No hay más debate

(Escrito en 🇪🇸🇲🇽– Written in 🇬🇧🇺🇸– Scritto in 🇮🇹– Rédigé en 🇫🇷🇨🇦– Escrito em 🇵🇹🇧🇷)

🇪🇸ESPAÑOL🇲🇽

En los últimos años, mucho se ha hablado de la situación de profunda discriminación que sufren las personas de la Comunidad Trans en todo el mundo. Hoy, Día Internacional de la Visibilidad Transgénero, hemos de unir nuestras voces para acabar con toda forma de discriminación y posicionarnos del lado de quienes solo persiguen el respeto hacia sus derechos más elementales. 

A pesar de los avances sociales en materia de derechos, las Personas Trans siguen siendo las principales víctimas de la violencia, el odio y la discriminación incluso dentro del propio colectivo LGTBI. Es más, desde las propias instituciones también se les ha negado todo reconocimiento, muy especialmente por parte de aquellos sectores que cuestionan o, incluso, les niegan los derechos más básicos cuya titularidad corresponde a todas las personas, a todos los seres humanos, sin distinciones de ningún tipo.

Pero no debemos olvidar que los Estados son los garantes de todos los derechos humanos y fundamentales de todas las personas que se encuentran en su territorio, y obviamente esto también se aplica a los derechos de las personas trans. Por tanto, es tarea obligada de todos los gobiernos la implantación de medidas eficaces que prevengan a las Personas Trans de ser discriminadas por razón de su identidad sexual. No es admisible que en una democracia que se precie como tal, y en donde debe de regir el principio de igualdad, existan limitaciones en cuanto al reconocimiento de su personalidad jurídica, en el derecho a la educación, en el acceso a los servicios sanitarios, a la inserción laboral, a un vivienda digna, a la protección social y, en definitiva, a todos los derechos civiles, sociales, económicos y culturales reconocidos internacionalmente.

Todos estos derechos, sin que quepan distinciones de ningún tipo, deben estar plenamente garantizados para todas las personas, para todos los seres humanos, y bajo ningún concepto pueden ser cuestionados, desvirtuados o negados para las personas trans. Hacerlo supone un vulneración de los derechos humanos y un ataque a la esencia misma de toda democracia al no respetar los derechos más básicos de cualquier persona. 

Sin embargo, las violaciones de los derechos humanos de las Personas Trans son claras en todos los ámbitos. No sólo tienen que enfrentarse a continuas situaciones de acoso, agresiones físicas y verbales, exclusión de su círculo social y familiar sino que, además, se ven obligadas a soportar enormes trabas ante cualquier trámite administrativo, para recibir un atención sanitaria adaptada a sus necesidades, para dejar de sufrir discriminación dentro de un sistema educativo que, a pesar los avances, aún cuenta con enormes carencias en materia de respeto hacia la diversidad afectivo-sexual, para acceder a un mercado laboral lleno prejuicios, para conseguir una vivienda digna y, en definitiva, a un sinfin de prejuicios que imposibilitan el ejercicio de sus derechos más básicos. 

Desgraciadamente, en otros países la situación en mucho peor. Ademas de sufrir todo lo mencionado, las Personas Trans son víctimas de otras conductas contrarias a los derechos más elementales. Con frecuencia son víctimas de criminalización injustificada, de detenciones arbitrarias y de actos de violencia física o verbal, tortura, agresiones sexuales y, en los casos más graves, de asesinato motivado por el odio con altos niveles de impunidad por miedo a la represalias en casos de denuncia. 

Como no puede ser de otra manera, es urgente exigir a todas las las Instituciones Gubernamentales para que adopten todas las medidas que sean necesarias para la protección y el ejercicio de los derechos de las Personas Trans. Es del todo indispensable la supresión de todas las trabas administrativas que impidan el reconocimiento legal de su identidad sexual protegiendo en todo momento el derecho al libre desarrollo de la personalidad y a la autonomía corporal. Además, debe seguir trabajando de forma conjunta entre todos los Estados para erradicar toda clase de tratamiento o intervención medico-quirúrgica de carácter forzado, para prohibir el divorcio forzoso si uno de los cónyuges es transgénero, para prohibir la negación de la custodia y régimen de visitas sobre menores de edad, así como cualquier norma que impida el mantenimiento o la creación de vínculos familiares. 

Así pues, de la misma manera en la que han de garantizarse los derechos inherentes de las Personas Trans como seres humanos, los Estados también tiene la obligación de perseguir cualquier conducta criminal que vulnere la dignidad y el ejercicio de sus derechos más básicos y elementales reconocidos en toda democracia que se precie como tal, eliminando cualquier forma de violencia, odio y discriminación hacia las personas que integran la Comunidad Trans y, por extensión, hacia cualquier grupo de población o comunidad cuya dignidad y derechos sean vulnerados. 

Como demócratas, hemos de comprometernos con un modelo de sociedad en el que la inclusión sea el verdadero eje transversal para romper todas las barreras discriminatorias y abrazar la diversidad como una vía posible para respetar los derechos y la dignidad humana inviolable de la Comunidad Transgénero. 

Porque una mujer trans, es una mujer; porque un hombre trans, es un hombre; porque el derecho al libre desarrollo de la personalidad es incuestionable; porque la dignidad humana de toda persona, sea quien sea, es inviolable; y porque los derechos de las Personas Trans, son DERECHOS HUMANOS. 

NO HAY MÁS DEBATE. 

🇬🇧ENGLISH🇺🇸

THERE IS NO MORE DEBATE 

In recent years, much has been said about the situation of profound discrimination faced by people in the Transgender Community around the world. Today, on International Transgender Day of Visibility, we must unite our voices to end all forms of discrimination and stand on the side of those who only seek respect for their most basic rights. 

Despite social advances in terms of rights, transgender people continue to be the main victims of violence, hatred and discrimination even within the LGTBI community itself. What is more, they have also been denied any recognition by the institutions themselves, especially by those sectors that question or even deny them the most basic rights that belong to all people, to all human beings, without distinctions of any kind.

But we cannot forget that States are the guarantors of all human and fundamental rights of all people within their territory and, obviously, this also applies to the rights of transgender people. Therefore, it is the duty of all governments to implement effective measures to prevent Trans People from being discriminated against on the basis of their sexual identity. It is unacceptable that in a democracy that prides itself as such, and where the principle of equality should govern, there should be limitations on the recognition of their legal personality, on the right to education, on access to health services, to employment, to decent housing, to social protection and, in short, to all internationally recognised civil, social, economic and cultural rights.

All these rights, without distinction of any kind, must be fully guaranteed for all people, for all human beings, and under no circumstances can they be questioned, distorted or denied for trans people. To do so is a violation of human rights and an attack on the very essence of any democracy by failing to respect the most basic rights of any person. 

However, violations of the human rights of trans people are clear across the board. Not only do they have to face continuous harassment, physical and verbal aggressions, exclusion from their social and family circle, but they are also forced to endure enormous obstacles in any administrative procedure in order to receive health care adapted to their needs, to stop suffering discrimination in an education system which, despite the progress made, still has enormous shortcomings in terms of respect for affective-sexual diversity, to access a labour market full of prejudices, to obtain decent housing and, in short, to a whole host of prejudices that make it impossible for them to exercise their most basic rights. 

Unfortunately, in other countries the situation is much worse. In addition to suffering from all of the above, transgender people are victims of other behaviours that are contrary to the most basic rights. They are often victims of unjustified criminalisation, arbitrary arrests and acts of physical or verbal violence, torture, sexual aggression and, in the most serious cases, hate-motivated murder with high levels of impunity for fear of reprisals in cases of denunciation. 

It is imperative to demand that all governmental institutions adopt all necessary measures for the protection and exercise of the rights of transgender people. It is absolutely essential to remove all administrative obstacles that impede the legal recognition of their sexual identity, protecting at all times the right to the free development of their personality and bodily autonomy. In addition, all States must continue to work together to eradicate any kind of forced medical or surgical treatment or intervention, to prohibit forced divorce if one of the spouses is transgender, to prohibit the denial of custody and visiting rights for minors, and to prohibit any rule that prevents the maintenance or creation of family ties. 

Thus, in the same way that the inherent rights of Trans People as human beings must be guaranteed, States also have the obligation to prosecute any criminal conduct that violates the dignity and exercise of their most basic and elementary rights recognised in any democracy that prides itself as such, eliminating any form of violence, hatred and discrimination towards the people who make up the Trans Community and, by extension, towards any population group or community whose dignity and rights are violated. 

As democrats, we must commit ourselves to a model of society in which inclusion is the true transversal axis to break down all discriminatory barriers and embrace diversity as a possible way to respect the rights and inviolable human dignity of the Transgender Community. 

Because a trans woman is a woman; because a trans man is a man; because the right to free development of personality is unquestionable; because the human dignity of every person, whoever they are, is inviolable; and because the rights of trans people are HUMAN RIGHTS. 

THERE IS NO MORE DEBATE 

🇮🇹ITALIANO🇮🇹

NON C’È PIÙ DIBATTITO

Negli ultimi anni si è parlato molto della situazione di profonda discriminazione che affrontano le persone della Comunità Transgender in tutto il mondo. Oggi, nella Giornata Internazionale della Visibilità Transgender, dobbiamo unire le nostre voci per porre fine a tutte le forme di discriminazione e stare dalla parte di coloro che cercano solo il rispetto dei loro diritti più elementari. 

Nonostante i progressi sociali in termini di diritti, le persone trans continuano ad essere le principali vittime di violenza, odio e discriminazione anche all’interno dello stesso collettivo LGTBI. Inoltre, dalle stesse istituzioni è stato negato loro qualsiasi riconoscimento, soprattutto da quei settori che mettono in dubbio o addirittura negano i diritti più elementari la cui proprietà corrisponde a tutte le persone, a tutti gli esseri umani, senza distinzioni di sorta.

Ma non possiamo dimenticare che gli Stati sono i garanti di tutti i diritti umani e fondamentali di tutte le persone all’interno del loro territorio e, ovviamente, questo vale anche per i diritti delle persone trans. Pertanto, è dovere di tutti i governi attuare misure efficaci per evitare che le persone Trans siano discriminate sulla base del loro identità sessuale. È inaccettabile che in una democrazia che si vanta di essere tale, e dove il principio di uguaglianza dovrebbe governare, ci siano limitazioni al riconoscimento della loro personalità giuridica, al diritto all’istruzione, all’accesso ai servizi sanitari, al lavoro, ad un alloggio decente, alla protezione sociale e, in breve, a tutti i diritti civili, sociali, economici e culturali internazionalmente riconosciuti.

Tutti questi diritti, senza distinzioni di sorta, devono essere pienamente garantiti per tutte le persone, per tutti gli esseri umani, e in nessun caso possono essere messi in discussione, distorti o negati alle persone trans. Farlo è una violazione dei diritti umani e un attacco all’essenza stessa di ogni democrazia, non rispettando i diritti più elementari di ogni persona. 

Tuttavia, le violazioni dei diritti umani delle persone trans sono evidenti su tutta la linea. Non solo devono affrontare continue molestie, aggressioni fisiche e verbali, esclusione dalla loro cerchia sociale e familiare, ma sono anche costrette a sopportare enormi ostacoli in qualsiasi procedura amministrativa per ricevere un’assistenza sanitaria adatta alle loro esigenze, per non subire più discriminazioni in un sistema educativo che, nonostante i progressi fatti, presenta ancora enormi carenze in termini di rispetto della diversità affettivo-sessuale, per accedere a un mercato del lavoro pieno di pregiudizi, per ottenere un alloggio decente e, in breve, a tutta una serie di pregiudizi che rendono loro impossibile l’esercizio dei loro diritti più elementari. 

Purtroppo, in altri paesi la situazione è molto peggiore. Oltre a soffrire di tutto ciò, le persone transgender sono vittime di altri comportamenti contrari ai diritti più elementari. Sono spesso vittime di criminalizzazioni ingiustificate, arresti arbitrari e atti di violenza fisica o verbale, torture, aggressioni sessuali e, nei casi più gravi, omicidi motivati dall’odio con alti livelli di impunità per paura di rappresaglie in caso di denuncia. 

È imperativo esigere che tutte le istituzioni governative adottino tutte le misure necessarie per la protezione e l’esercizio dei diritti delle persone transgender. È assolutamente necessario rimuovere tutti gli ostacoli amministrativi che impediscono il riconoscimento legale della loro identità sessuale, proteggendo in ogni momento il diritto al libero sviluppo della loro personalità e autonomia corporea. Inoltre, tutti gli Stati devono continuare a lavorare insieme per sradicare qualsiasi tipo di trattamento o intervento medico o chirurgico forzato, per proibire il divorzio forzato se uno dei coniugi è transgender, per proibire la negazione del diritto di custodia e di visita per i minori, e per proibire qualsiasi regola che impedisca il mantenimento o la creazione di legami familiari. 

Così, allo stesso modo in cui devono essere garantiti i diritti intrinseci delle persone trans come esseri umani, gli Stati hanno anche l’obbligo di perseguire qualsiasi condotta criminale che violi la dignità e l’esercizio dei loro diritti più basilari ed elementari riconosciuti in ogni democrazia che si vanti come tale, eliminando qualsiasi forma di violenza, odio e discriminazione verso le persone che compongono la Comunità Trans e, per estensione, verso qualsiasi gruppo di popolazione o comunità la cui dignità e diritti siano violati. 

Come democratici, dobbiamo impegnarci per un modello di società in cui l’inclusione sia il vero asse trasversale per abbattere tutte le barriere discriminatorie e abbracciare la diversità come una via possibile per rispettare i diritti e la dignità umana inviolabile della Comunità Transgender. 

Perché una donna trans è una donna; perché un uomo trans è un uomo; perché il diritto al libero sviluppo della personalità è indiscutibile; perché la dignità umana di ogni persona, chiunque essa sia, è inviolabile; e perché i diritti delle persone trans sono DIRITTI UMANI. 

NON C’È PIÙ DIBATTITO 

🇫🇷FRANÇAIS🇨🇦

IL N’Y A PLUS DE DÉBAT

Ces dernières années, on a beaucoup parlé de la situation de profonde discrimination à laquelle sont confrontées les personnes de la communauté transgenre dans le monde entier. Aujourd’hui, à l’occasion de la Journée internationale de visibilité transgenre, nous devons unir nos voix pour mettre fin à toutes les formes de discrimination et nous ranger du côté de ceux qui ne demandent que le respect de leurs droits les plus fondamentaux. 

Malgré les avancées sociales en termes de droits, les personnes trans continuent d’être les principales victimes de la violence, de la haine et de la discrimination, même au sein du collectif LGTBI lui-même. En outre, les institutions elles-mêmes leur ont également refusé toute reconnaissance, notamment par les secteurs qui remettent en question ou même leur refusent les droits les plus fondamentaux dont la propriété correspond à toutes les personnes, à tous les êtres humains, sans distinction d’aucune sorte.

Mais nous ne pouvons pas oublier que les États sont les garants de tous les droits de l’homme et des droits fondamentaux de toutes les personnes se trouvant sur leur territoire et, évidemment, cela s’applique également aux droits des personnes trans. Par conséquent, il est du devoir de tous les gouvernements de mettre en œuvre des mesures efficaces pour empêcher que les personnes transgenres soient discriminées en raison de leur identité sexuelles. Il est inacceptable que dans une démocratie qui se targue d’être telle, et où le principe d’égalité doit régir, il y ait des limitations à la reconnaissance de leur personnalité juridique, au droit à l’éducation, à l’accès aux services de santé, à l’emploi, à un logement décent, à la protection sociale et, en somme, à tous les droits civils, sociaux, économiques et culturels internationalement reconnus.

Tous ces droits, sans distinction d’aucune sorte, doivent être pleinement garantis pour tous, pour tous les êtres humains, et en aucun cas ils ne peuvent être remis en cause, dénaturés ou niés pour les personnes trans. Agir ainsi constitue une violation des droits de l’homme et une atteinte à l’essence même de toute démocratie en ne respectant pas les droits les plus fondamentaux de toute personne. 

Cependant, les violations des droits de l’homme des personnes transgenres sont manifestes dans tous les domaines. Non seulement elles doivent faire face à un harcèlement continu, à des agressions physiques et verbales, à l’exclusion de leur cercle social et familial, mais elles sont également contraintes d’endurer d’énormes obstacles dans toute procédure administrative afin de recevoir des soins de santé adaptés à leurs besoins, de ne plus subir de discrimination dans un système éducatif qui, malgré les progrès réalisés, présente encore d’énormes lacunes en termes de respect de la diversité affective-sexuelle, d’accéder à un marché du travail rempli de préjugés, d’obtenir un logement décent, bref, à toute une série de préjugés qui les empêchent d’exercer leurs droits les plus fondamentaux. 

Malheureusement, dans d’autres pays, la situation est bien pire. En plus de souffrir de tout ce qui précède, les personnes transgenres sont victimes d’autres comportements contraires aux droits les plus fondamentaux. Elles sont souvent victimes de criminalisation injustifiée, d’arrestations arbitraires et d’actes de violence physique ou verbale, de torture, d’agressions sexuelles et, dans les cas les plus graves, de meurtres motivés par la haine, avec un haut niveau d’impunité par crainte de représailles en cas de dénonciation. 

Il est impératif d’exiger que toutes les institutions gouvernementales adoptent toutes les mesures nécessaires pour la protection et l’exercice des droits des personnes transgenres. Il est absolument indispensable de lever tous les obstacles administratifs qui empêchent la reconnaissance légale de leur identité sexuelle, en protégeant à tout moment le droit au libre développement de leur personnalité et à l’autonomie corporelle. En outre, tous les États doivent continuer à travailler ensemble pour éradiquer tout type de traitement ou d’intervention médicale ou chirurgicale forcée, pour interdire le divorce forcé si l’un des conjoints est transgenre, pour interdire le refus de la garde et du droit de visite des mineurs, et pour interdire toute règle qui empêche le maintien ou la création de liens familiaux.

Ainsi, de la même manière que les droits inhérents des personnes trans en tant qu’êtres humains doivent être garantis, les États ont également l’obligation de poursuivre tout comportement criminel qui porte atteinte à la dignité et à l’exercice de leurs droits les plus fondamentaux et élémentaires reconnus dans toute démocratie qui se targue d’être telle, en éliminant toute forme de violence, de haine et de discrimination envers les personnes qui composent la communauté trans et, par extension, envers tout groupe de population ou communauté dont la dignité et les droits sont bafoués. 

En tant que démocrates, nous devons nous engager en faveur d’un modèle de société dans lequel l’inclusion est le véritable axe transversal afin de briser toutes les barrières discriminatoires et d’embrasser la diversité comme une voie possible pour respecter les droits et la dignité humaine inviolable de la Communauté Trans. 

Parce qu’une femme trans est une femme ; parce qu’un homme trans est un homme ; parce que le droit au libre développement de la personnalité est indiscutable ; parce que la dignité humaine de toute personne, quelle qu’elle soit, est inviolable ; et parce que les droits des personnes trans sont des DROITS HUMAINS. 

IL N’Y A PLUS DE DÉBAT

🇵🇹PORTUGUÊS🇧🇷

NÃO HÁ MAIS DEBATE 

Nos últimos anos, muito tem sido dito sobre a situação de discriminação profunda enfrentada pelas pessoas na Comunidade Transgénero em todo o mundo. Hoje, no Dia Internacional da Visibilidade Transgénero, devemos unir as nossas vozes para acabar com todas as formas de discriminação e estar do lado daqueles que apenas procuram o respeito pelos seus direitos mais básicos. 

Apesar dos avanços sociais em termos de direitos, as pessoas trans continuam a ser as principais vítimas de violência, ódio e discriminação, mesmo dentro do próprio colectivo LGTBI. Além disso, das próprias instituições também lhes foi negado qualquer reconhecimento, especialmente por aqueles sectores que lhes questionam ou mesmo negam os direitos mais básicos cuja propriedade corresponde a todas as pessoas, a todos os seres humanos, sem distinções de qualquer tipo.

Mas não podemos esquecer que os Estados são os garantes de todos os direitos humanos e fundamentais de todas as pessoas dentro do seu território e, obviamente, isto também se aplica aos direitos das pessoas trans. Por conseguinte, é dever de todos os governos implementar medidas eficazes para impedir que as pessoas trans sejam discriminadas com base na sua identidade sexual. É inaceitável que numa democracia que se orgulha como tal, e onde o princípio da igualdade deve reger, haja limitações ao reconhecimento da sua personalidade jurídica, ao direito à educação, ao acesso aos serviços de saúde, ao emprego, à habitação digna, à protecção social e, em suma, a todos os direitos civis, sociais, económicos e culturais internacionalmente reconhecidos.

Todos estes direitos, sem distinção alguma, devem ser plenamente garantidos para todas as pessoas, para todos os seres humanos, e em caso algum podem ser questionados, distorcidos ou negados às pessoas trans. Fazê-lo é uma violação dos direitos humanos e um ataque à própria essência de qualquer democracia ao não respeitar os direitos mais básicos de qualquer pessoa. 

No entanto, as violações dos direitos humanos das pessoas trans são claras em todos os domínios. Não só têm de enfrentar assédio contínuo, agressões físicas e verbais, exclusão do seu círculo social e familiar, como também são obrigadas a suportar enormes obstáculos em qualquer procedimento administrativo para receberem cuidados de saúde adaptados às suas necessidades, para deixarem de sofrer discriminação num sistema educativo que, apesar dos progressos alcançados, ainda apresenta enormes deficiências em termos de respeito pela diversidade afectivo-sexual, de acesso a um mercado de trabalho cheio de preconceitos, de obtenção de uma habitação digna e, em suma, a toda uma série de preconceitos que as impossibilitam de exercer os seus direitos mais básicos. 

Infelizmente, em outros países, a situação é muito pior. Para além de sofrerem de tudo o que foi dito, os transexuais são vítimas de outros comportamentos que são contrários aos direitos mais elementares. São frequentemente vítimas de criminalização injustificada, detenções arbitrárias e actos de violência física ou verbal, tortura, agressão sexual e, nos casos mais graves, homicídio motivado pelo ódio com elevados níveis de impunidade por medo de represálias em casos de denúncia. 

É imperativo exigir que todas as instituições governamentais adoptem todas as medidas necessárias para a protecção e exercício dos direitos das pessoas transgénero. É absolutamente essencial remover todos os obstáculos administrativos que impedem o reconhecimento legal da sua identidade sexual, protegendo a todo o momento o direito ao livre desenvolvimento da sua personalidade e autonomia corporal. Além disso, todos os Estados devem continuar a trabalhar em conjunto para erradicar qualquer tipo de tratamento ou intervenção médica ou cirúrgica forçada, proibir o divórcio forçado se um dos cônjuges for transgénero, proibir a negação da custódia e dos direitos de visita de menores, e proibir qualquer regra que impeça a manutenção ou criação de laços familiares. 

Assim, da mesma forma que devem ser garantidos os direitos inerentes às pessoas trans como seres humanos, os Estados também têm a obrigação de processar qualquer conduta criminosa que viole a dignidade e o exercício dos seus direitos mais básicos e elementares reconhecidos em qualquer democracia que se orgulha de ser tal, eliminando qualquer forma de violência, ódio e discriminação contra as pessoas que constituem a Comunidade Trans e, por extensão, contra qualquer grupo populacional ou comunidade cuja dignidade e direitos sejam violados. 

Como democratas, devemos comprometer-nos com um modelo de sociedade em que a inclusão seja o verdadeiro eixo transversal para quebrar todas as barreiras discriminatórias e abraçar a diversidade como forma possível de respeitar os direitos e a dignidade humana inviolável da Comunidade Transgénero. 

Porque uma mulher trans é uma mulher; porque um homem trans é um homem; porque o direito ao livre desenvolvimento da personalidade é inquestionável; porque a dignidade humana de cada pessoa, seja ela quem for, é inviolável; e porque os direitos das pessoas trans são DIREITOS HUMANOS. 

NÃO HÁ MAIS DEBATE 

Lágrimas en el océano

(Escrito en 🇪🇸🇲🇽– Written in 🇬🇧🇺🇸– Scritto in 🇮🇹– Rédigé en 🇫🇷🇨🇦– Escrito em 🇵🇹🇧🇷)

🇪🇸ESPAÑOL🇲🇽

Hay heridas que, a pesar de los siglos, jamás llegan a cerrarse totalmente. A veces, el dolor de los antepasados también se hereda y las siguientes generaciones continuan sufriendo la injusta marca de la discriminación. 

Durante siglos, millones de personas fueron despojadas de su dignidad y tratadas como mera mercancía. Fueron robadas por la fuerza de la tierra que les vio nacer y llevados a tierras lejanas y extrañas, más allá del Atlántico, para sufrir bajo el abominable yugo de la esclavitud.

Destrozó familias y arrasó comunidades enteras arrancándoles de la tierra que solo a ellos les pertenecía. Tuvieron que soportar las más ominosas de las atrocidades con la única esperanza de un futuro de libertad que, para muchas y muchos, nunca llegaría. 

A pesar de que la trata transatlántica de esclavos desapareció hace más de doscientos años, las ideas que alimentaron aquel racismo deshumanizante de Estado siguen muy presentes en nuestra sociedad. Hemos de rechazar toda forma de racismo, toda forma de violencia , de odio y de discriminación racial hacia cualquier persona, sea quien sea. De lo contrario, no habrá diferencia entre nosotros y quienes creían que la dignidad humana no era más que una simple mercancía. 

No lo olvidemos nunca; los cimientos de las naciones más prósperas se levantaron sobre las espaldas de millones de hombres, mujeres y niños cuyo nombres jamás pueden caer en el olvido ni perderse en el manto oscuro de la noche. 

Sus historias deben conocerse, una a una, para que nunca se pierdan como lágrimas en mitad del océano. 

🇬🇧ENGLISH🇺🇸

TEARS IN THE MIDDLE OF THE OCEAN 

There are wounds that, despite the centuries, never fully heal. Sometimes the pain of ancestors is also inherited and the next generations continue to suffer the unjust mark of discrimination. 

For centuries, millions of people were stripped of their dignity and treated as mere commodities. They were forcibly stolen from the land of their birth and taken to distant and strange lands beyond the Atlantic to suffer under the abominable yoke of slavery.

It tore families apart and razed whole communities to the ground, uprooting them from the land that belonged to them alone. They had to endure the most ominous of atrocities with the only hope of a future of freedom that, for many, would never come. 

Although the transatlantic slave trade disappeared more than two hundred years ago, the ideas that fuelled that dehumanising state racism are still very much alive in our society. We must reject all forms of racism, all forms of violence, hatred and racial discrimination against all people, whoever they may be. Otherwise, there will be no difference between us and those who believed that human dignity was nothing more than a mere commodity. 

Let us never forget; the foundations of the most prosperous nations were built on the backs of millions of men, women and children whose names can never be forgotten or lost in the dark blanket of night. 

Their stories must be known, one by one, never to be lost like tears in the middle of the ocean. 

🇮🇹ITALIANO🇮🇹

LACRIME IN MEZZO ALL’OCEANO 

Ci sono ferite che, nonostante i secoli, non guariscono mai completamente. A volte, il dolore degli antenati è anche ereditato e le generazioni seguenti continuano a soffrire il marchio ingiusto della discriminazione. 

Per secoli, milioni di persone sono state spogliate della loro dignità e trattate come semplici merci. Furono sottratti con la forza alla terra in cui erano nati e portati in terre lontane e sconosciute oltre l’Atlantico per soffrire sotto il giogo abominevole della schiavitù.

Ha fatto a pezzi le famiglie e ha raso al suolo intere comunità, strappandole alla terra che apparteneva solo a loro. Hanno dovuto sopportare la più infausta delle atrocità con l’unica speranza di un futuro di libertà che, per molti, non sarebbe mai arrivato. 

Anche se la tratta transatlantica degli schiavi è scomparsa più di duecento anni fa, le idee che alimentavano quel razzismo di stato disumanizzante sono ancora molto presenti nella nostra società. Dobbiamo rifiutare ogni forma di razzismo, ogni forma di violenza, odio e discriminazione razziale contro qualsiasi persona, chiunque essa sia. Altrimenti, non ci sarà alcuna differenza tra noi e coloro che credevano che la dignità umana non fosse altro che una mera merce. 

Non dimentichiamo mai che le fondamenta delle nazioni più prospere sono state costruite sulle spalle di milioni di uomini, donne e bambini i cui nomi non potranno mai essere dimenticati o persi nella coltre scura della notte. 

Le loro storie devono essere conosciute, una per una, per non essere mai perse come le lacrime in mezzo all’oceano. 

🇫🇷FRANÇAIS🇨🇦

LARMES AU MILIEU DE L’OCÉAN 

Il y a des blessures qui, malgré les siècles, ne guérissent jamais complètement. Parfois, la douleur des ancêtres est également héritée et les générations suivantes continuent de subir la marque injuste de la discrimination. 

Pendant des siècles, des millions de personnes ont été privées de leur dignité et traitées comme de simples marchandises. Ils ont été arrachés de force à leur terre natale et emmenés dans des contrées lointaines et étranges au-delà de l’Atlantique pour y subir le joug abominable de l’esclavage.

Elle a déchiré des familles et rasé des communautés entières, les arrachant à une terre qui n’appartenait qu’à elles. Ils ont dû endurer les atrocités les plus sinistres avec le seul espoir d’un avenir de liberté qui, pour beaucoup, ne viendrait jamais. 

Bien que la traite transatlantique des esclaves ait disparu il y a plus de deux cents ans, les idées qui ont alimenté ce racisme d’État déshumanisant sont encore très présentes dans notre société. Nous devons rejeter toute forme de racisme, toute forme de violence, de haine et de discrimination raciale à l’encontre de toute personne, quelle qu’elle soit. Sinon, il n’y aura pas de différence entre nous et ceux qui ont cru que la dignité humaine n’était rien de plus qu’une simple marchandise. 

N’oublions jamais que les fondations des nations les plus prospères ont été construites sur le dos de millions d’hommes, de femmes et d’enfants dont les noms ne pourront jamais être oubliés ou perdus dans la nuit noire. 

Leurs histoires doivent être connues, une par une, pour ne jamais être perdues comme des larmes au milieu de l’océan. 

🇵🇹PORTUGUÊS🇧🇷

LÁGRIMAS NO MEIO DO OCEANO 

Há feridas que, apesar dos séculos, nunca cicatrizam completamente. Por vezes, a dor dos antepassados é também herdada e as gerações seguintes continuam a sofrer a marca injusta da discriminação. 

Durante séculos, milhões de pessoas foram despojadas da sua dignidade e tratadas como meras mercadorias. Foram roubados à força da terra do seu nascimento e levados para terras distantes e estranhas para além do Atlântico para sofrer sob o abominável jugo da escravatura.

Destruiu famílias e arrasou comunidades inteiras, arrancando-as da terra que lhes pertencia sozinhas. Tiveram de suportar as mais ominosas atrocidades com a única esperança de um futuro de liberdade que, para muitos, nunca viria. 

Embora o tráfico transatlântico de escravos tenha desaparecido há mais de duzentos anos, as ideias que alimentaram esse racismo desumanizador do Estado ainda estão muito presentes na nossa sociedade. Devemos rejeitar todas as formas de racismo, todas as formas de violência, ódio e discriminação racial contra qualquer pessoa, independentemente de quem seja. Caso contrário, não haverá diferença entre nós e aqueles que acreditavam que a dignidade humana não era mais do que uma mera mercadoria. 

Nunca esqueçamos; as fundações das nações mais prósperas foram construídas nas costas de milhões de homens, mulheres e crianças cujos nomes nunca podem ser esquecidos ou perdidos no cobertor escuro da noite. 

As suas histórias devem ser conhecidas, uma a uma, para nunca se perderem como lágrimas no meio do oceano. 

Un grito atronador

(Escrito en 🇪🇸🇲🇽– Written in 🇬🇧🇺🇸– Scritto in 🇮🇹– Rédigé en 🇫🇷🇨🇦– Escrito em 🇵🇹🇧🇷)

🇪🇸ESPAÑOL 🇲🇽

Hay heridas que nunca llegarán a cerrarse. A veces, defender la dignidad y los derechos de todas las personas, sean quienes sean, puede llegar a costar la propia vida. 

Hoy, 24 de marzo, Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas, debemos honrar la memoria de quienes vieron silenciada su voz, vulnerados sus derechos, violada su dignidad y sesgada su vida. 

Por todo el mundo, y desde hace décadas, miles de personas en todo el mundo siguen clamando por la VERDAD y por la JUSTICIA en recuerdo de quienes perdieron la vida a manos de la sinrazón y la ignominia solo por defender la vida, la dignidad y los derechos de sus semejantes. 

Defender el Derecho a la Verdad, reconocido por la Organización de las Naciones Unidas, supone para sus defensores el tener que sufrir continuos ataques en contra de sus más elementales derechos. Ataques y violaciones sistemática de derechos que, con carácter general, JAMÁS llegan a repararse a pesar de ser una obligación para todos los Estados. 

Uno de esos defensores fue Monseñor Óscar Arnulfo Romero, sacerdote de El Salvador y humanista, que consagró su vida para defender la Paz y los Derechos Humanos de sus semejantes en un conflicto bélico que desangraba al país centroamericano. Su valentía, fuerza y determinación le costó la vida al ser brutalmente asesinado pero su mensaje sigue inspirando a millones de defensores de derechos humanos de todo en todo el mundo a pesar de cualquier amenaza. 

Pero, en el día de hoy, debemos centrar nuestra vista en los abominables actos criminales que sucedieron en Argentina hace 45 años. Un golpe militar, un golpe de estado contra la democracia, sumió a Argentina en un pozo de oscuridad en donde las ejecuciones sumarias, las desapariciones forzadas y los “vuelos de la muerte” arrancaron la vida de 30.000 personas. Toda una maquinaria de terrorismo de Estado al servicio de genocidas de su propio pueblo. Miles de familias que aún aguardan a saber qué pasó con sus padres, madres, hijas e hijos y que no dejarán de seguir luchando por la verdad y por la justicia a pesar del dolor. 

Pero la verdad no puede silenciarse y la justicia prevalecerá. La sociedad nunca dejará de exigir que los responsables respondan por sus atrocidades. Las voces que claman por la verdad y la justicia jamás serán silenciadas y un grito atronador se extenderá por todas partes con un claro mensaje: ¡NUNCA MÁS!

Aunque haya quien desee que las sombras del pasado regresen, actuaremos con toda la fuerza y la determinación que solo la democracia y el respeto hacia la dignidad inviolable y hacia los derechos humanos es capaz de ofrecer. Y hemos de hacerlo desde la responsabilidad común que tenemos como sociedad, no sólo con respecto al pasado sino también para con las generaciones futuras. 

Porque sólo a través de la verdad, la víctimas pueden encontrar la paz; porque sólo a través de la verdad, las víctimas recibirán el merecido reconocimiento; y porque sólo a través de la verdad habrá una verdadera justicia.

¡Por la memoria, por la verdad y por la justicia!

🇬🇧ENGLISH🇺🇸

A THUNDEROUS CRY

There are wounds that will never heal. Sometimes, defending the dignity and rights of all people, whoever they are, can cost one’s own life.

Today, 24 March, the International Day for the Right to the Truth Concerning Gross Human Rights Violations and for the Dignity of Victims, we must honour the memory of those whose voices have been silenced, whose rights have been violated, whose dignity has been violated and whose lives have been distorted.

All over the world, and for decades now, thousands of people around the world continue to cry out for TRUTH and JUSTICE in memory of those who lost their lives at the hands of unreason and ignominy just for defending the life, dignity and rights of their fellow human beings.

Defending the Right to Truth, recognised by the United Nations, means for its defenders to have to suffer continuous attacks against their most basic rights. Attacks and systematic violations of rights which, in general, are NEVER repaired, despite being an obligation for all States.

One of these defenders was Monsignor Óscar Arnulfo Romero, a priest of El Salvador and a humanist, who devoted his life to defend Peace and Human Rights of his fellow men in a war that was bleeding the Central American country dry. His courage, strength and determination cost him his life when he was brutally assassinated but his message continues to inspire millions of human rights defenders around the world despite any threat.

But, today, we must focus our attention on the abominable criminal acts that took place in Argentina 45 years ago. A military coup, a coup d’état against democracy, plunged Argentina into a pit of darkness where summary executions, forced disappearances and «death flights» took the lives of 30,000 people. A whole machinery of state terrorism at the service of the genocide of its own people. Thousands of families are still waiting to know what happened to their fathers, mothers, daughters and sons and will not stop fighting for truth and justice despite the pain.

But the truth cannot be silenced and justice will prevail. Society will never stop demanding that those responsible be held accountable for their atrocities. The voices crying out for truth and justice will never be silenced and a thunderous cry will spread far and wide with a clear message: NEVER AGAIN!

Even if there are those who wish the shadows of the past to return, we will act with all the strength and determination that only democracy and respect for inviolable dignity and human rights can offer. And we must do so on the basis of the common responsibility we have as a society, not only to the past but also to future generations.

Because only through truth can victims find peace; because only through truth will victims receive the recognition they deserve; and because only through truth will there be true justice.

For memory, for truth and for justice!

🇮🇹ITALIANO🇮🇹

UN GRIDO FRAGOROSO

Ci sono ferite che non guariranno mai. A volte, difendere la dignità e i diritti di tutte le persone, chiunque esse siano, può costare la propria vita. 

Oggi, il 24 marzo, Giornata Internazionale per il diritto alla verità sulle gravi violazioni dei diritti umani e per la dignità delle vittime, dobbiamo onorare la memoria di coloro le cui voci sono state messe a tacere, i cui diritti sono stati violati, la cui dignità è stata violata e le cui vite sono state distorte. 

In tutto il mondo, e per decenni, migliaia di persone continuano a gridare per la VERITÀ e la GIUSTIZIA in memoria di coloro che hanno perso la vita per mano dell’irragionevolezza e dell’ignominia solo per aver difeso la vita, la dignità e i diritti dei loro simili. 

Difendere il diritto alla verità, riconosciuto dalle Nazioni Unite, significa per i suoi difensori dover subire continui attacchi contro i loro diritti più elementari. Attacchi e violazioni sistematiche dei diritti che, in generale, non vengono MAI riparati nonostante siano un obbligo per tutti gli Stati. 

Uno di questi difensori fu monsignor Óscar Arnulfo Romero, sacerdote di El Salvador e umanista, che consacrò la sua vita per difendere la pace e i diritti umani dei suoi simili in un conflitto bellico che insanguinò il paese centroamericano. Il suo coraggio, la sua forza e la sua determinazione gli sono costati la vita quando è stato brutalmente assassinato, ma il suo messaggio continua a ispirare milioni di difensori dei diritti umani in tutto il mondo nonostante ogni minaccia. 

Ma oggi dobbiamo concentrare la nostra attenzione sugli abominevoli atti criminali che hanno avuto luogo in Argentina 45 anni fa. Un colpo di stato militare, un colpo di stato contro la democrazia, ha fatto precipitare l’Argentina in un pozzo di tenebre dove esecuzioni sommarie, sparizioni forzate e «voli della morte» hanno tolto la vita a 30.000 persone. Un’intera macchina del terrorismo di Stato al servizio del genocidio del suo stesso popolo. Migliaia di famiglie stanno ancora aspettando di sapere cosa è successo ai loro padri, madri, figlie e figli e non smetteranno di lottare per la verità e la giustizia nonostante il dolore. 

Ma la verità non può essere messa a tacere e la giustizia prevarrà. La società non smetterà mai di esigere che i responsabili siano chiamati a rispondere delle loro atrocità. Le voci che gridano per la verità e la giustizia non saranno mai messe a tacere e un fragoroso grido si diffonderà in lungo e in largo con un chiaro messaggio: MAI PIÙ!

Anche se c’è chi desidera il ritorno delle ombre del passato, noi agiremo con tutta la forza e la determinazione che solo la democrazia e il rispetto della dignità inviolabile e dei diritti umani possono offrire. E dobbiamo farlo sulla base della responsabilità comune che abbiamo come società, non solo verso il passato ma anche verso le generazioni future. 

Perché solo attraverso la verità le vittime possono trovare pace; perché solo attraverso la verità le vittime riceveranno il riconoscimento che meritano; e perché solo attraverso la verità ci sarà vera giustizia.

Per la memoria, per la verità e per la giustizia!

🇫🇷FRANÇAIS🇨🇦

UN CRI DU TONNERRE

Il y a des blessures qui ne guériront jamais. Parfois, défendre la dignité et les droits de toutes les personnes, quelles qu’elles soient, peut coûter sa propre vie. 

Aujourd’hui, le 24 mars, Journée internationale pour le droit à la vérité en ce qui concerne les violations flagrantes des droits de l’homme et pour dignité des victimes, nous devons honorer la mémoire de ceux dont la voix a été réduite au silence, dont les droits ont été violés, dont la dignité a été atteinte et dont la vie a été déformée. 

Partout dans le monde, et depuis des décennies, des milliers de personnes continuent de crier pour la VÉRITÉ et la JUSTICE en mémoire de ceux qui ont perdu la vie aux mains de la déraison et de l’ignominie simplement pour avoir défendu la vie, la dignité et les droits de leurs semblables. 

Défendre le droit à la vérité, reconnu par les Nations unies, signifie pour ses défenseurs devoir subir des attaques continues contre leurs droits les plus élémentaires. Des attaques et des violations systématiques des droits qui, en général, ne sont JAMAIS réparées alors qu’elles constituent une obligation pour tous les États. 

L’un de ces défenseurs était Monseigneur Óscar Arnulfo Romero, prêtre du Salvador et humaniste, qui a consacré sa vie à défendre la paix et les droits de l’homme de ses semblables dans un conflit guerrier qui ensanglantait ce pays d’Amérique centrale. Son courage, sa force et sa détermination lui ont coûté la vie lorsqu’il a été brutalement assassiné, mais son message continue d’inspirer des millions de défenseurs des droits de l’homme dans le monde, en dépit de toute menace. 

Mais, aujourd’hui, nous devons concentrer notre attention sur les actes criminels abominables qui ont eu lieu en Argentine il y a 45 ans. Un coup militaire, un coup d’État contre la démocratie, a plongé l’Argentine dans un gouffre de ténèbres où les exécutions sommaires, les disparitions forcées et les «vols de la mort» ont coûté la vie à 30 000 personnes. Toute une machinerie de terrorisme d’État au service du génocide de son propre peuple. Des milliers de familles attendent toujours de savoir ce qui est arrivé à leurs pères, mères, filles et fils et ne cesseront pas de se battre pour la vérité et la justice malgré la douleur. 

Mais la vérité ne peut être réduite au silence et la justice prévaudra. La société ne cessera jamais d’exiger que les responsables soient tenus de répondre de leurs atrocités. Les voix qui crient pour la vérité et la justice ne seront jamais réduites au silence et un cri de tonnerre se répandra loin dans le monde avec un message clair : PLUS JAMAIS !

Même si certains souhaitent le retour des ombres du passé, nous agirons avec toute la force et la détermination que seuls la démocratie et le respect de la dignité inviolable et des droits de l’homme peuvent offrir. Et nous devons le faire sur la base de la responsabilité commune que nous avons en tant que société, non seulement envers le passé mais aussi envers les générations futures. 

Parce que seule la vérité permet aux victimes de trouver la paix ; parce que seule la vérité permet aux victimes de recevoir la reconnaissance qu’elles méritent ; et parce que seule la vérité permet une véritable justice.

Pour la mémoire, pour la vérité et pour la justice !

🇵🇹PORTUGUÊS🇧🇷

UM GRITO TROVEJANTE

Há feridas que nunca irão sarar. Por vezes, defender a dignidade e os direitos de todas as pessoas, quem quer que sejam, pode custar a própria vida. 

Hoje, a 24 de Março, Dia Internacional pelo Direito à Verdade sobre as Violações dos Direitos Humanos e pela Dignidade das Vítimas, devemos honrar a memória daqueles cujas vozes foram silenciadas, cujos direitos foram violados, cuja dignidade foi violada e cujas vidas foram distorcidas. 

Por todo o mundo, e durante décadas, milhares de pessoas em todo o mundo continuam a clamar por VERDADE e JUSTIÇA em memória daqueles que perderam as suas vidas nas mãos do desarrazoado e da ignomínia apenas por defenderem a vida, a dignidade e os direitos dos seus semelhantes. 

Defender o Direito à Verdade, reconhecido pelas Nações Unidas, significa para os seus defensores ter de sofrer ataques contínuos contra os seus direitos mais elementares. Ataques e violações sistemáticas de direitos que, em geral, NUNCA são reparados, apesar de serem uma obrigação para todos os Estados. 

Um desses defensores foi Monsenhor Óscar Arnulfo Romero, sacerdote de El Salvador e humanista, que consagrou a sua vida à defesa da Paz e dos Direitos Humanos dos seus semelhantes num conflito de guerra que sangrou o país centro-americano. A sua coragem, força e determinação custaram-lhe a vida quando foi brutalmente assassinado, mas a sua mensagem continua a inspirar milhões de defensores dos direitos humanos em todo o mundo, apesar de qualquer ameaça. 

Mas, hoje, devemos concentrar a nossa atenção nos abomináveis actos criminosos que tiveram lugar na Argentina há 45 anos. Um golpe militar, um golpe de estado contra a democracia, mergulhou a Argentina num poço de escuridão onde execuções sumárias, desaparecimentos forçados e «voos da morte» ceifaram a vida a 30.000 pessoas. Todo um mecanismo do terrorismo de Estado ao serviço do genocídio do seu próprio povo. Milhares de famílias continuam à espera de saber o que aconteceu aos seus pais, mães, filhas e filhos e não vão parar de lutar pela verdade e justiça apesar da dor. 

Mas a verdade não pode ser silenciada e a justiça prevalecerá. A sociedade nunca deixará de exigir que os responsáveis sejam responsabilizados pelas suas atrocidades. As vozes que clamam por verdade e justiça nunca serão silenciadas e um grito trovejante se espalhará por todo o lado com uma mensagem clara: NUNCA MAIS!

Mesmo que haja quem deseje que as sombras do passado regressem, actuaremos com toda a força e determinação que só a democracia e o respeito pela dignidade inviolável e pelos direitos humanos podem oferecer. E devemos fazê-lo com base na responsabilidade comum que temos como sociedade, não só em relação ao passado mas também em relação às gerações futuras. 

Porque só através da verdade as vítimas podem encontrar a paz; porque só através da verdade as vítimas receberão o reconhecimento que merecem; e porque só através da verdade haverá verdadeira justiça.

Pela memória, pela verdade e pela justiça!