La maldición del Chhaupadi

(Escrito en 🇪🇸️ 🇲🇽 – Written in 🇬🇧️🇺🇸 – Scritto in 🇮🇹 – Rédigé en 🇫🇷🇨🇩- Escrito em – 🇵🇹🇧🇷)

🇪🇸️ESPAÑOL🇲🇽

Sin lugar a duda, sea cual sea la región del mundo en la que nos ubiquemos, tradicionalmente las mujeres siempre han sufrido los mayores actos de discriminación. No importa la región geográfica, la cultura o las creencias religiosas, siempre ha habido el mismo común denominador: el perjuicio para la mujer por el mero hecho de ser mujer. Una de esas tradicionales conductas, el Chhaupadi, profundamente discriminatorias para las mujeres, la encontramos en Nepal. 

El Chhaupadi es una tradición cultural de origen ancestral aún muy arraigada en zonas apartadas y rurales de Nepal y, especialmente, en la Provincia de Sudurpaschim, en el noroeste del país. De acuerdo con esta tradición, que considera que la menstruación es una maldición del dios Indra, a las mujeres se las considera seres impuros durante la menstruación.

Por esta razón, las mujeres son obligadas a aislarse del resto de la comunidad en pequeños cobertizos o cabañas construidas de forma muy precaria, conocidos como “chhaupadi goth”, con prohibición total de acercarse a su familia y de participar en la vida diaria de su comunidad. Una “castigo divino” que comienza con la primera menstruación, cuyo aislamiento puede durar hasta 14 días, y que se repite hasta que la mujer llega a la menopausia. Igualmente, también se ven obligadas a aislarse durante el mismo periodo cuando dan a luz. Todo bajo la creencia de que su mera presencia puede conllevar la mala suerte o un daño irreparable para toda la comunidad. 

Durante los días que deben estar bajo esta forma de aislamiento forzado, tienen prohibido entrar es sus propios hogares, tocar a otras personas, acudir a los lugares de culto o tener contacto con hombres o animales domésticos. En esos días únicamente pueden alimentarse a base de alimentos secos, sal y arroz. No pueden tomar alimentos derivados de leche, carne ni otros alimentos por temor a que “su impureza” afecte al ganado o a los cultivos. Tampoco pueden acudir a fuentes de agua, asearse o lavar su propia ropa. Ni siquiera pueden tener acceso a un libro durante su cautiverio forzado porque, en tal caso, Saraswati, la diosa de la cultura y la educación puede desatar su ira. Eso sí, a pesar del aislamiento, sí tienen obligación de trabajar realizando duras tareas en los campos de cultivo.

Esta ominosa tradición deja de lado las graves consecuencias que puede acarrear para el bienestar y la salud de las mujeres. Las cabañas y cobertizos, más allá de la profunda inestabilidad de su construcción, carecen por completo de las condiciones mínimas de higiene y deja totalmente desprotegidas a las mujeres ante las bajas temperaturas de la región, de los ataques de animales salvajes o de la violencia sexual que niñas y mujeres jóvenes pueden llegar a sufrir como consecuencia de este aislamiento forzado. Todo ello sin olvidar las negativas consecuencias que el aislamiento y la exclusión social llevan aparejadas para la salud mental de las mujeres obligadas a cumplir con la tradición. 

Afortunadamente, los esfuerzos de las autoridades nepalíes, así como de entidades no gubernamentales y de defensa de los derechos humanos, han contribuido a que esta práctica sea cada vez más reducida también gracias a una mejora de los niveles educación y a los avances en materia de derechos de las mujeres en todo el país. Así pues, en 2005 el Tribunal Supremo de Nepal declaró ilegal el Chhaupadi y desde 2018 está castigado penalmente. Incluso en 2019, las autoridades ordenaron la destrucción de las chozas de chhaupadi en determinadas zonas llegando a derruir alrededor de 60 de estas construcciones. No obstante, eso no ha impedido que en algunas zonas particularmente remotas del país su práctica esté aún muy arraigada. 

Por tanto, es necesario combatir el Chhaupadi desde una visión amplia de los derechos humanos y, por supuesto, desde la igualdad de género y la educación en materia de salud sexual y reproductiva para las mujeres. Sólo así podrán erradicarse los estigmas y la discriminación que arrastran las mujeres únicamente basadas en la menstruación y en el hecho de dar a luz, únicamente por ser mujeres. 

Nuevamente, nos encontramos ante una muestra más de la violencia y la discriminación que sufren las mujeres por el mero hecho de ser mujer. Una forma de discriminación basada en creencias irracionales que ataca a la dignidad de las mujeres poniendo en riesgo su integridad física y emocional. 

Ninguna mujer en ningún lugar del mundo debería jamás ser sometida a ninguna forma de degradación como persona. 

Ninguna mujer debería ver vulnerada su dignidad como ser humano. 

Porque ser mujer no es una maldición.

🇬🇧️ENGLISH🇺🇸

The curse of the Chhaupadi

Undoubtedly, whatever region of the world we are in, women have traditionally suffered the greatest acts of discrimination. No matter the geographical region, culture or religious beliefs, there has always been the same common denominator: harm to women simply because they are women. One such traditional behaviour, Chhaupadi, which is deeply discriminatory against women, can be found in Nepal. 

Chhaupadi is a cultural tradition of ancestral origin still deeply rooted in remote and rural areas of Nepal, especially in the Sudurpaschim Province in the northwest of the country. According to this tradition, which considers menstruation to be a curse of the god Indra, women are considered impure during menstruation.

For this reason, women are forced to isolate themselves from the rest of the community in small, precariously constructed sheds or huts, known as «chhaupadi goth», and are forbidden to go near their families or participate in the daily life of their community. This «divine punishment» begins with the first menstruation, which can last up to 14 days in isolation, and is repeated until the woman reaches menopause. They are also forced to isolate themselves for the same period when they give birth. All in the belief that their mere presence may bring bad luck or irreparable harm to the whole community. 

During the days they must be in this form of forced isolation, they are forbidden to enter their own homes, touch other people, go to places of worship or have contact with men or domestic animals. On these days they may only eat dry food, salt and rice. They may not eat food derived from milk, meat or other foodstuffs for fear that «their impurity» will affect livestock or crops. Nor can they go to water sources, wash themselves or their own clothes. They cannot even have access to a book during their forced captivity because Saraswati, the goddess of culture and education, may unleash her wrath. However, despite their isolation, they are obliged to work hard labour in the fields.

This ominous tradition ignores the serious consequences it can have on women’s well-being and health. The huts and sheds, beyond the profound instability of their construction, completely lack the minimum conditions of hygiene and leave the women totally unprotected from the region’s low temperatures, from attacks by wild animals or from the sexual violence that girls and young women can suffer as a result of this forced isolation. Not to mention the negative consequences that isolation and social exclusion have on the mental health of women forced to comply with tradition. 

Fortunately, the efforts of the Nepalese authorities, as well as non-governmental and human rights organisations, have contributed to a reduction in this practice, also thanks to improved levels of education and advances in women’s rights throughout the country. Thus, in 2005 the Supreme Court of Nepal declared Chhaupadi illegal and since 2018 it has been criminally punishable. Even in 2019, the authorities ordered the destruction of chhaupadi huts in certain areas and demolished around 60 of these constructions. However, this has not prevented the practice from remaining deeply rooted in some particularly remote areas of the country. 

It is therefore necessary to combat Chhaupadi from a broad human rights perspective and, of course, from the perspective of gender equality and sexual and reproductive health education for women. This is the only way to eradicate stigma and discrimination against women based solely on menstruation and the fact of giving birth, just because they are women. 

Once again, we are faced with yet another example of the violence and discrimination that women suffer simply because they are women. A form of discrimination based on irrational beliefs that attacks women’s dignity and puts their physical and emotional integrity at risk. 

No woman anywhere in the world should ever be subjected to any form of degradation as a person. 

No woman should have her dignity as a human being violated. 

Because being a woman is not a curse.

🇮🇹ITALIANO🇮🇹

La maledizione del Chhaupadi

Senza dubbio, in qualsiasi regione del mondo ci troviamo, le donne hanno tradizionalmente subito i maggiori atti di discriminazione. Indipendentemente dalla regione geografica, dalla cultura o dal credo religioso, c’è sempre stato lo stesso comune denominatore: il danno alle donne per il solo fatto di essere donne. Uno di questi comportamenti tradizionali, il Chhaupadi, profondamente discriminatorio nei confronti delle donne, si trova in Nepal. 

Il chhaupadi è una tradizione culturale di origine ancestrale ancora profondamente radicata nelle aree remote e rurali del Nepal, soprattutto nella provincia di Sudurpaschim, nel nord-ovest del Paese. Secondo questa tradizione, che considera le mestruazioni una maledizione del dio Indra, le donne sono considerate impure durante le mestruazioni.

Per questo motivo, le donne sono costrette a isolarsi dal resto della comunità in piccoli capannoni o capanne costruiti in modo precario, noti come «chhaupadi goth», e non possono avvicinarsi alle loro famiglie o partecipare alla vita quotidiana della comunità. Questa «punizione divina» inizia con la prima mestruazione, che può durare fino a 14 giorni in isolamento, e si ripete fino a quando la donna raggiunge la menopausa. Sono costrette a isolarsi per lo stesso periodo anche quando partoriscono. Il tutto nella convinzione che la loro sola presenza possa portare sfortuna o danni irreparabili all’intera comunità. 

Durante i giorni in cui devono rimanere in questa forma di isolamento forzato, è vietato loro entrare in casa, toccare altre persone, andare in luoghi di culto o avere contatti con uomini o animali domestici. In questi giorni possono mangiare solo cibo secco, sale e riso. Non possono mangiare cibi derivati dal latte, dalla carne o da altri alimenti per paura che la «loro impurità» influisca sul bestiame o sui raccolti. Non possono nemmeno andare alle fonti d’acqua, lavarsi o lavare i propri vestiti. Non possono nemmeno avere accesso a un libro durante la loro prigionia forzata perché Saraswati, la dea della cultura e dell’educazione, potrebbe scatenare la sua ira. Tuttavia, nonostante l’isolamento, sono obbligate a lavorare duramente nei campi.

Questa sinistra tradizione ignora le gravi conseguenze che può avere sul benessere e sulla salute delle donne. Le capanne e le baracche, al di là della profonda instabilità della loro costruzione, mancano completamente delle condizioni minime di igiene e lasciano le donne totalmente prive di protezione dalle basse temperature della regione, dagli attacchi degli animali selvatici o dalle violenze sessuali che le ragazze e le giovani donne possono subire a causa di questo isolamento forzato. Per non parlare delle conseguenze negative che l’isolamento e l’esclusione sociale hanno sulla salute mentale delle donne costrette a rispettare la tradizione. 

Fortunatamente, gli sforzi delle autorità nepalesi, così come delle organizzazioni non governative e per i diritti umani, hanno contribuito a ridurre questa pratica, anche grazie al miglioramento dei livelli di istruzione e ai progressi nei diritti delle donne in tutto il Paese. Così, nel 2005 la Corte Suprema del Nepal ha dichiarato illegale il chhaupadi e dal 2018 è penalmente perseguibile. Anche nel 2019 le autorità hanno ordinato la distruzione delle capanne chhaupadi in alcune aree e hanno demolito circa 60 di queste costruzioni. Tuttavia, questo non ha impedito che la pratica rimanesse profondamente radicata in alcune aree particolarmente remote del Paese. 

È quindi necessario combattere il chhaupadi da un’ampia prospettiva di diritti umani e, naturalmente, dalla prospettiva dell’uguaglianza di genere e dell’educazione alla salute sessuale e riproduttiva delle donne. Questo è l’unico modo per sradicare lo stigma e la discriminazione nei confronti delle donne basati esclusivamente sulle mestruazioni e sul fatto di partorire, solo perché sono donne. 

Ancora una volta, ci troviamo di fronte all’ennesimo esempio di violenza e discriminazione che le donne subiscono solo perché sono donne. Una forma di discriminazione basata su convinzioni irrazionali che attacca la dignità delle donne e mette a rischio la loro integrità fisica ed emotiva. 

Nessuna donna, in nessuna parte del mondo, dovrebbe mai essere sottoposta ad alcuna forma di degradazione come persona. 

Nessuna donna dovrebbe vedere violata la propria dignità di essere umano. 

Perché essere donna non è una maledizione.

🇫🇷FRANÇAIS🇨🇩

La malédiction du Chhaupadi

Il ne fait aucun doute que, quelle que soit la région du monde où nous nous trouvons, les femmes ont traditionnellement subi les actes de discrimination les plus graves. Quelles que soient la région géographique, la culture ou les croyances religieuses, le dénominateur commun est toujours le même : les femmes subissent des préjudices simplement parce qu’elles sont des femmes. L’un de ces comportements traditionnels, le Chhaupadi, profondément discriminatoire à l’égard des femmes, se retrouve au Népal. 

Le Chhaupadi est une tradition culturelle d’origine ancestrale encore profondément ancrée dans les régions rurales et reculées du Népal, en particulier dans la province de Sudurpaschim, dans le nord-ouest du pays. Selon cette tradition, qui considère les menstruations comme une malédiction du dieu Indra, les femmes sont considérées comme impures pendant leurs règles.

Pour cette raison, les femmes sont contraintes de s’isoler du reste de la communauté dans de petites cabanes ou huttes précaires, appelées «chhaupadi goth», et n’ont pas le droit de s’approcher de leur famille ou de participer à la vie quotidienne de leur communauté. Cette «punition divine» commence dès les premières règles, qui peuvent durer jusqu’à 14 jours en isolement, et se répète jusqu’à ce que la femme atteigne la ménopause. Elles sont également contraintes de s’isoler pendant la même période lorsqu’elles accouchent. Tout cela dans la croyance que leur simple présence peut porter malheur ou causer des dommages irréparables à l’ensemble de la communauté. 

Pendant les jours où elles doivent rester dans cette forme d’isolement forcé, il leur est interdit d’entrer dans leur propre maison, de toucher d’autres personnes, de se rendre dans des lieux de culte ou d’avoir des contacts avec des hommes ou des animaux domestiques. Pendant ces jours, elles ne peuvent manger que des aliments secs, du sel et du riz. Ils ne peuvent pas manger d’aliments dérivés du lait, de la viande ou d’autres denrées alimentaires, de peur que «leur impureté» n’affecte le bétail ou les récoltes. Ils ne peuvent pas non plus aller aux points d’eau, se laver ou laver leurs vêtements. Elles ne peuvent même pas avoir accès à un livre pendant leur captivité forcée, car Saraswati, la déesse de la culture et de l’éducation, pourrait déclencher sa colère. Cependant, malgré leur isolement, ils sont obligés de travailler durement dans les champs.

Cette sinistre tradition ignore les graves conséquences qu’elle peut avoir sur le bien-être et la santé des femmes. Les huttes et les cabanes, outre la profonde instabilité de leur construction, manquent totalement des conditions minimales d’hygiène et laissent les femmes sans aucune protection contre les basses températures de la région, contre les attaques d’animaux sauvages ou contre les violences sexuelles que les filles et les jeunes femmes peuvent subir du fait de cet isolement forcé. Sans parler des conséquences négatives de l’isolement et de l’exclusion sociale sur la santé mentale des femmes contraintes de se conformer à la tradition. 

Heureusement, les efforts des autorités népalaises, ainsi que des organisations non gouvernementales et de défense des droits humains, ont contribué à réduire cette pratique, notamment grâce à l’amélioration du niveau d’éducation et aux progrès des droits des femmes dans l’ensemble du pays. Ainsi, en 2005, la Cour suprême du Népal a déclaré le Chhaupadi illégal et, depuis 2018, il est pénalement sanctionné. Même en 2019, les autorités ont ordonné la destruction des huttes de chhaupadi dans certaines zones et ont démoli une soixantaine de ces constructions. Cela n’a pas empêché la pratique de rester profondément ancrée dans certaines régions particulièrement reculées du pays. 

Il est donc nécessaire de lutter contre le chhaupadi dans une perspective large de droits de l’homme et, bien sûr, dans une perspective d’égalité des sexes et d’éducation à la santé sexuelle et reproductive des femmes. C’est le seul moyen d’éradiquer la stigmatisation et la discrimination à l’égard des femmes fondées uniquement sur les menstruations et le fait d’accoucher, simplement parce qu’elles sont des femmes. 

Une fois de plus, nous sommes confrontés à un nouvel exemple de la violence et de la discrimination que subissent les femmes simplement parce qu’elles sont des femmes. Une forme de discrimination basée sur des croyances irrationnelles qui porte atteinte à la dignité des femmes et met en péril leur intégrité physique et émotionnelle. 

Aucune femme, où que ce soit dans le monde, ne devrait jamais être soumise à une quelconque forme de dégradation en tant que personne. 

Aucune femme ne devrait voir sa dignité d’être humain bafouée. 

Parce qu’être une femme n’est pas une malédiction.

🇵🇹PORTUGUÊS🇧🇷

A maldição do Chhaupadi

Não há dúvida de que, seja qual for a região do mundo em que nos encontremos, as mulheres têm sofrido tradicionalmente os maiores actos de discriminação. Independentemente da região geográfica, da cultura ou das crenças religiosas, sempre houve o mesmo denominador comum: prejudicar as mulheres pelo simples facto de serem mulheres. Um desses comportamentos tradicionais, o Chhaupadi, que é profundamente discriminatório contra as mulheres, pode ser encontrado no Nepal. 

O Chhaupadi é uma tradição cultural de origem ancestral ainda profundamente enraizada nas zonas remotas e rurais do Nepal, especialmente na província de Sudurpaschim, no noroeste do país. De acordo com esta tradição, que considera a menstruação uma maldição do deus Indra, as mulheres são consideradas impuras durante a menstruação.

Por esta razão, as mulheres são obrigadas a isolar-se do resto da comunidade em pequenos barracões ou cabanas precariamente construídos, conhecidos como «chhaupadi goth», e são proibidas de se aproximarem das suas famílias ou de participarem na vida quotidiana da sua comunidade. Este «castigo divino» começa com a primeira menstruação, que pode durar até 14 dias em isolamento, e repete-se até a mulher atingir a menopausa. Elas também são obrigadas a se isolar pelo mesmo período quando dão à luz. Tudo na crença de que a sua simples presença pode trazer má sorte ou danos irreparáveis a toda a comunidade. 

Durante os dias em que têm de estar nesta forma de isolamento forçado, estão proibidas de entrar em casa, tocar noutras pessoas, ir a locais de culto ou ter contacto com homens ou animais domésticos. Durante esses dias, só podem comer alimentos secos, sal e arroz. Não podem ingerir alimentos derivados do leite, da carne ou de outros géneros alimentícios, por receio de que «a sua impureza» afecte o gado ou as colheitas. Também não podem ir a fontes de água, lavar-se ou lavar a sua própria roupa. Não podem sequer ter acesso a um livro durante o seu cativeiro forçado, porque Saraswati, a deusa da cultura e da educação, pode desencadear a sua ira. No entanto, apesar do seu isolamento, são obrigadas a trabalhar arduamente nos campos.

Esta tradição sinistra ignora as graves consequências que pode ter no bem-estar e na saúde das mulheres. As cabanas e barracas, para além da profunda instabilidade da sua construção, carecem completamente das condições mínimas de higiene e deixam as mulheres totalmente desprotegidas das baixas temperaturas da região, dos ataques de animais selvagens ou da violência sexual que as raparigas e jovens mulheres podem sofrer devido a este isolamento forçado. Para não falar das consequências negativas que o isolamento e a exclusão social têm na saúde mental das mulheres obrigadas a cumprir a tradição. 

Felizmente, os esforços das autoridades nepalesas, bem como das organizações não governamentais e de defesa dos direitos humanos, contribuíram para uma redução desta prática, graças também à melhoria dos níveis de educação e aos avanços nos direitos das mulheres em todo o país. Assim, em 2005, o Supremo Tribunal do Nepal declarou o Chhaupadi ilegal e, desde 2018, é punível criminalmente. Já em 2019, as autoridades ordenaram a destruição das cabanas de chhaupadi em certas áreas e demoliram cerca de 60 dessas construções. No entanto, tal não impediu que a prática continuasse profundamente enraizada em algumas zonas particularmente remotas do país. 

É, pois, necessário combater a chhaupadi numa perspetiva alargada de direitos humanos e, naturalmente, na perspetiva da igualdade de género e da educação para a saúde sexual e reprodutiva das mulheres. Esta é a única forma de erradicar o estigma e a discriminação contra as mulheres com base apenas na menstruação e no facto de darem à luz, só porque são mulheres. 

Mais uma vez, estamos perante mais um exemplo da violência e da discriminação de que são alvo as mulheres pelo simples facto de serem mulheres. Uma discriminação baseada em crenças irracionais que atenta contra a dignidade das mulheres e põe em causa a sua integridade física e emocional. 

Nenhuma mulher, em nenhum lugar do mundo, deveria ser submetida a qualquer forma de degradação como pessoa. 

Nenhuma mulher deve ver a sua dignidade como ser humano violada. 

Porque ser mulher não é uma maldição.

¿Cosas de niños?

(Escrito en 🇪🇸🇲🇽– Written in 🇬🇧🇺🇸– Scritto in 🇮🇹– Rédigé en 🇫🇷🇨🇩– Escrito em 🇵🇹🇧🇷 – Γραμμένο στα 🇬🇷🇨🇾 )

🇪🇸ESPAÑOL🇲🇽

Cuando hablamos de acoso escolar, muchas personas, tanto miembros del cuerpo docente y autoridades como familias, entienden que estas acciones son solo chiquilladas propias de la edad. Pero no, no es cierto. Son conductas que pueden destrozar por completo a la persona que lo sufre, dejándola totalmente indefensa, deshumanizada, destruida y pisoteada por completo en su dignidad como ser humano. 

Es necesario dejar claro que, cuando hablamos de acoso y de ciberacoso en el ámbito escolar, estamos ante una acción que vulnera el derecho más absoluto de todos que es el derecho a no recibir tortura ni humillación, ya esta sea física o emocional, bajo ninguna circunstancia y, en consecuencia, su erradicación corresponde a todo el conjunto de la sociedad. 

Las consecuencias del acoso escolar son extremadamente duras para la víctima. Son frecuentes los cuadros de ansiedad, depresión, tristeza continuada, insatisfacción personal o de fracaso escolar así como un fuerte daño emocional que puede conducir a trastornos de la personalidad y, en los casos más graves, a un serio riesgo para la integridad física y la propia vida a través de la autolesión e intentos de suicidio. 

En ocasiones, los rasgos más visibles en las víctimas del acoso escolar son difícilmente identificables pero existen algunos indicadores que nos permiten reconocer un posible caso de acoso. La falta de autonomía para tomar decisiones, la baja autoestima personal unida a una fuerte dependencia afectiva al núcleo familiar, así como el aislamiento del resto del grupo de iguales,  suelen ser algunos de los rasgos característicos de los casos de acoso en fase inicial. A estos rasgos deben sumarse falta de participación en las actividades extraescolares, las ausencias injustificadas al centro o la falta de concentración y de rendimiento académico repentino en aquellos casos en los que las situaciones de acoso presentan un mayor grado de intensidad y de duración en el tiempo. Finalmente, en los casos de mayor gravedad, son indicadores claros los cambios de actitud y las conductas disruptivas de llanto, ira e, incluso, euforia, junto con la muestra evidente de lesiones corporales y también el consumo de alcohol o sustancias estupefacientes para intentar evadirse de la realidad que están sufriendo. 

¿Y cómo se manifiesta el acoso escolar? Hay múltiples formas en las que pueden ponerse de manifiesto las situaciones de acoso. Algunas pasan inadvertidas en las primeras fases y otras revisten una enorme gravedad especialmente en aquellos casos en los que las situaciones de acoso se prolongan a lo largo del tiempo. Así, más allá de los actos de exclusión o de marginación fuera del grupo iguales en fases iniciales, están las agresiones verbales, los actos de humillación, los actos de intimidación y amenaza, las agresiones físicas directas (y también indirectas), los ataques contra la libertad y la orientación sexual, las agresiones sexuales y, finalmente, en los casos más graves, la muerte violenta a manos de sus agresores o la inducción al suicidio de la víctima. 

En los últimos años, más allá del acoso en los centros educativos, se han incrementado los casos de ciberacoso a través de las redes sociales. Así pues, aunque los datos que existen son limitados, un informe de la Comisión Europea publicado en 2020 reflejaba que el 44% de los niños y niñas había sido víctimas de ciberacoso en algún momento. Las humillaciones y la suplantación de identidad en redes sociales y páginas web suelen ser las conductas más frecuentes junto con las manipulaciones y los bulos acerca de la vida de los chicos y chicas afectados.  Un fenómeno que, durante los meses de confinamiento producto de la pandemia de COVID-19, se ha incrementado notablemente en distintas regiones del mundo. De ahí que, según fuentes de UNICEF, un tercio de los chicos y chicas de todo el mundo habrían sido víctimas del ciberacoso.

Sin embargo, una de las dificultades que presenta la identificación de estos rasgos es que no necesariamente guardan un orden sino que pueden manifestarse de forma diferente en cada caso concreto. Por eso, la formación de cuerpo docente es esencial para detectar los casos de acoso y de ciberacoso. En demasiadas ocasiones, esa ausencia de formación conlleva que casos especialmente dramáticos pasen desapercibidos y solo salgan a la luz cuando ya es demasiado tarde. De ahí la importancia de que periódicamente todos los centros educativos lleven a cabo acciones formativas, también orientadas a las familias y al cuerpo docente, que permitan reconocer los casos de acoso y ciberacoso y, al mismo tiempo, contribuyan a trabajar los niveles de empatía entre el alumnado. Y es que, más allá de labor de transmitir el conocimiento, los centros educativos también tienen la obligación de luchar contra el acoso escolar porque, de lo contrario, deben asumir su responsabilidades si incumplen o descuidan su papel como garantes de los derechos a la integridad física y moral de sus estudiantes ante cualquier forma de agresión.

Por tanto, no son “cosas de niños”, no son “solo una broma”, no son algo divertido y, por puesto, no están bien. Son una forma de humillación, son una forma de tortura, son un DELITO. La única diferencia es que intervienen menores de edad pero si esas mismas conductas las realizan mayores de edad nos encontraríamos ante delitos contra la integridad moral o, en los casos más graves, ante delitos contrarios a los derechos y libertades fundamentales, más comúnmente conocidos como DELITOS DE ODIO. De ahí que sea imprescindible trabajar por su erradicación dentro y fuera de las aulas. 

Es preciso seguir trabajando desde toda la comunidad educativa y, por extensión, desde toda la sociedad en su conjunto. La razón es simple, solo educando en el respeto y en la convivencia seremos capaces de conseguir unas aulas y una sociedad libres de acoso y de ciberacoso.

No olvidemos que acoso y el ciberacoso afectan directamente a los derechos humanos de los chicos y chicas que lo sufren a diario, arrebatándoles su dignidad y causándoles graves daños difícilmente predecibles y cuantificables. 

Por favor, nunca permanezcamos impasibles ni miremos hacia otro lado. 

Rompamos siempre la cadena de silencio.

No más dolor, no más sufrimiento. 

No más bullying. 

🇬🇧ENGLISH🇺🇸

KIDS’ STUFF?

When we talk about bullying at school, many people, both teachers, authorities and families, think that these actions are just childish behaviour. But no, this is not true. They are behaviours that can completely destroy the person who suffers it, leaving them totally defenceless, dehumanised, destroyed and completely trampled on in their dignity as a human being. 

It is necessary to make it clear that, when we talk about bullying and cyberbullying in the school environment, we are dealing with an action that violates the most absolute right of all, which is the right to be free from torture and humiliation, whether physical or emotional, under any circumstances and, consequently, its eradication is the responsibility of society as a whole. 

The consequences of bullying are extremely hard for the victim. Anxiety, depression, continuous sadness, personal dissatisfaction or school failure are frequent, as well as strong emotional damage that can lead to personality disorders and, in the most serious cases, to a serious risk to physical integrity and life itself through self-harm and suicide attempts. 

Sometimes, the most visible traits in victims of bullying are difficult to identify, but there are some indicators that allow us to recognise a possible case of bullying. The lack of autonomy to make decisions, low personal self-esteem combined with a strong emotional dependence on the family nucleus, as well as isolation from the rest of the peer group, are usually some of the characteristic features of cases of bullying in the initial phase. To these traits should be added a lack of participation in extracurricular activities, unjustified absences from school or a sudden lack of concentration and academic performance in those cases in which the bullying situations are more intense and last for a longer period of time. Finally, in the most serious cases, clear indicators are changes in attitude and disruptive behaviour such as crying, anger and even euphoria, together with evident signs of bodily injury and also the consumption of alcohol or narcotic substances in an attempt to escape from the reality they are suffering. 

And how does bullying manifest itself? There are many ways in which bullying can manifest itself. Some go unnoticed in the early stages and others are extremely serious, especially in cases where the bullying is prolonged over time. Thus, beyond acts of exclusion or marginalisation outside the peer group in the initial stages, there are verbal attacks, acts of humiliation, acts of intimidation and threats, direct (and also indirect) physical attacks, attacks on sexual freedom and orientation, sexual assaults and, finally, in the most serious cases, violent death at the hands of the aggressors or inducing the suicide of the victim. 

In recent years, in addition to bullying in schools, there has been an increase in cases of cyberbullying through social networks. Thus, although the data available are limited, a European Commission report published in 2020 showed that 44% of children had been victims of cyberbullying at some point. Humiliation and impersonation on social networks and websites are usually the most frequent behaviours, along with manipulation and hoaxes about the lives of the boys and girls concerned.  During the months of confinement due to the COVID-19 pandemic, this phenomenon has increased notably in different regions of the world. Hence, according to UNICEF sources, one third of boys and girls around the world have reportedly been victims of cyberbullying.

However, one of the difficulties in identifying these traits is that they do not necessarily follow an order but may manifest themselves differently in each individual case. For this reason, teacher training is essential in order to detect cases of bullying and cyberbullying. Too often, this lack of training means that particularly dramatic cases go unnoticed and only come to light when it is too late. Hence the importance of all schools regularly carrying out training activities, also aimed at families and teaching staff, to enable them to recognise cases of bullying and cyberbullying and, at the same time, help to work on levels of empathy among pupils. Beyond the task of transmitting knowledge, schools also have the obligation to fight against bullying because, otherwise, they must assume their responsibilities if they fail to fulfil or neglect their role as guarantors of their students’ rights to physical and moral integrity in the face of any form of attack. 

Therefore, they are not «kids’ stuff», they are not «just a joke», they are not funny and, of course, they are not right. They are a form of humiliation, they are a form of torture, they are a CRIME. The only difference is that minors are involved, but if the same behaviour is carried out by adults, we would be dealing with crimes against moral integrity or, in the most serious cases, crimes against fundamental rights and freedoms, more commonly known as HATE CRIMES. It is therefore essential to work for their eradication both inside and outside the classroom. 

It is necessary to continue working from the entire educational community and, by extension, from society as a whole. The reason is simple: only by educating in respect and coexistence will we be able to achieve classrooms and a society free of bullying and cyberbullying.

Let us not forget that bullying and cyberbullying directly affect the human rights of the boys and girls who suffer it on a daily basis, robbing them of their dignity and causing them serious harm that is difficult to predict and quantify. 

Please, let us never remain impassive or look the other way. 

Let us always break the chain of silence.

No more pain, no more suffering. 

No more bullying. 

🇮🇹ITALIANO🇮🇹

COSE DA BAMBINI?

Quando si parla di bullismo a scuola, molte persone, sia insegnanti che autorità e famiglie, pensano che queste azioni siano solo un comportamento infantile. Ma no, questo non è vero. Sono comportamenti che possono distruggere completamente la persona che li subisce, lasciandola totalmente indifesa, disumanizzata, distrutta e completamente calpestata nella sua dignità di essere umano. 

È necessario chiarire che, quando si parla di bullismo e cyberbullismo nell’ambiente scolastico, si tratta di un’azione che viola il diritto più assoluto di tutti, che è il diritto ad essere liberi da torture e umiliazioni, sia fisiche che emotive, in qualsiasi circostanza e, di conseguenza, il suo sradicamento è responsabilità della società nel suo insieme. 

Le conseguenze del bullismo sono estremamente dure per la vittima. Ansietà, depressione, tristezza continua, insoddisfazione personale o insuccesso scolastico sono frequenti, così come gravi danni emotivi che possono portare a disturbi della personalità e, nei casi più gravi, a un serio rischio per l’integrità fisica e la vita stessa attraverso autolesionismo e tentativi di suicidio.

A volte, i tratti più visibili delle vittime di bullismo sono difficili da identificare, ma ci sono alcuni indicatori che permettono di riconoscere un possibile caso di bullismo. La mancanza di autonomia decisionale, la bassa autostima personale unita a una forte dipendenza emotiva dal nucleo familiare, così come l’isolamento dal resto del gruppo dei pari, sono di solito alcuni dei tratti caratteristici dei casi di bullismo nella fase iniziale. A questi tratti si deve aggiungere la mancanza di partecipazione alle attività extrascolastiche, assenze ingiustificate da scuola o un’improvvisa mancanza di concentrazione e di rendimento scolastico in quei casi in cui le situazioni di bullismo sono più intense e durano per un periodo di tempo più lungo. Infine, nei casi più gravi, chiari indicatori sono i cambiamenti di atteggiamento e i comportamenti dirompenti come il pianto, la rabbia e persino l’euforia, insieme a segni evidenti di lesioni corporali e anche il consumo di alcol o sostanze stupefacenti nel tentativo di fuggire dalla realtà che stanno soffrendo. 

E come si manifesta il bullismo? Ci sono molteplici modi in cui il bullismo può manifestarsi. Alcuni passano inosservati nelle fasi iniziali e altri sono estremamente gravi, soprattutto nei casi in cui il bullismo si prolunga nel tempo. Così, oltre agli atti di esclusione o emarginazione al di fuori del gruppo dei pari nelle fasi iniziali, ci sono attacchi verbali, atti di umiliazione, atti di intimidazione e minacce, attacchi fisici diretti (e anche indiretti), attacchi alla libertà e all’orientamento sessuale, aggressioni sessuali e, infine, nei casi più gravi, la morte violenta per mano degli aggressori o l’induzione al suicidio della vittima. 

Negli ultimi anni, oltre al bullismo nelle scuole, c’è stato un aumento dei casi di cyberbullismo attraverso i social network. Così, anche se i dati esistenti sono limitati, un rapporto della Commissione europea pubblicato nel 2020 ha mostrato che il 44% dei bambini sono stati vittime di cyberbullismo ad un certo punto. L’umiliazione e l’impersonificazione sui social network e sui siti web sono di solito i comportamenti più frequenti, insieme alla manipolazione e alle bufale sulla vita dei ragazzi e delle ragazze interessate.  Durante i mesi di confinamento a causa della pandemia COVID-19, questo fenomeno è aumentato notevolmente in diverse regioni del mondo. Quindi, secondo fonti dell’UNICEF, un terzo dei bambini di tutto il mondo è stato vittima di cyberbullismo.

Tuttavia, una delle difficoltà nell’identificare questi tratti è che non seguono necessariamente un ordine, ma possono manifestarsi in modo diverso in ogni caso specifico. Per questo motivo, la formazione degli insegnanti è essenziale per individuare i casi di bullismo e cyberbullismo. Troppo spesso, questa mancanza di formazione fa sì che casi particolarmente drammatici passino inosservati e vengano alla luce solo quando è troppo tardi. Da qui l’importanza che tutte le scuole svolgano regolarmente attività di formazione, rivolte anche alle famiglie e al personale docente, per permettere loro di riconoscere i casi di bullismo e cyberbullismo e, allo stesso tempo, aiutare a lavorare sui livelli di empatia degli alunni. Oltre al compito di trasmettere il sapere, i centri educativi hanno anche l’obbligo di lottare contro il bullismo perché, altrimenti, devono assumersi le loro responsabilità se non adempiono o trascurano il loro ruolo di garanti dei diritti all’integrità fisica e morale dei loro studenti di fronte a qualsiasi forma di aggressione.

Pertanto, non sono «cose da bambini», non sono «solo uno scherzo», non sono divertenti e, naturalmente, non sono giuste. Sono una forma di umiliazione, sono una forma di tortura, sono un CRIMINE. L’unica differenza è che sono coinvolti dei minori, ma se questi stessi comportamenti fossero compiuti da adulti, si tratterebbe di crimini contro l’integrità morale o, nei casi più gravi, di crimini contro i diritti e le libertà fondamentali, più comunemente noti come CRIMINI D’ODIO. È quindi essenziale lavorare per il loro sradicamento sia dentro che fuori l’aula. 

È necessario continuare a lavorare da tutta la comunità educativa e, per estensione, da tutta la società. Il motivo è semplice: solo educando al rispetto e alla convivenza potremo ottenere aule e una società libera dal bullismo e dal cyberbullismo.

Non dimentichiamo che il bullismo e il cyberbullismo colpiscono direttamente i diritti umani dei ragazzi e delle ragazze che lo subiscono quotidianamente, privandoli della loro dignità e causando loro gravi danni difficili da prevedere e quantificare. 

Per favore, non restiamo mai impassibili o guardiamo dall’altra parte. 

Rompiamo sempre la catena del silenzio.

Non più dolore, non più sofferenza. 

Non più bullismo.

 🇫🇷FRANÇAIS🇨🇩

TRUCS DE GAMINS ?

Lorsque nous parlons de harcèlement à l’école, de nombreuses personnes, qu’il s’agisse des enseignants, des autorités ou des familles, pensent que ces actes ne sont que des comportements enfantins. Mais non, ce n’est pas vrai. Ce sont des comportements qui peuvent détruire complètement la personne qui les subit, la laissant totalement sans défense, déshumanisée, détruite et complètement bafouée dans sa dignité d’être humain. 

Il est nécessaire de préciser que, lorsque nous parlons d’intimidation et de cyberintimidation dans l’environnement scolaire, nous avons affaire à une action qui viole le droit le plus absolu de tous, à savoir le droit de ne pas être torturé ni humilié, que ce soit physiquement ou émotionnellement, en toutes circonstances et, par conséquent, son éradication relève de la responsabilité de la société dans son ensemble. 

Les conséquences des brimades sont extrêmement lourdes pour la victime. L’anxiété, la dépression, la tristesse permanente, l’insatisfaction personnelle ou l’échec scolaire sont fréquents, ainsi que de fortes atteintes émotionnelles pouvant conduire à des troubles de la personnalité et, dans les cas les plus graves, à un risque sérieux pour l’intégrité physique et la vie elle-même par le biais de l’automutilation et des tentatives de suicide. 

Parfois, les traits les plus visibles chez les victimes de brimades sont difficiles à identifier, mais il existe certains indicateurs qui permettent de reconnaître un éventuel cas de brimades. Le manque d’autonomie pour prendre des décisions, une faible estime de soi combinée à une forte dépendance émotionnelle vis-à-vis du noyau familial, ainsi que l’isolement du reste du groupe de pairs, sont généralement quelques-uns des traits caractéristiques des cas d’intimidation dans la phase initiale. À ces traits s’ajoutent le manque de participation aux activités extrascolaires, les absences injustifiées de l’école ou un manque soudain de concentration et de performance académique dans les cas où les situations d’intimidation présentent un plus grand degré d’intensité et de durée dans le temps. Enfin, dans les cas les plus graves, les indicateurs clairs sont les changements d’attitude et les comportements perturbateurs tels que les pleurs, la colère et même l’euphorie, ainsi que les signes évidents de blessures corporelles et aussi la consommation d’alcool ou de substances narcotiques pour tenter d’échapper à la réalité qu’ils subissent. 

Et comment se manifeste l’intimidation ? Les brimades peuvent se manifester de multiples façons. Certaines passent inaperçues dans les premiers stades et d’autres sont extrêmement graves, surtout dans les cas où les brimades se prolongent dans le temps. Ainsi, au-delà des actes d’exclusion ou de marginalisation en dehors du groupe de pairs dans les premiers temps, on trouve des attaques verbales, des actes d’humiliation, des actes d’intimidation et des menaces, des attaques physiques directes (et aussi indirectes), des atteintes à la liberté et à l’orientation sexuelle, des agressions sexuelles et, enfin, dans les cas les plus graves, la mort violente aux mains des agresseurs ou l’incitation au suicide de la victime. 

Ces dernières années, outre les brimades à l’école, on a constaté une augmentation des cas de cyberintimidation via les réseaux sociaux. Ainsi, bien que les données existantes soient limitées, un rapport de la Commission européenne publié en 2020 a montré que 44% des enfants avaient été victimes de cyberintimidation à un moment donné. L’humiliation et l’usurpation d’identité sur les réseaux sociaux et les sites web sont généralement les comportements les plus fréquents, de même que la manipulation et les canulars concernant la vie des garçons et des filles concernés.  Pendant les mois de confinement dus à la pandémie de COVID-19, ce phénomène s’est accru de façon notable dans différentes régions du monde. Ainsi, selon des sources de l’UNICEF, un tiers des garçons et des filles dans le monde auraient été victimes de cyberintimidation.

Cependant, l’une des difficultés de l’identification de ces traits est qu’ils ne suivent pas nécessairement un ordre mais peuvent se manifester différemment dans chaque cas individuel. C’est pourquoi la formation des enseignants est essentielle pour détecter les cas d’intimidation et de cyberintimidation. Trop souvent, ce manque de formation fait que des cas particulièrement dramatiques passent inaperçus et ne sont découverts que lorsqu’il est trop tard. D’où l’importance pour tous les centres éducatifs de mener régulièrement des actions de formation, également destinées aux familles et au personnel enseignant, qui leur permettent de reconnaître les cas de bullying et de cyberbullying et, en même temps, de contribuer à travailler sur les niveaux d’empathie des élèves. Au-delà de la tâche de transmission des connaissances, les centres éducatifs ont également l’obligation de lutter contre le harcèlement scolaire car, dans le cas contraire, ils doivent assumer leurs responsabilités s’ils ne remplissent pas ou négligent leur rôle de garants des droits à l’intégrité physique et morale de leurs élèves face à toute forme d’agression.

Par conséquent, ce ne sont pas des «trucs de gamins», ce n’est pas «juste une blague», ce n’est pas drôle et, bien sûr, ce n’est pas juste. Ils sont une forme d’humiliation, ils sont une forme de torture, ils sont un CRIME. La seule différence est qu’il s’agit de mineurs, mais si ces mêmes comportements étaient le fait d’adultes, nous aurions affaire à des crimes contre l’intégrité morale ou, dans les cas les plus graves, à des crimes contre les droits et libertés fondamentaux, plus communément appelés CRIMES DE HAINE. Il est donc essentiel de travailler à leur éradication tant à l’intérieur qu’à l’extérieur de la classe. 

Il est nécessaire de continuer à travailler à partir de l’ensemble de la communauté éducative et, par extension, de la société dans son ensemble. La raison en est simple : ce n’est qu’en éduquant au respect et à la coexistence que nous pourrons obtenir des salles de classe et une société exempte d’intimidation et de cyberintimidation.

N’oublions pas que le harcèlement et la cyberintimidation affectent directement les droits humains des garçons et des filles qui en sont victimes au quotidien, les privant de leur dignité et leur causant de graves dommages difficiles à prévoir et à quantifier. 

S’il vous plaît, ne restons jamais impassibles et ne détournons pas le regard. 

Brisons toujours la chaîne du silence.

Plus de douleur, plus de souffrance. 

Plus d’intimidation. 

🇵🇹PORTUGUÊS🇧🇷

COISAS DE CRIANÇAS?

Quando falamos de bullying na escola, muitas pessoas, tanto professores, autoridades e famílias, pensam que estas acções são apenas um comportamento infantil. Mas não, isto não é verdade. São comportamentos que podem destruir completamente a pessoa que a sofre, deixando-a totalmente indefesa, desumanizada, destruída e completamente espezinhada na sua dignidade de ser humano. 

É necessário deixar claro que, quando falamos de bullying e cyberbullying no ambiente escolar, estamos perante uma acção que viola o direito mais absoluto de todos, que é o direito de estar livre de tortura e humilhação, seja física ou emocional, em qualquer circunstância e, consequentemente, a sua erradicação é da responsabilidade da sociedade como um todo. 

As consequências do bullying são extremamente duras para a vítima. Ansiedade, depressão, tristeza contínua, insatisfação ou fracasso pessoal na escola são frequentes, bem como fortes danos emocionais que podem levar a distúrbios de personalidade e, nos casos mais graves, a um sério risco para a integridade física e para a própria vida através de automutilação e tentativas de suicídio. 

Por vezes, os traços mais visíveis nas vítimas de bullying são difíceis de identificar, mas existem alguns indicadores que nos permitem reconhecer um possível caso de bullying. Falta de autonomia para tomar decisões, baixa auto-estima pessoal combinada com uma forte dependência emocional do núcleo familiar, bem como isolamento do resto do grupo de pares, são normalmente algumas das características dos casos de bullying na fase inicial. A estas características deve acrescentar-se a falta de participação em actividades extracurriculares, faltas injustificadas à escola ou uma súbita falta de concentração e desempenho académico nos casos em que as situações de bullying apresentam um maior grau de intensidade e duração ao longo do tempo. Finalmente, nos casos mais graves, indicadores claros são mudanças de atitude e comportamentos perturbadores como o choro, a raiva e mesmo a euforia, juntamente com sinais evidentes de lesões corporais e também o consumo de álcool ou substâncias narcóticas numa tentativa de escapar à realidade que estão a sofrer. 

E como é que o bullying se manifesta? Existem múltiplas formas de intimidação que se podem manifestar. Alguns passam despercebidos nas fases iniciais e outros são extremamente graves, especialmente nos casos em que o bullying é prolongado com o tempo. Assim, para além de actos de exclusão ou marginalização fora do grupo de pares nas fases iniciais, há ataques verbais, actos de humilhação, actos de intimidação e ameaças, ataques físicos directos (e também indirectos), ataques à liberdade e orientação sexual, agressões sexuais e, por fim, nos casos mais graves, morte violenta às mãos dos agressores ou indução da vítima ao suicídio. 

Nos últimos anos, para além do bullying nas escolas, tem havido um aumento de casos de cyberbullying através de redes sociais. Assim, embora os dados existentes sejam limitados, um relatório da Comissão Europeia publicado em 2020 mostrou que 44% das crianças tinham sido vítimas de cyberbullying em algum momento. A humilhação e a imitação em redes sociais e sítios web são normalmente os comportamentos mais frequentes, juntamente com manipulações e embustes sobre a vida dos rapazes e raparigas em questão.  Durante os meses de confinamento devido à pandemia da COVID-19, este fenómeno tem aumentado notavelmente em diferentes regiões do mundo. Assim, segundo fontes da UNICEF, um terço dos rapazes e raparigas de todo o mundo foram vítimas de cyberbullying.

Contudo, uma das dificuldades em identificar estas características é que elas não seguem necessariamente uma ordem, mas podem manifestar-se de forma diferente em cada caso individual. Por este motivo, a formação de professores é essencial para detectar casos de bullying e cyberbullying. Demasiadas vezes, esta falta de formação significa que casos particularmente dramáticos passam despercebidos e só vêm à luz quando é demasiado tarde. Daí a importância de todas as escolas realizarem regularmente actividades de formação, também destinadas às famílias e ao pessoal docente, para lhes permitir reconhecer casos de bullying e cyberbullying e, ao mesmo tempo, ajudar a trabalhar em níveis de empatia entre os alunos. Para além da tarefa de transmitir conhecimentos, os centros educacionais também têm a obrigação de lutar contra o bullying porque, caso contrário, devem assumir as suas responsabilidades se não cumprirem ou negligenciarem o seu papel de garantes dos direitos dos seus estudantes à integridade física e moral face a qualquer forma de agressão.

Portanto, não são «coisas de crianças», não são «apenas uma brincadeira», não são engraçados e, naturalmente, não estão bem. São uma forma de humilhação, são uma forma de tortura, são um CRIME. A única diferença é que estão envolvidos menores, mas se estes mesmos comportamentos forem praticados por adultos, estaremos a lidar com crimes contra a integridade moral ou, nos casos mais graves, com crimes contra os direitos e liberdades fundamentais, mais vulgarmente conhecidos como CRIMES DE ÓDIO. É portanto essencial trabalhar para a sua erradicação tanto dentro como fora da sala de aula. 

É necessário continuar a trabalhar a partir de toda a comunidade educativa e, por extensão, da sociedade como um todo. A razão é simples: só educando em respeito e coexistência conseguiremos alcançar salas de aula e uma sociedade livre de bullying e cyberbullying.

Não esqueçamos que o bullying e o cyberbullying afectam directamente os direitos humanos dos rapazes e raparigas que o sofrem diariamente, roubando-lhes a sua dignidade e causando-lhes graves danos que são difíceis de prever e quantificar. 

Por favor, nunca permaneçamos impassíveis ou olhemos para o outro lado. 

Quebremos sempre a cadeia do silêncio.

Não mais dor, não mais sofrimento. 

Não mais bullying. 

 🇬🇷ΕΛΛΗΝΙΚΉ🇨🇾

ΠΑΙΔΙΚΆ ΠΡΆΓΜΑΤΑ;

Όταν μιλάμε για εκφοβισμό στο σχολείο, πολλοί άνθρωποι, τόσο οι εκπαιδευτικοί, όσο και οι αρχές και οι οικογένειες, πιστεύουν ότι αυτές οι ενέργειες είναι απλώς παιδαριώδης συμπεριφορά. Αλλά όχι, αυτό δεν είναι αλήθεια. Πρόκειται για συμπεριφορές που μπορούν να καταστρέψουν εντελώς το άτομο που τις υφίσταται, αφήνοντάς το εντελώς ανυπεράσπιστο, απάνθρωπο, κατεστραμμένο και καταπατημένο στην αξιοπρέπειά του ως ανθρώπινο ον. 

Είναι απαραίτητο να καταστεί σαφές ότι, όταν μιλάμε για εκφοβισμό και διαδικτυακό εκφοβισμό στο σχολικό περιβάλλον, έχουμε να κάνουμε με μια ενέργεια που παραβιάζει το πιο απόλυτο δικαίωμα όλων, το οποίο είναι το δικαίωμα να μην υφίσταται κανείς βασανισμό και ταπείνωση, είτε σωματική είτε συναισθηματική, υπό οποιεσδήποτε συνθήκες και, κατά συνέπεια, η εξάλειψή του αποτελεί ευθύνη της κοινωνίας στο σύνολό της. 

Οι συνέπειες του εκφοβισμού είναι εξαιρετικά σκληρές για το θύμα. Το άγχος, η κατάθλιψη, η συνεχής θλίψη, η προσωπική δυσαρέσκεια ή η σχολική αποτυχία είναι συχνές, καθώς και η έντονη συναισθηματική βλάβη που μπορεί να οδηγήσει σε διαταραχές της προσωπικότητας και, στις πιο σοβαρές περιπτώσεις, σε σοβαρό κίνδυνο για τη σωματική ακεραιότητα και την ίδια τη ζωή μέσω αυτοτραυματισμών και απόπειρας αυτοκτονίας. 

Μερικές φορές, τα πιο ορατά χαρακτηριστικά στα θύματα εκφοβισμού είναι δύσκολο να εντοπιστούν, αλλά υπάρχουν ορισμένοι δείκτες που μας επιτρέπουν να αναγνωρίσουμε μια πιθανή περίπτωση εκφοβισμού. Η έλλειψη αυτονομίας στη λήψη αποφάσεων, η χαμηλή προσωπική αυτοεκτίμηση σε συνδυασμό με την έντονη συναισθηματική εξάρτηση από τον οικογενειακό πυρήνα, καθώς και η απομόνωση από την υπόλοιπη ομάδα συνομηλίκων, είναι συνήθως μερικά από τα χαρακτηριστικά γνωρίσματα των περιπτώσεων εκφοβισμού στην αρχική φάση. Σε αυτά τα χαρακτηριστικά θα πρέπει να προστεθεί η έλλειψη συμμετοχής σε εξωσχολικές δραστηριότητες, οι αδικαιολόγητες απουσίες από το σχολείο ή η ξαφνική έλλειψη συγκέντρωσης και ακαδημαϊκών επιδόσεων στις περιπτώσεις που οι καταστάσεις εκφοβισμού είναι πιο έντονες και διαρκούν για μεγαλύτερο χρονικό διάστημα. Τέλος, στις πιο σοβαρές περιπτώσεις, σαφείς ενδείξεις είναι οι αλλαγές στη συμπεριφορά και η διασπαστική συμπεριφορά, όπως το κλάμα, ο θυμός, ακόμη και η ευφορία, μαζί με εμφανή σημάδια σωματικών τραυματισμών, αλλά και η κατανάλωση αλκοόλ ή ναρκωτικών ουσιών σε μια προσπάθεια να ξεφύγουν από την πραγματικότητα που υφίστανται. 

Και πώς εκδηλώνεται ο εκφοβισμός; Υπάρχουν πολλοί τρόποι με τους οποίους μπορεί να εκδηλωθεί ο εκφοβισμός. Ορισμένες περνούν απαρατήρητες στα αρχικά στάδια και άλλες είναι εξαιρετικά σοβαρές, ειδικά στις περιπτώσεις όπου οι καταστάσεις εκφοβισμού παρατείνονται με την πάροδο του χρόνου. Έτσι, πέρα από τις πράξεις αποκλεισμού ή περιθωριοποίησης εκτός της ομάδας συνομηλίκων στα αρχικά στάδια, υπάρχουν λεκτικές επιθέσεις, πράξεις ταπείνωσης, πράξεις εκφοβισμού και απειλές, άμεσες (αλλά και έμμεσες) σωματικές επιθέσεις, επιθέσεις κατά της σεξουαλικής ελευθερίας και του σεξουαλικού προσανατολισμού, σεξουαλικές επιθέσεις και, τέλος, στις πιο σοβαρές περιπτώσεις, βίαιος θάνατος στα χέρια των επιτιθέμενων ή παρακίνηση του θύματος να αυτοκτονήσει. 

Τα τελευταία χρόνια, εκτός από τον εκφοβισμό στα σχολεία, έχουν αυξηθεί οι περιπτώσεις εκφοβισμού στον κυβερνοχώρο μέσω των κοινωνικών δικτύων. Έτσι, αν και τα υπάρχοντα δεδομένα είναι περιορισμένα, μια έκθεση της Ευρωπαϊκής Επιτροπής που δημοσιεύθηκε το 2020 έδειξε ότι το 44% των παιδιών έχουν πέσει κάποια στιγμή θύματα διαδικτυακού εκφοβισμού. Ο εξευτελισμός και η πλαστοπροσωπία σε κοινωνικά δίκτυα και ιστότοπους είναι συνήθως οι πιο συχνές συμπεριφορές, μαζί με χειραγώγηση και φάρσες σχετικά με τη ζωή των ενδιαφερόμενων αγοριών και κοριτσιών.  Κατά τη διάρκεια των μηνών περιορισμού λόγω της πανδημίας COVID-19, το φαινόμενο αυτό αυξήθηκε σημαντικά σε διάφορες περιοχές του κόσμου. Ως εκ τούτου, σύμφωνα με πηγές της UNICEF, το ένα τρίτο των παιδιών παγκοσμίως φέρεται να έχει πέσει θύμα διαδικτυακού εκφοβισμού.

Ωστόσο, μια από τις δυσκολίες στον εντοπισμό αυτών των χαρακτηριστικών είναι ότι δεν ακολουθούν απαραίτητα μια σειρά, αλλά μπορεί να εκδηλώνονται με διαφορετικό τρόπο σε κάθε συγκεκριμένη περίπτωση. Για το λόγο αυτό, η κατάρτιση των εκπαιδευτικών είναι απαραίτητη για τον εντοπισμό περιπτώσεων εκφοβισμού και διαδικτυακού εκφοβισμού. Πολύ συχνά, αυτή η έλλειψη κατάρτισης σημαίνει ότι ιδιαίτερα δραματικές περιπτώσεις περνούν απαρατήρητες και αποκαλύπτονται μόνο όταν είναι πολύ αργά. Ως εκ τούτου, είναι σημαντικό όλα τα σχολεία να διεξάγουν τακτικά εκπαιδευτικές δραστηριότητες, οι οποίες απευθύνονται επίσης στις οικογένειες και στο διδακτικό προσωπικό, ώστε να μπορούν να αναγνωρίζουν τις περιπτώσεις εκφοβισμού και διαδικτυακού εκφοβισμού και, ταυτόχρονα, να συμβάλλουν στη βελτίωση των επιπέδων ενσυναίσθησης των μαθητών. Πέρα από το καθήκον της μετάδοσης γνώσεων, τα εκπαιδευτικά κέντρα έχουν επίσης την υποχρέωση να καταπολεμήσουν τον εκφοβισμό, διότι, σε αντίθετη περίπτωση, πρέπει να αναλάβουν τις ευθύνες τους εάν δεν εκπληρώσουν ή παραμελήσουν τον ρόλο τους ως εγγυητές των δικαιωμάτων των μαθητών τους στη σωματική και ηθική ακεραιότητα απέναντι σε κάθε μορφή επιθετικότητας.

Επομένως, δεν είναι «παιδικά πράγματα», δεν είναι «απλά ένα αστείο», δεν είναι αστεία και, φυσικά, δεν είναι σωστά. Είναι μια μορφή ταπείνωσης, είναι μια μορφή βασανιστηρίων, είναι ένα ΈΓΚΛΗΜΑ. Η μόνη διαφορά είναι ότι εμπλέκονται ανήλικοι, αλλά αν οι ίδιες συμπεριφορές πραγματοποιούνται από ενήλικες, θα είχαμε να κάνουμε με εγκλήματα κατά της ηθικής ακεραιότητας ή, στις πιο σοβαρές περιπτώσεις, με εγκλήματα κατά των θεμελιωδών δικαιωμάτων και ελευθεριών, ευρύτερα γνωστά ως ΕΓΚΛΗΜΑΤΑ ΜΙΣΟΥΣ. Επομένως, είναι απαραίτητο να εργαστούμε για την εξάλειψή τους τόσο μέσα όσο και έξω από την τάξη. 

Είναι απαραίτητο να συνεχίσουμε να εργαζόμαστε από το σύνολο της εκπαιδευτικής κοινότητας και, κατ’ επέκταση, από το σύνολο της κοινωνίας. Ο λόγος είναι απλός: μόνο με την εκπαίδευση στο σεβασμό και τη συνύπαρξη θα μπορέσουμε να επιτύχουμε αίθουσες διδασκαλίας και μια κοινωνία χωρίς εκφοβισμό και διαδικτυακό εκφοβισμό.

Ας μην ξεχνάμε ότι ο εκφοβισμός και ο διαδικτυακός εκφοβισμός θίγουν άμεσα τα ανθρώπινα δικαιώματα των αγοριών και των κοριτσιών που τον υφίστανται καθημερινά, στερώντας τους την αξιοπρέπειά τους και προκαλώντας τους σοβαρές βλάβες που είναι δύσκολο να προβλεφθούν και να ποσοτικοποιηθούν. 

Σας παρακαλώ, ας μην μείνουμε ποτέ απαθείς ή ας μην κάνουμε τα στραβά μάτια. 

Ας σπάσουμε πάντα την αλυσίδα της σιωπής.

Όχι άλλος πόνος, όχι άλλα βάσανα. 

Όχι πια εκφοβισμός.