14 de abril

Tal día como hoy, el 14 de abril de 1931, tuvo lugar la proclamación por segunda vez de la República Española. Aquellos momentos de profundos cambios políticos, sociales y culturales, dejaron una huella indeleble en el país que aún perdura en quienes vivieron aquellos momentos y en sus descendientes. La proclamación de la República fue el resultado de años de intensa agitación política y social que buscaba la modernización y democratización de España.

Con la llegada la II República, España puso fin a más de cinco décadas una monarquía instaurada tras el Pronunciamiento de Sagunto, un golpe de estado liderado por general Arsenio Martínez Campos contra la I República Española el 29 de noviembre de 1874. La República supuso el comienzo de una era de profundas reformas y transformaciones sociales. Entre las principales medidas adoptadas por el nuevo gobierno república se encontraban la separación Iglesia-Estado, la secularización de la educación, la reforma agraria y la extensión de los derechos civiles y políticos, especialmente en materia de igualdad entre mujeres y hombres, además de la supresión de todo título nobiliario distintivo y la prohibición de todo privilegio por razón de la naturaleza, filiación, sexo, clase social, riqueza, ideas políticas o creencias religiosas. 

En este sentido, uno de los aspectos más destacados de la II República Española fue su carácter democrático y su énfasis en la participación ciudadana. Así, el 9 de diciembre de 1931, promulgó una nueva Constitución que estableció un sistema parlamentario y garantizó derechos fundamentales como la libertad de expresión, la libertad de asociación y el sufragio universal, con inclusión del voto femenino que se materializó por primera vez en las elecciones municipales de 23 de abril y en las elecciones generales de 19 noviembre de 1933.

Sin embargo, la República también enfrentó numerosos desafíos y tensiones desde el primer momento. La profunda polarización política entre izquierda y derecha se intensificó y los conflictos sociales se extendieron por todo el país. Finalmente, la radicalización política y el aumento de la agitación social llevaron a un clima de inestabilidad y violencia que culminó en el estallido de la Guerra Civil Española con el golpe de estado de 18 de julio de 1936.

Durante la Guerra Civil, la República luchó por su supervivencia contra las fuerzas insurgentes lideradas por el general Francisco Franco apoyado por las fuerzas de la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini. El conflicto, que duró casi tres años, dejó un saldo devastador de muerte y destrucción y dividió profundamente a la sociedad española. 

Finalmente, el 1 de abril de 1939, las fuerzas franquistas tomaron el control de los últimos objetivos militares y pusieron fin a la República. España entraría entonces en un periodo oscuro bajo un régimen dictatorial y represor que duraría casi cuatro décadas. Casi 50 años de la muerte del dictador, algunas de aquellas sombras no solo se resisten a desaparecer, sino que buscan su regreso utilizando los cauces de la democracia que tanto detestan. 

A pesar de su corta duración y de los conflictos que la marcaron su corto camino, la II República Española dejó un legado imborrable en la historia de España. El espíritu democrático y sus ideales de justicia social y progreso que trajo la República siguen siendo una inspiración para millones de personas en la España actual y en todo el mundo. Más de 90 años después, en el aniversario de su proclamación, es importante recordar y reflexionar sobre los valores y principios que defendió la II República. 

Hoy, 14 de abril, es un momento para honrar la memoria de quienes lucharon y sacrificaron sus vidas por la libertad y la democracia, y para renovar nuestro compromiso con la construcción de una sociedad más justa, igualitaria y democrática.

Nunca desde la confrontación.

Siempre desde la unión.

2 comentarios sobre “14 de abril

  1. Fue tan profunda la herida que dejó el golpe de Estado militar, apoyado por el fascismo internacional y por la Iglesia, que acabó, de manera sangrienta y cruel con el proyecto de modernización del país y de la difícil reconciliación entre españoles de la que Goya deja constancia gráfica en el cuadre «Duelo a garrotazos»… Y, ¡así seguimos!

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