

🇬🇧️ENGLISH🇺🇸
THE FLAG OF VISIBILITY
(International Transgender Day of Visibility)
Certainly, there are more and more references within the Transgender Community who have shown that it is possible to break down all barriers of discrimination. The world of sport, culture, entertainment and politics has more and more important figures who demand recognition of equality in the exercise of the rights of Transgender People. Likewise, a good number of countries have adapted their national regulations by introducing reforms that protect affective-sexual diversity and, in particular, some twenty of them have introduced into their legislation the recognition of the right to gender self-determination. However, despite social advances in terms of the recognition of rights, the people who make up the trans community continue to be victims of violence, hatred and discrimination from large sectors of society, including within the LGTBIQ+ community itself, from the political class and from the trans-exclusionary feminism.
In the 21st century, when everyone is talking about full and advanced democracies, it is totally unacceptable that there are endless obstacles for trans people in terms of recognition of their legal personality, access to health services adapted to their needs, job placement, inclusive education based on respect for affective-sexual diversity in the classroom, access to decent housing, access to social protection in the event of unemployment, and access to social protection in the event of unemployment, to social protection in the event of unemployment and, in short, to all the civil, social, economic and cultural rights recognised in international texts and treaties on rights, including the right to international protection in cases of asylum motivated by the persecution that exists today in a good number of countries, some of them with the death penalty as a punishment for the mere fact of existing.
Along with the presence in public and social life and in the media of those who question, trivialise and even deny any situation of persecution and non-compliance with the most basic and elementary rights, the existence of systematic violations of the human rights of trans people that still persist in all spheres is undeniable. Beyond the hate speech promoted by some sectors of society, politics, trans-exclusionary feminism and situations of harassment, physical and verbal aggression, as well as expulsion from the social and even family space, Trans people continue to suffer enormous obstacles in administrative procedures, when it comes to receiving health care in accordance with their needs, in childhood and adolescence under educational systems that do not contemplate or do not comply with the duty to respect affective-sexual diversity or where part of the management and teaching staff question or deny the reality of transgender children and adolescents, when accessing the labour market under conditions of equal opportunities or in terms of access to decent housing, whether owned or rented. For this reason, we must remember that government institutions have the obligation to take all necessary actions and implement all possible measures to correct all forms of discrimination based on orientation and sexual identities.
Therefore, although progress has been made in recent decades, transgender people continue to be victims of physical and verbal violence, acts of torture, persecution and criminalisation for the mere fact of their existence, brutal sexual assaults and, in the most serious cases, cases of murder motivated by discriminatory hatred, the vast majority of which go unpunished in many parts of the world. This is the reason why all States must be required to comply with their obligation to prosecute any criminal act that violates or infringes upon the inviolable human dignity and the exercise of the most basic rights of any person, to eliminate all forms of violence, hatred and discrimination towards people who make up the Trans Community and, of course, towards any population group, minority or community whose dignity, identity and rights are denied or violated.
Because a trans woman is a WOMAN;
because a trans man is a MAN;
because trans children and adolescents EXIST AND MUST BE PROTECTED;
because the right to the free development of the personality is UNQUESTIONABLE;;
because the human dignity of every person is INVIOLABLE;
and because the rights of Trans People are HUMAN RIGHTS.
Let us fly the flag of visibility today and always!

🇮🇹ITALIANO🇮🇹
LA BANDIERA DELLA VISIBILITÀ
(Giornata internazionale della visibilità transgender)
Certamente, all’interno della comunità transgender ci sono sempre più riferimenti che hanno dimostrato che è possibile abbattere tutte le barriere della discriminazione. Il mondo dello sport, della cultura, dello spettacolo e della politica conta sempre più figure importanti che chiedono il riconoscimento dell’uguaglianza nell’esercizio dei diritti delle persone transgender. Allo stesso modo, un buon numero di Paesi ha adattato le proprie normative nazionali introducendo riforme che tutelano la diversità affettivo-sessuale e, in particolare, una ventina di essi ha introdotto nella propria legislazione il riconoscimento del diritto all’autodeterminazione di genere. Tuttavia, nonostante i progressi sociali in termini di riconoscimento dei diritti, le persone che compongono la comunità trans continuano a essere vittime di violenza, odio e discriminazione da parte di ampi settori della società, compresa la stessa comunità LGTBIQ+, della classe politica e del femminismo trans-escludente.
Nel XXI secolo, quando tutti parlano di democrazie piene e avanzate, è del tutto inaccettabile che vi siano infiniti ostacoli per le persone trans in termini di riconoscimento della loro personalità giuridica, di accesso a servizi sanitari adeguati alle loro esigenze, di inserimento lavorativo, di educazione inclusiva basata sul rispetto della diversità affettivo-sessuale in classe, di accesso a un alloggio dignitoso, di accesso alla protezione sociale in caso di disoccupazione, di accesso alla protezione sociale in caso di disoccupazione e, in breve, a tutti i diritti civili, sociali, economici e culturali riconosciuti nei testi e nei trattati internazionali sui diritti, compreso il diritto alla protezione internazionale in caso di asilo motivato dalla persecuzione che esiste oggi in un buon numero di Paesi, alcuni dei quali con la pena di morte come punizione per il solo fatto di esistere.
Oltre alla presenza nella vita pubblica e sociale e nei media di coloro che mettono in dubbio, banalizzano e addirittura negano qualsiasi situazione di persecuzione e di mancato rispetto dei diritti più elementari e basilari, è innegabile l’esistenza di violazioni sistematiche dei diritti umani delle persone trans che ancora persistono in tutti gli ambiti. Al di là dei discorsi d’odio promossi da alcuni settori della società, della politica, del femminismo trans-escludente e delle situazioni di molestie, aggressioni fisiche e verbali, così come dell’espulsione dallo spazio sociale e persino familiare, le persone trans continuano a subire enormi ostacoli nelle procedure amministrative, quando si tratta di ricevere un’assistenza sanitaria conforme alle loro esigenze, nell’infanzia e negli anni dell’adolescenza, in sistemi educativi che non contemplano o non rispettano il dovere di rispettare la diversità affettivo-sessuale o in cui parte del personale dirigente e docente mette in discussione o nega la realtà dei bambini e degli adolescenti transgender, nell’accesso al mercato del lavoro in condizioni di pari opportunità o in termini di accesso a un alloggio dignitoso, sia di proprietà che in affitto. Per questo motivo, dobbiamo ricordare che le istituzioni governative hanno l’obbligo di intraprendere tutte le azioni necessarie e attuare tutte le misure possibili per correggere tutte le forme di discriminazione basate sull’orientamento e sull’identità sessuale.
Pertanto, nonostante i progressi compiuti negli ultimi decenni, le persone transgender continuano a essere vittime di violenze fisiche e verbali, di atti di tortura, di persecuzione e criminalizzazione per il solo fatto di esistere, di brutali aggressioni sessuali e, nei casi più gravi, di omicidi motivati da odio discriminatorio, che nella stragrande maggioranza dei casi restano impuniti in molte parti del mondo. È per questo che tutti gli Stati devono essere tenuti a rispettare l’obbligo di perseguire qualsiasi atto criminale che violi o infranga l’inviolabile dignità umana e l’esercizio dei diritti più elementari di qualsiasi persona, per eliminare ogni forma di violenza, odio e discriminazione nei confronti delle persone che compongono la comunità trans e, naturalmente, nei confronti di qualsiasi gruppo di popolazione, minoranza o comunità la cui dignità, identità e diritti siano negati o violati.
Perché una donna trans è una DONNA;
perché un uomo trans è un uomo;
perché i bambini e gli adolescenti trans ESISTONO E DEVONO ESSERE PROTETTI;
perché il diritto al libero sviluppo della personalità è INDISCUTIBILE;
perché la dignità umana di ogni persona è INVIOLABILE;
e perché i diritti delle persone trans sono DIRITTI UMANI.
Sventoliamo la bandiera della visibilità oggi e sempre!

🇫🇷FRANÇAIS🇨🇩
LE DRAPEAU DE LA VISIBILITÉ
(Journée internationale de la visibilité des transgenres)
Il est certain qu’il y a de plus en plus de références au sein de la communauté transgenre qui ont montré qu’il est possible de briser toutes les barrières de la discrimination. Le monde du sport, de la culture, du divertissement et de la politique compte de plus en plus de personnalités qui exigent la reconnaissance de l’égalité dans l’exercice des droits des personnes transgenres. De même, bon nombre de pays ont adapté leur réglementation nationale en introduisant des réformes qui protègent la diversité affectivo-sexuelle et, en particulier, une vingtaine d’entre eux ont introduit dans leur législation la reconnaissance du droit à l’autodétermination du genre. Cependant, malgré les avancées sociales en termes de reconnaissance des droits, les personnes qui composent la communauté trans continuent d’être victimes de violence, de haine et de discrimination de la part de larges secteurs de la société, y compris au sein de la communauté LGTBIQ+ elle-même, de la part de la classe politique et du féminisme trans-exclusif.
Au 21ème siècle, alors que tout le monde parle de démocraties pleines et avancées, il est totalement inacceptable qu’il y ait des obstacles sans fin pour les personnes trans en termes de reconnaissance de leur personnalité juridique, d’accès à des services de santé adaptés à leurs besoins, de placement professionnel, d’éducation inclusive basée sur le respect de la diversité affectivo-sexuelle en classe, d’accès à un logement décent, d’accès à la protection sociale en cas de chômage, et d’accès à la protection sociale en cas de chômage, à la protection sociale en cas de chômage et, en définitive, à tous les droits civils, sociaux, économiques et culturels reconnus dans les textes et traités internationaux sur les droits, y compris le droit à la protection internationale en cas d’asile motivé par les persécutions qui existent aujourd’hui dans bon nombre de pays, dont certains où la peine de mort est prononcée pour le simple fait d’exister.
Outre la présence dans la vie publique et sociale et dans les médias de ceux qui remettent en question, banalisent et même nient toute situation de persécution et de non-respect des droits les plus fondamentaux et élémentaires, l’existence de violations systématiques des droits humains des personnes transgenres, qui persistent dans tous les domaines, est indéniable. Au-delà des discours de haine promus par certains secteurs de la société, de la politique, du féminisme trans-exclusif et des situations de harcèlement, d’agression physique et verbale, ainsi que d’expulsion de l’espace social et même familial, les personnes trans continuent de souffrir d’énormes obstacles dans les procédures administratives, lorsqu’il s’agit de recevoir des soins de santé conformes à leurs besoins, dans l’enfance et l’adolescence, dans des systèmes éducatifs qui n’envisagent pas ou ne respectent pas l’obligation de respecter la diversité affectivo-sexuelle ou dans lesquels une partie du personnel de direction et d’enseignement remet en question ou nie la réalité des enfants et des adolescents transgenres, dans l’accès au marché du travail dans des conditions d’égalité des chances ou dans l’accès à un logement décent, qu’il soit en propriété ou en location. Pour cette raison, nous devons nous rappeler que les institutions gouvernementales ont l’obligation de prendre toutes les mesures nécessaires et de mettre en œuvre toutes les mesures possibles pour corriger toutes les formes de discrimination fondées sur l’orientation et l’identité sexuelles.
Par conséquent, bien que des progrès aient été réalisés au cours des dernières décennies, les personnes transgenres continuent d’être victimes de violences physiques et verbales, d’actes de torture, de persécution et de criminalisation pour le simple fait de leur existence, d’agressions sexuelles brutales et, dans les cas les plus graves, de meurtres motivés par une haine discriminatoire, dont la grande majorité reste impunie dans de nombreuses régions du monde. C’est la raison pour laquelle tous les États doivent être tenus de respecter leur obligation de poursuivre tout acte criminel qui viole ou porte atteinte à la dignité humaine inviolable et à l’exercice des droits les plus fondamentaux de toute personne, d’éliminer toutes les formes de violence, de haine et de discrimination à l’égard des personnes qui composent la communauté trans et, bien entendu, à l’égard de tout groupe de population, minorité ou communauté dont la dignité, l’identité et les droits sont niés ou bafoués.
Parce qu’une femme trans est une FEMME ;
parce qu’un homme trans est un HOMME
parce que les enfants et adolescents trans EXISTENT ET DOIVENT ÊTRE PROTÉGÉS ;
parce que le droit au libre développement de la personnalité est INCONTESTABLE ;
parce que la dignité humaine de chaque personne est INVIOLABLE ;
et parce que les droits des personnes transgenres sont des DROITS HUMAINS.
Portons le drapeau de la visibilité aujourd’hui et toujours !

🇵🇹PORTUGUÊS🇧🇷
A BANDEIRA DA VISIBILIDADE
(Dia Internacional da Visibilidade Transgênero)
Certamente, há cada vez mais referências dentro da Comunidade Transgénero que têm demonstrado que é possível quebrar todas as barreiras da discriminação. O mundo do desporto, da cultura, do entretenimento e da política tem cada vez mais figuras importantes que exigem o reconhecimento da igualdade no exercício dos direitos das pessoas trans. Do mesmo modo, um bom número de países adaptou as suas regulamentações nacionais, introduzindo reformas que protegem a diversidade afectivo-sexual e, em particular, cerca de vinte deles introduziram na sua legislação o reconhecimento do direito à autodeterminação do género. No entanto, apesar dos avanços sociais em termos de reconhecimento de direitos, as pessoas que constituem a Comunidade Trans, continuam a ser vítimas de violência, ódio e discriminação por parte de grandes sectores da sociedade, incluindo dentro da própria comunidade LGTBIQ+, da classe política e do feminismo trans-excludente.
No século XXI, quando todos falam de democracias plenas e avançadas, é totalmente inaceitável que existam inúmeros obstáculos para as pessoas trans em termos de reconhecimento da sua personalidade jurídica, acesso a serviços de saúde adaptados às suas necessidades, colocação profissional, educação inclusiva baseada no respeito pela diversidade afectivo-sexual na sala de aula, acesso a uma habitação decente, acesso à protecção social em caso de desemprego, e acesso à protecção social em caso de desemprego, à protecção social em caso de desemprego e, em suma, a todos os direitos civis, sociais, económicos e culturais reconhecidos em textos e tratados internacionais sobre direitos, incluindo o direito à protecção internacional em casos de asilo motivados pela perseguição que existe hoje em dia num bom número de países, alguns dos quais com a pena de morte como castigo pelo simples facto de existir.
Juntamente com a presença na vida pública e social e nos meios de comunicação social daqueles que questionam, banalizam e até negam qualquer situação de perseguição e não observância dos direitos mais básicos e elementares, é inegável a existência de violações sistemáticas dos direitos humanos das pessoas trans que ainda persistem em todas as esferas. Para além do discurso de ódio promovido por alguns sectores da sociedade, política, feminismo trans-excludente e das situações de assédio, agressão física e verbal, bem como da expulsão do espaço social e mesmo familiar, as pessoas trans continuam a sofrer enormes obstáculos nos procedimentos administrativos, quando se trata de receber cuidados de saúde de acordo com as suas necessidades, na infância e adolescência sob sistemas educativos que não contemplam ou não cumprem o dever de respeitar a diversidade afectivo-sexual ou onde parte da direcção e do pessoal docente questiona ou nega a realidade das crianças e adolescentes transexuais, ao acederem ao mercado de trabalho em condições de igualdade de oportunidades ou em termos de acesso a uma habitação digna, quer seja própria ou alugada. Por esta razão, devemos lembrar que as instituições governamentais têm a obrigação de tomar todas as medidas necessárias e implementar todas as medidas possíveis para corrigir todas as formas de discriminação com base na orientação e identidade sexual.
Por conseguinte, embora tenham sido feitos progressos nas últimas décadas, os transexuais continuam a ser vítimas de violência física e verbal, actos de tortura, perseguição e criminalização pelo simples facto da sua existência, agressões sexuais brutais e, nos casos mais graves, casos de homicídio motivados por ódio discriminatório, a grande maioria dos quais ficam impunes em muitas partes do mundo. Esta é a razão pela qual todos os Estados devem ser obrigados a cumprir a sua obrigação de processar qualquer acto criminoso que viole ou infrinja a dignidade humana inviolável e o exercício dos direitos mais básicos de qualquer pessoa, de eliminar todas as formas de violência, ódio e discriminação contra as pessoas que constituem a Comunidade Trans e, naturalmente, contra qualquer grupo populacional, minoria ou comunidade cuja dignidade, identidade e direitos sejam negados ou violados.
Porque uma mulher transexual é uma MULHER;
porque um homem transexual é um HOMEM;
porque as crianças e adolescentes transexuais EXISTEM E DEVEM SER PROTEGIDOS;
porque o direito ao livre desenvolvimento da personalidade é INQUESTIONÁVEL;
porque a dignidade humana de cada pessoa é INVIOLÁVEL;
e porque os direitos das pessoas transexuais são DIREITOS HUMANOS.
Ergamos hoje e sempre a bandeira da visibilidade!
